LOZOYA: DETENIDO EN ESPAÑA, SERÁ EXTRADITADO A MÉXICO.

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Emilio Lozoya, exdirector de la petrolera estatal Pemex, la mayor empresa de México, hombre del estrecho círculo de confianza del expresidente Enrique Peña Nieto, fue detenido el miércoles en Málaga.

Su arresto y su segura extradición pintan de cuerpo completo la impunidad con la que operaron muchos personajes que estuvieron ligados a la última Administración. Este arresto estrecha el cerco y el guante sobre el propio Peña Nieto. De qué se le acusa a Emilio Lozoya:

1.- Una de las acusaciones se remonta a la compra por parte de Pemex, siendo Lozoya su director, de una empresa de fertilizantes por un precio que se antoja absurdo, 442 millones de dólares si se tiene en cuenta que en 2014, la planta tenía 30 años de antigüedad y llevaba 14 años sin operar y hoy es simple chatarra.

2.- Investigaciones subsiguientes mostraron que el vendedor de Altos Hornos transfirió 3,7 millones de dólares a una cuenta en un paraíso fiscal, controlada por la constructora brasileña Odebrecht, que acabaron finalmente en una cuenta vinculada a Lozoya Austin, según las autoridades mexicanas.

3.- La Fiscalía le investiga también por sobornos por 9,1 millones de dólares que recibió a cambio de favorecer a Odebrecht con contratos. También está pendiente de aclarar la entrega de varios millones de dólares de la constructora a través de cuentas en paraísos fiscales, controladas por Lozoya cuando este ejercía de coordinador internacional de la campaña presidencial de Peña Nieto (El País. Editorial. 4/02/2020. 1.2.3).

4.- Y lo que se acumule en el proceso de investigación; por ejemplo las transas y transacciones que hizo el España el exdirector de Petróleos mexicanos.

PERO LOZOYA NO SE MANDABA SOLO.

En efecto, el abogado de Lozoya aseguró tras detención de su cliente: “Emilio no se mandaba solo”. Esta a expresión, más de carecer nombres, indica que el jefe de facto del director de Pemex siempre ha sido el presidente de la República. Esta frase debe remitirnos, sin mucha imaginación, a aseverar que los actos de corrupción del anterior sistema, pero no sólo, están insertos en un proceso de corrupción sistémico.

Dicho de otra forma: Este caso como el de Rosario Robles, Collado, Encira, García Luna y otros que están en la mira, no deben ser tomados como casos aislados, o como historias que pudieran juzgarse como casos inconexos. La definición y la voluntad para desarrollar una dinámica de procesamiento judicial por casos de corrupción política en una lógica integral es de suyo importante (El Debate. Carmen Aristegui. 14/02/ 2020).

Pero esta llamada lógica integral para juzgar a los corruptos de cuello no tan blanco; no sería solamente para juzgarlos a ellos; sobre todo serviría para “juzgar” a las instituciones de justicia y descubrir a través de este proceso los “hoyos negros” que padece el sistema y proceder reconstituirlo, porque de nada servirá llevar a la cárcel a los pillos casi confesos, y después este gato con los pies de trapo -nuestro sistema de justicia- siga operando igual, donde la impunidad le deje las manos libres a los políticos que, como los que han caído hoy en desgracia, juren y perjuren que habitan el castillo de la pureza.