Comer chocolate amargo podría prevenir el riesgo de demencia

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Este tipo de chocolate puede tener grandes beneficios en el cerebro, indican expertos 

 

res investigadores iraníes han descubierto que comer chocolate amargo podría prevenir el riesgo de demencia, por lo que han dado una nueva razón para considerar que esta variedad de chocolate puede ser realmente benéfica para el organismo.

El chocolate es un alimento o producto muy popular, que se caracteriza por la gran variedad de presentaciones y preparaciones en las que se encuentran cualquiera de sus diferentes versiones, las cuales en algunos casos pueden ser verdaderamente gratas para el paladar, y también para el cuerpo, ya que puede tener muchos beneficios.

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(foto: pexels)

Dentro de estas variedades, que se diferencian de una a otra debido a su contenido de cacao y otros ingredientes, como azúcar y grasas, según indican diferentes investigaciones, parece ser que el chocolate negro, también llamado amargo puro, es el mejor para la salud.

Expertos y estudios han demostrado que el consumo de chocolate negro chocolate amargo puede tener grandes beneficios a la salud que puede brindar, principalmente al nivel del cerebro y sus funciones.

Comer chocolate negro ayuda a revertir efectos del estrés

Un equipo de investigadores de la Universidad de Ciencias Médicas, en Irán, han encontrado que el chocolate negro o amargo puede tener el potencial de mejorar capacidades cognitivas y, por lo tanto, prevenir incluso el riesgo de demencia.

Los resultados del experimento, que fue realizado en ratas de laboratorio, fueron publicados en Nutritional Neuroscience, y demostraron que el daño y disfunción cerebral que el estrés puede causar, en realidad podría revertirse con el consumo de chocolate amargo.

A las 35 ratas que fueron utilizadas para las pruebas y que fueron sometidas a estrés crónico, se les agrupó en 5 grupos diferentes, de los cuales 3 incluían el consumo de chocolate amargo, aunque en diferentes porciones y formas:

  • Un grupo de ratas con estrés se alimentaba solo con chocolate oscuro.
  • Otro grupo se alimentaba con comida ilimitada y/o chocolate amargo.
  • El tercer grupo recibía toda la comida que quisiera, a libertad, pero sólo 4 gramos de chocolate al día.
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(foto: unsplash)

La capacidad cognitiva se mejora con el chocolate amargo

Tras alimentarlos, los autores del estudio se dieron cuenta de que las ratas, en cualquiera de los 3 grupos que consumían el chocolate amargo, tenían una reducción significativa en la ingesta de otros alimentos, así como de su peso corporal, si se les comparaba con los otros grupos (el solo estresado y el control).

Además, demostraron que comer chocolate amargo de forma frecuente, tenía la capacidad de revertir los efectos que tenía el estrés en el cerebro, mejorando la función de la comunicación neuronal (potencia sináptica) y la plasticidad neuronal del hipocampo.

Estos efectos, principalmente a nivel cerebral, implicaban beneficios en el aspecto cognitivo de las ratas, en dos áreas principales, cuyo correcto mantenimiento tiene qué ver con la demencia en humanos:

  • La memoria.
  • El aprendizaje.
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(foto: unsplash)

Además, reduce la fatiga y mejora el cerebro

Por otra parte, un estudio de investigadores japoneses, publicado en la revista Behavioural Neurology, encontró que el comer chocolate amargo podría ser benéfico en adultos de edad media, ya que puede:

  • Aliviar la fatiga, física y mental.
  • Aumentar la materia gris en el cerebro.
  • Mejorar la función cognitiva y la ejecutiva.

El estudio, que duró 4 semanas, contó con poco más de 100 participantes, cuya edad se encontraba entre 40 y 65 años; al grupo de experimento (56 personas), se les indicó comer 5 piezas diarias de chocolate amargo con 72% de cacao.

Tras realizar evaluaciones de los participantes, y compararlas con el grupo control, el equipo japonés se encontró con que los adultos tenían una reducción de la fatiga mental y física, por lo que veían mejoras no solo mentales, sino también físicas.

Los científicos encontraron que había una reducción del dolor físico, así como una mejora en las funciones sociales y un mejor funcionamiento emocional, mejor memoria, y mejorada vitalidad.

(Con información de: Taylor & Francis Online, PubMed.)