“Alfonsina” Fue Desahuciada, Nadie Daba Nada por su Vida

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*Entrevista con Víctor

*El antes y después de Alfonso

 

Víctor, de los fundadores hace 15 años del Grupo Una Luz en el Camino, afirma totalmente convencido que hay muchos milagros como “Alfonsina”. Cuando llegó al grupo los médicos, psiquiatras y psicólogos “no daban nada; lo desahuciaron; hoy a casi un año de la rehabilitación es un milagro palpable; Alfonso Magaña Gradilla recuperó su vida. Hay un antes y un después”.

Agrega que hoy Alfonso va ayudar a seguir con los milagros, porque será un ejemplo para servir a Dios. La fundación de este grupo tiene que ver con la experiencia personal de muchos casos; esa es la tarea y objetivo de estas casas de apoyar a los demás y hacer cientos, miles de milagros en jóvenes que se han rehabilitado luego de una historia de adicciones.

Pero también Víctor, que fue un adicto y que llegó hasta la cárcel, tiene su propia vida luego de un “milagro”, aunque de otra manera pues sobrevivió a la explosión de una pipa con 20 mil litros de gasolina; era el conductor al momento del estallido y sufrió quemaduras prácticamente en todo el cuerpo. Dice que “salió de las llamas del infierno”.

Su cara muestra las cicatrices de esa tragedia. Ese hecho, le cambió la vida, creció en la espiritualidad y fundó este grupo del cual han nacido otros.

De regreso a la entrevista, Víctor nos dice que la OMS dice que las adicciones es una enfermedad que tiene consecuencias fatales con consecuencias psicológicas, sociales y emocionales, pero gracias a estas casas, “hemos hecho muchos milagros”, a diferencia de centros e instituciones públicas de gobierno.

Dijo que un drogadicto, incluso rehabilitado, es muy satanizado, rechazado y relegado; causa repulsión de la sociedad. En estas casas, hemos ayudado a muchas personas, a pesar de la falta de apoyo público.

Indicó que en el Grupo Una Luz en el Camino hay unas 45 personas en rehabilitación, desde los 18 a los 59 años.

Se pueden lograr 45 “milagros”?, se le interrogó.

-“Claro que se pueden; a un adicto que llega aquí se le hace sentir que hay amor, comprensión, se le hace sentir que está en su casa; nosotros somos su familia, sus amigos y que queremos salvarle la vida. Claro, también la propia persona tiene que poner su parte para recuperarse; en el programa hay una parte de desintoxicación, otra de información, una tercera de reforzamiento, pero el proceso

final es cuando salen de esta casa y se integran de manera positiva a la sociedad…

“En el caso de Alfonsina, como en muchos otros, hay un programa de seguimiento y necesita que venga todos los días a las juntas, que se siga atendiendo médicamente, que en su casa tenga la posibilidad de tener tranquilidad, que tenga un trabajo; que cambie toda su estructura y forma de vida, porque en la calle no faltará quien lo invite de nuevo a la droga… Estamos salvando vidas”.