Aunque Transporta Cientos de Personas, No se Siente “Héroe del COVID”

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*Es Enrique, conductor urbano

*Tiene miedo al coronavirus

Enrique, conductor de un camión urbano de la ruta Insurgentes-Alemán, a sus 30 años, dice que no se siente un “héroe Covid”, pues es su trabajo transportar cientos de personas al día para que no lleguen tarde al lugar donde van, al trabajo o la escuela, en los tiempos de la temible pandemia.

Sin embargo, afirma que tiene miedo, pero que lo supera porque se enfrasca el diario trajinar con el transporte de pasajeros, el sube y baja y la vuelta y vuelta de la unidad por principales calles de la ciudad y puerto de Mazatlán.

En la entrevista nos comenta que al salir de su casa todos los días se persigna y que a veces ´piensa qué si va a regresar porque en la calle y en los trabajos pasan muchas cosas, desde accidentes, asaltos o como ahora, con el coronavirus tan temido por mucha gente.

Enrique como única defensa contra el eventual contagio del COVID 19, sólo lleva cubrebocas en su rostro, pero no lleva guantes ni tiene un gel antibactarial a la mano, menos para los pasajeros que abordan a cada momento la unidad de la Alianza de Camiones. Admite que en casi cada vuelta, el camión es sanitizado o fumigado.

Reconoce que no gana mucho y menos ahora que no hay comisiones por pasaje. Acepta también que su salario diario no vale contagiarse del coronavirus, pero “no me queda de otra; tengo que trabajar y no hay muchas opciones”.

Más adelante, dice que sale se persigna y a darle “para adelante, porque no sabe uno si va a regresar a su casa”.

El joven conductor comenta que la gente le entrega el dinero dejándole caer las monedas pare evitar el mayor roce de manos; “nos ven como si tuviéramos el virus o de que se van a contagiar. Cuando me entregan un billete, les doy el cambio de manera de manera normal, pero lo toman con sus cuidados”.

En otra parte de la entrevista, dice que no se siente obsesionado, pero aun así para prever cualquier infección, al llegar a su casa se quita la ropa, se enjuaga o baña y hasta entonces abraza o besa a su familia.

Al final reitera que no se siente “héroe del Covid”, aunque “hay que trabajar y transportar a las personas; no me siento héroe porque no salvo la vida de nadie, aunque lleve a las personas a su destino”.