“Despacio que llevo prisa”. Una historia de constancia

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-Después de seis años de la cirugía, y bajar 162 kilos, Rigoberto Arámburo Millán, vive su etapa de reconstrucción

-Nada es imposible, bajar de peso cambia tu vida

Luego de reconocer que comía por emoción, y que su peso ya rebasaba los 225 kilos, y que estaba condenado por él mismo y atrapado en esa gran masa de peso, el nutriólogo Rigoberto Arámburo Millán, decidió cambiar y someterse a una transformación, una cirugía de abdominoplastía, procedimiento quirúrgico complejo de reconstrucción de la pared abdominal, que consta de eliminación del exceso de piel, de grasa y la tensión de los músculos de la pared abdominal con el objetivo final de remodelar el abdomen, la cintura y la forma del tronco del cuerpo.

Y después de seis años de esta operación, se autodefine como un nutriólogo experimental, porque ha vivido la pérdida de peso, y su cuerpo fue el objeto de estudio
Es una etapa de su vida de la que no se avergüenza, y que ni siquiera todo el peso de su pasado pudo con él, sino que por el contrario, le enseñó que siempre un intento más, es lo que marca la diferencia.

“Hoy puedo hablar de lo bien que se siente renacer, sentirme una persona nueva, renovada, y feliz que no tiene más que una sola cosa que decirte y que es , que no importa que tan lento vayas, mientras no te detengas todo es posible”.

Recordó que mucha gente se burló de él, pero el aceptarse como era, y levantarse de la cama y empezar una vida nueva, es lo que lo llevo a donde está hoy, con un peso nuevo, pues logró liberarse de 162 kilos.

Para reconocer que se está ante un problema, hay que tocar piso; y eso fue lo que le pasó a Rigoberto, quien a la fecha se acepta como adicto a la comida, por eso hoy después de un proceso de más de seis años y de haber estudiado nutrición, y ha logrado su transformación, su lucha sigue y nada lo hará cambiar, porque su amor la vida es más grande.