A 50 años del Halconazo

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*10 de junio no se olvida
*Narraciones de Abraham
García Ibarra y Francisco
Lizárraga Ochoa
*Medio siglo de Gilberto Ceceña

FRANCISCO CHIQUETE

El Halconazo fue un doloroso episodio de la represión en México que hoy cumple 50 años.
El gobierno de México creó un cuerpo paramilitar para enfrentar movilizaciones sociales, a fin de evitar una nueva insurrección social que reeditará al fatídico 1968. Eran cientos de jóvenes con formación militar dispuestos a reprimir violentamente cualquier asomo de rebeldía, que entrenaban en sus propias instalaciones y que se llamaron a sí mismo Halcones. Aunque su nombre formal era “Batallón Olimpia”.
El 10 de junio de 1971 grupos estudiantiles resolvieron desafiar al estado con una marcha. No las había desde La matanza del Dos de Octubre de 1968, por lo que acuñaron su estribillo de “No que no/ sí que sí/ ya volvimos a salir”.
Fue terrible: Los halcones se abalanzaron sobre la marcha, primero golpeando con varas de bambú y después a tiros.
En junio de 1974, justo a la semana de haber llegado a la redacción de El Correo de la Tarde como aprendiz (ofrecieron cursillos gratuitos de periodismo), Abraham García Ibarra y Francisco Lizárraga, director y codirector. Nos dieron una charla sobre el tema.
Pancho nos dio todos los antecedentes, los detalles de la pretendida justificación técnica del batallón, las orientaciones pseudo filosóficas que daban a los integrantes, el carácter represivo del estado mexicano, y al final dio pie a la participación de Abraham: tú estuviste ahí, te tocó cubrir la marcha para El Día.
Abraham narró entonces cómo a diferencia de otras ocasiones, los elementos cargaron también contra los reporteros, incluso contra los muy identificables, como aquellos que traían cámaras.
Iban enfebrecidos por la sangre, la golpiza también les tocó a las señoras que veían la marcha desde los negocios de los alrededores, a los niños, al que anduviera por la zona cercana al Casco de Santo Tomás, desde donde salieron unos diez mil estudiantes.
Cuando empezaron los golpes nos quisimos proteger con las credenciales. No funcionó, así que tratamos de retirarnos del punto de conflicto, pero entonces empezaron los balazos, narró Abraham. Los sentíamos inmediatamente atrás, pero no podíamos evadirlos porque las bocacalles estaban cerradas por los granaderos… ya perdíamos la esperanza cuando vimos que desde una puerta nos hacían señas, entramos precipitadamente y cerraron en chinga. Inmediatamente después escuchamos el tropel de botas militares que corrió de frente.
Un compañero fotógrafo intentó esconderse en un tambo de basura pero hasta ahí lo fueron a buscar y le pusieron una golpiza. Le fue mejor que a otro de los nuestros, al que buscamos toda la noche hasta encontrarlo en un hospital, golpeado a culatazos y herido de bala.
Abraham, nos aclaró Pancho al final, cubría la fue te de Presidencia de la República, pero su ímpetu periodístico y su sentido de la lucha social, lo llevaron a meterse en ese berenjenal (porque dados los antecedentes, se preveía que habría represión, pero de la “normal”, con toletes de granaderos, no con descargas de fusilería o de ametralladoras).
A esas alturas el pequeño grupo de alumnos estaba realmente impactado. Incluso Héctor Quintero, ya veterano militante del Partido Comunista, o Marcos Luna Chavira, quien al poco tiempo se convirtió en un respetado líder social. Más aún Paquita Castañeda, Luis Alfredo Romero, Jorge González Cardozo o yo, que sabíamos poco de los acontecimientos.
Al final se ofreció hacer una investigación que nunca arrojó resultados. Se habló de 125 muertos, que sólo sirvieron de pretexto para que Echeverría pidiera la renuncia del Regente del Distrito Federal, Alfonso Martínez Domínguez, en cuyas nóminas estaba el Batallón Olimpia. El funcionario cesado fue contrincante de Echeverría en la sucesión presidencial, de modo que no fue un acto de justicia, sino de vendetta política.
Los Halcones quedaron disueltos, aunque casi todos sus miembros fueron incorporados a las diversas policías e incluso a la milicia. El término halconazo sigue vigente, aunque cada vez somos menos quienes recordamos su origen. El episodio fue tocado tangencialmente en la famosa película Roma.
En 1979 tuve la fortuna de trabajar en Canal 11, de la Ciudad de México, junto con Abraham y Pancho Lizárraga. Una y otra vez me tocó observar el escenario de aquel Jueves de Corpus: Casco de Santo Tomás (ahí está aún el Canal 11), la Normal, Avenida de los Maestros, San Cosme, Sor Juana, donde empezó la intervención de los Granaderos, los pollos Cosmos, referente en muchas narraciones y canciones de protesta. Y el recuerdo, por supuesto.

Este 10 de junio es inevitable el recuerdo de aquellos grandes maestros del periodismo, generosos e inflexibles, Abraham García Ibarra y Francisco Lizárraga Ochoa, ambos ya fallecidos, por desgracia. Y coincide que este día se cumplen también 50 años del inicio de Gilberto Ceceña Nuño como cartonista en los diarios sinaloenses. Todos conocemos sus Cizañas diarias en el periódico Noroeste. Una larga y fructífera carrera que merece nuestras más cálidas felicitaciones.