FACTUM NOS VERBA!

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ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.

Desde que se anunció el primer caso de coronavirus hasta el día hoy que existen poco más 35 mil contagios, sea desarrollado un debate en el que han participado santos y profanos, legos y epidemiólogos. Ah, y matemáticos que predicen que México será el primus in pares en el combate al Covid-19 y la inversa: que en México el combate a la pandemia ha sido y será un sonado fracaso.

En este proceso, a pesar de las críticas, el Subsecretario Hugo López-Gatell creció mediáticamente a la altura de un RockStar. En efecto, su carisma y su discurso bien hilvanado y creíble, al menos hasta hace quince días, los mexicanos confiaron en su gestión de la crisis, inclusive López Obrador señaló que México se convertiría en el modelo global de combate a la crisis epidemiológica que ha azotado al mundo. En este lapso la gente prefería sus conferencias tarde/nocheras que las mañaneras de don Andrés Manuel López Obrador.

Esta fulgurante figura pudo aplanar la curva de la crítica periodística por lo menos mes y medio, hasta que aparecieron en el universo cuatro periódicos de peso pesado, cuyo tiraje se lee en todos los confines del mundo: New York Times, El País, el Washington Post y el Wall Street Journal, que hicieron por lo menos dos afirmaciones de fondo: 1.- Que no se hicieron pruebas que aconseja la Organización Mundial de la salud y que, por tanto, el gobierno carece de una aproximación al verdadero número de contagiados. 2.- Que existía un subregistro de contagios y decesos, que el mismo López-Gatell había aceptado, pero no en la magnitud que presumen esos gigantescos papers. Vale decir que sus conclusiones coinciden con la crítica que han hecho José Narro y Julio Frenk.

En los últimos quince día en los que se ha pospuesto la fecha del aplanamiento del pico y que EEUU reclama que México se ponga a trabajar para aceitar sus fábricas y para tenerlas listas para que no fallen la cadenas de suministro en las que está imbricado el T-Mec, es por lo menos una circunstancia que crea incertidumbre, porque un regreso forzado a las calles y a las fábricas pueden aumentar los contagios, pero asimismo seguir confinados y no trabajar, puede aumentar el hambre que padecen miles de familias.

En fin los diez días por venir, entre otras cosas, veremos quién se equivocó en sus pronósticos y en todo caso a quién se le pondrá la nariz de Pinocho. Si inicia en estos días un descenso de la curva de contagios, habrá que felicitar al gobierno de la 4T porque su paradigma si puede convertirse en un modelo de gestión de la crisis del Covid-19 a nivel global y si los críticos tienen razón, valdría la pena que el gobierno corrija sus errores, como hacen los estadistas que valen en el mundo. Estemos muy atentos, en los próximos días sabremos cuál de losa bandos está equivocado, también podría decirse: Quién miente?