*Alrededor de 40 años llevó su construcción
*Faro de belleza y fé
La imponente Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción es un fascinante testimonio arquitectónico que fusiona la estética barroca y gótica.
Su construcción inició en 1855, demandó cuatro décadas de dedicación que culminó en una obra maestra que aún hoy cautiva a visitantes y devotos.
La financiación provino de destacados comerciantes e industriales de la época, siendo Don Pedro Echeguren y de la Quintana uno de los principales mecenas, que permitió que este monumento, ricamente detallado con elementos góticos y árabes, se convirtiera en un símbolo perdurable de la ciudad.
Al recorrer sus alrededores, los admiradores pueden deleitarse con los refinados detalles que adornan sus paredes, sin embargo, al adentrarse en la majestuosidad del interior, se revela una joya artística inigualable.
Arcos góticos sostienen domos de estilo renacentista,mientras que la elegancia del altar barroco dorado, con una imagen de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, cautiva los sentidos.
A pesar de su esplendor, la Catedral no escapa a los rigores del tiempo, es por ello que actualmente se llevan a cabo trabajos de recuperación arquitectónica, asegurando que esta joya patrimonial permanezca en todo su esplendor para las generaciones venideras.
La Catedral Basílica de la Inmaculada Concepción sigue siendo un faro de belleza, fe y legado histórico en el corazón de Mazatlán.
