EL QUIMICO BENÍTEZ: ¿ERA COMO FUE? (2 de 2)

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Si leemos cuidadosamente la Carta de Mario Martini (MM) dirigida al Químico Benítez en Paralelo 23, el día 3 de agosto del año en curso, más allá de los giros amorosos y amenazas no tan veladas, que nuestro presidente municipal ha pasado nueve meses de su “gestión”, haciendo fintas insustanciales, encontraremos una lista de pendientes a los que les ha sacado la vuelta, además de otros problemas no menores, cuya solución aún brillan por su ausencia y que no cita MM. Tal mal califica al Químico en esa misiva, que hasta le sugiere acciones “maquiavélicas”; por ejemplo, si no puede con el “paquete” de broncas, debe cultivar relaciones personales, en donde tal vez tampoco las resuelva, pero dará la impresión de que está gobernando, (porque) en política la apariencia es vital”.

II

Bien por la experiencia y la sapiencia de Mario, sus consejos son valiosos. En nuestro caso trataremos de encontrar los nudos que han impedido al Químico ser un presidente municipal relativamente aceptable. Para empezar es que carece de un diagnóstico certero de las potencialidades y debilidades que posee Mazatlán. Después de ocho meses de desgobierno terminó el programa de trabajo para sus dos años y cuatro meses que le quedan en la presidencia, que por cierto lo escondió detrás del QR de WHATSAPP. Entre tanto su gestión consistió en un cúmulo de ocurrencias, en las que se puso de moda decir “no” a la mayoría de las gestiones ciudadanas; aunque vale decir que después de la factura del programa las ocurrencias continúan, quizá porque el programa fue hecho en otro lugar, y todavía no lo han leído y menos han articulado las líneas maestras que condensan tal documento y que deben seguirse como la costra a la herida.

III

Los compañeros de ruta del Químico -de directores para abajo- fueron escogidos con un bajo perfil, cuando el presidente tuvo -y aún tiene- la posibilidad de llevar a su red de gobernanza a los mejores perfiles de Mazatlán y de Sinaloa, ilustrados, especialistas en el ramo de su encargo y con experiencia probada, vale decir que algunos de ellos los tuvo en su campaña. Pero esta debilidad profesional los convirtió en personajes sin iniciativa y carentes de una autonomía relativa para ejercer su encargo, circunstancia a la que se adjuntó el carácter paranoico del presidente, porque sin su aprobación no podía moverse una hoja marchita del árbol sin fronda del ayuntamiento. En esas condiciones la parálisis de la administración se convirtió en un melancólico cementerio de muertos de miedo.

IV

Pero este cristal de masa se convirtió en columna hierro: especialmente cuando invadieron a la administración municipal a una copiosa parentela del presidente municipal y su pareja, que suplantaron las tareas de los directores y/simplemente los vigilan, con el agregado que este tipo de actos están al margen de la ley; pues la ley número 2777 prohíbe el nepotismo en la función pública. Esta norma si bien no establece una sanción penal, aunque establece una acción administrativa: la nulidad del contrato del funcionario/pariente. Y a pesar de ello los nepotes tienen nueves meses trabajando y la aguerrida Sindico/ procuradora, Elsa Bojórquez, aún no los puede mover de sus sillas y escritorios. Estos trabajadores ilegales le han causado un desprestigio al Químico que, si les hubiera parado de sus finanzas, le hubiera salido más barato. Dicho en otros términos, a Benítez le ha salido más caro el caldo que las albóndigas, al mantener en sus puestos a sus nepotes, y este desprestigio también suele llevarlo en la espalda la administración municipal.

V

Dijo un filósofo que carácter es destino. El carácter de Luis Guillermo I es de mecha corta. Y ahora que se ha subido al ladrillo se ha vuelto más irascible. Lamentablemente ha tomado los rasgos más intolerantes de Andrés Manuel López Obrador, e inclusive le imita su jerga, su gesta y sus gestos, pero a diferencia de ALMO que sabe negociar en lo oscurito, el químico se ve grotesco porque se despersonaliza, al punto de olvidar que es nuestro empleado y que nosotros no somos unos niños que se dejan apalear con sus descalificaciones, porque él no es igual que nosotros, como suele decir. Quizá batallar con heces toda su vida le haya agriado su carácter. Pero este sesgo mental sea, por una parte, parte de crisis de la Administración Municipal; pero también parte de su mala relación contra la prensa. Y dicho para concluir: ambos aspectos se juntan y entonces sólo admite a su lado aplaudidores, falsos apoyadores, prestigiosos en el don del mitote y tutti quanti.

VI

El químico ha querido que quien pague los platos rotos de su desastre administrativo y su carácter es la prensa; pero ésta simplemente ha hecho su trabajo: ha captado y difundido su desastre administrativo, sus ocurrencias, sus dislates, sus descalificaciones y su permanente mal humor; así como las observaciones justísimas de la Sindico/procuradora, a la cuales ha hecho oídos sordos. Recientemente, y también en el pasado, arremetió contra los periodistas por difamadores y después “corrigió” diciendo que nos eran ellos, sino los dueños de los periódicos. Su aversión sobre la prensa ha llegado al grado de suprimir el programa “de cara al pueblo”, que era, con todas sus deformaciones, un encuentro con los periodistas de todos los sabores y colores. Pero en vez de corregir sus dislates usa al periodismo como chivo expiatorio, en vez de verse en ese espejo.

LA ÚTIMA Y NOS VAMOS.

Finalmente, estoy de acuerdo con Mario Martini, el Químico debe convocar a todos los periodistas para fijar públicamente el respeto a la libertad de expresión y reiterar la garantía de brindar seguridad a los periodistas y particularmente a los críticos de tu gobierno que –si lo ves bien- somos coadyuvantes en la lucha contra la corrupción que te inspira a levantarte cada mañana.