Diego Santoy, a 16 años. Cronología del doble crimen en Cumbres

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Hoy 2 de marzo se cumplen 16 años del crimen que estremeció a los ciudadanos de Monterrey, donde las víctimas fueron dos niños: Erik, de 7 años y María Fernanda, de 3.

Hace 16 años la colonia Cumbres en Monterrey fue el escenario del terrible homicidio de los niños Peña Coss a manos de Diego Santoy Riveroll, quien actualmente permanece recluido en un penal de Nuevo León.

Este caso no solo cimbró a los neoloneses por la saña con que fue perpetrado, sino a todo el país, dando origen al famoso “Asesino de Cumbres”. A 16 años de los hechos te presentamos una cronología del caso.

Madrugada del jueves 2 de marzo

Diego Santoy Riveroll, de 21 años, llega a la casa de la familia Peña Coss, ubicada en la calle Monte Casino #2909 de la colonia Cumbres. El motivo: intentar arreglar la relación que tenía con su ex novia Erika Peña Coss. En la residencia se encontraban, además de la joven, sus hermanos Azura, los pequeños Erik y María Fernanda, además de Catalina, la empleada doméstica.

Santoy arribó durante la madrugada del 2 de marzo de 2006 y sin que nadie lo notara, logró entrar a la vivienda luego de trepar bardas y ventanas. Se dirigió hasta la habitación de Erika a quien posteriormente dirigió a un área cercana a la lavandería; allí la joven le reclamó el haber entrado a su casa.

Ante los ruidos por la discusión que Erika y Diego tenían, los hermanos menores Erick Azur y María Fernanda bajaron de sus cuartos. Diego enfureció y tomó un arma blanca con la que asesinó al niño de 7 años.

En ese momento, la empleada doméstica Catalina Bautista se percató de lo que estaba pasando; Diego la golpeó y amordazó, para después dejarla encerrada en el baño y poder concretar el siguiente crimen.

El homicida llevó a María Fernanda, de 3 años, hasta el área de la ventana y con la cuerda del cortinero, la ahorcó. Mientras todo esto pasaba, Azura, sin percatarse de nada, permanecía en su cuarto. Erika fue lesionada en diferentes partes del cuerpo.

Tras cometer el doble crimen, Diego Santoy escapó en el auto de un amigo, pero antes plagió a la empleada doméstica, a quien metió a la cajuela y varios kilómetros después del domicilio la liberó.

Posteriormente, Diego contactó a su hermano y le contó lo que había sucedido horas antes. Le pidió ayuda para huir del estado e intentar evadir su responsabilidad del doble crimen.

Diego llegó a su casa y recogió algo de ropa. Su hermano, Mauricio huyó junto con él, ambos abordaron un autobús en la Central de Monterrey.

Fueron cuatro días en los que autoridades buscaban al “Asesino de Cumbres”, finalmente el 6 marzo fueron detenidos en Oaxaca y trasladados a Monterrey para enfrentar la justicia. Pretendían huir a Guatemala.

Durante el tiempo que Diego estaba prófugo, Erika permanecía internada en un hospital de la localidad recuperándose de las heridas que tenía. Los hermanitos fueron cremados e iniciaba un largo proceso para hacerles justicia.

Una vez detenidos y en Monterrey, Mauricio fue puesto en libertad, mientras que para Diego Santoy el juicio apenas empezaba. Una de sus representantes legales fue la famosa abogada Raquenel Villanueva.

Al tomar la defensa del “Asesino de Cumbres”, la abogada recomendó a Diego inculpar a Erika en el doble crimen al asegurar que se trataba de un pacto entre los dos. Pero, esto no trascendió y la joven fue tratada como víctima.

En tanto, Diego fue sentenciado a 138 años de prisión y pagar una indemnización a los deudos de las víctimas. La defensa legal logró reducir su sentencia a 71 años, los cuales pasaría en el penal de Cadereyta.

A tres años de llevar el caso de Diego Santoy, su abogada Raquenel fue asesinada en 2009 cuando se encontraba en un centro comercial en Monterrey; el despacho de abogados siguió con el caso.

Ante lo mediático que fue el proceso, varias jóvenes formaron un club de fans en apoyo a Diego Santoy, con una de ellas la relación fue más allá y se casó estando en el penal, con quien además tuvo un hijo en 2009.

Pese a que en varias ocasiones la defensa de Diego ha intentado reducir la condena, todas han sido nulas. Actualmente, Diego con 37 años de edad, pasa sus días en el penal de Cadereyta donde espera algún día recuperar su libertad, pues asegura ya cumplió su pena.