DOMINGRILLA POR FRANCISCO CHIQUETE

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Ganan Zamora y Paola los huesos del PRI; Pucheta sí se lleva votos, los demás no; Claudia, la irritable

FRANCISCO CHIQUETE
El éxodo priísta parece incontenible. Los anuncios de personajes que dejan las filas del tricolor se suceden prácticamente cada día y los nombres son cada vez más conocidos. Sin embargo ¿qué es lo que realmente se está yendo del agonizante ex partidazo?

Dijo la recientísima dirigente estatal Paola Gárate que Fernando Pucheta, uno de los casos más recientes, que es él e responsable de la debacle en Mazatlán. Con ello intenta minimizar el golpe que esa salida pueda significar. En realidad cierra los ojos frente al drama que vive su organización.

De todos aquellos que se han ido, sólo Pucheta significa votos en una proporción importante. En medio de la debacle electoral de la fórmula tricolor, Pucheta es el único candidato que aún perdiendo, como ocurrió en los últimos dos procesos, ha incrementado los votos recibidos en cada caso.

Pero de los demás que se han ido ¿alguno puede garantizar que ganaría una elección aunque sólo fuera en su sección electoral? La diputada Gloria Himelda Félix Niebla se preocupó más por acomodar en empleos estales a miembros de su familia, que por rescatar las estructuras de su partido, que ya no gana ni el municipio que ella gobernó, y ni siquiera la sindicatura en que oficialmente reside.

El diputado Feliciano Valle es la excepción: es suyo el único distrito local que ganó el PRI. Se fue porque ni ese mérito le valió para ser considerado para la mesa directiva del Congreso ni mucho menos para comandar a la fracción.

La diputada local Deisy Judith Ayala Valenzuela anunció su incorporación a Morena. Poco antes se separó del PRI porque esa fracción nunca apoyó las iniciativas que ella promovía. Es cierto que la representación de la fracción está más atenta a las directrices del gobernador que a las iniciativas de sus integrantes. Pero era evidentemente un pretexto. Si Morena se hubiese interesado en sus iniciativas, les habría dado curso. A ver si ahora lo hace.
Sandra Lara, exdiputada local, se fue como se fue otro ex legislador, Javier Luna Beltrán, ambos con empleos en la actual administración morenista.

Como ellos, otros cuadros intermedios se habían ido, muchos con rumbo al PAS, donde ahora aguantan el vendaval y buscan -algunos- el modo de brincar a Morena. Hay quienes se le fueron a pegar a Guillermo Romero, que trata de construirse o comprarse una imagen en el partido oficial.

“Ya se había ido”, dijo Paola acerca de Pucheta, dispuesta a que las cosas sigan como hasta antes en el tricolor sinaloense, pero la realidad es que ella y su jefe político, Alejandro Moreno, están replicando el caso del PRD, donde la tribu de Los Chuchos hizo todo lo posible por quedarse con las estructuras, mientras Andrés Manuel López Obrador se llevaba a la militancia para construir su Movimiento de Regeneración Nacional. Al final Los Chuchos se quedaron, efectivamente, con las dirigencias (el esqueleto), mientras López Obrador se llevó a la gente.

En el PRI no tienen un López Obrador, la desbandada es espontánea, motivada por la aspiración de conseguir nuevos espacios que les den esperanza de chambas.
Una muestra de la decadencia priísta en Sinaloa es la declaración supuestamente defensora de la ex dirigente Cinthia Valenzuela Langarica, quien aseguró que el PRI tiene mucho espacio, que todavía tiene expectativas de ganar, el año próximo, “la senaduría y más presidencias municipales”.

En estos momentos el PRI sólo gobierna un municipio: el de Sinaloa. En ningún otro tiene posibilidades reales de recuperación. Y “la Senaduría” es lo más grave, pues hablar en singular significa que están dando por perdida la elección y que sólo aspiran a una posición de primera minoría.


Esa, por cierto, es la que quisiera ganar Mario Zamora, para continuar en su confortable espacio actual. Su incondicionalidad con Alito lo convierte en el favorito para esa postulación. Pero no es el único: Ricardo Madrid cree que puede seguir sirviéndole al gobierno morenista yéndose a pelear por una derrota honrosa que lo convierta en senador de minoría.

Al final Paola y Zamora equivalen en Sinaloa a la tribu de los chuchos perredistas: están bien aferrados de los huesos, pero se trata del puro zurrón, como le dijo Silvano Treviño (Pedro Infante) a su papá Cruz Treviño de la Garza “has de cuenta que es la misma víbora, pero es el zurrón apá, el puro zurrón”.

EL ENOJO DE DOÑA
CLAUDIA SHEIMBAUM
El video, famosísimo por todo el país, muestra a una Claudia Sheimbaum empoderada e intolerante. De nada valen las precauciones de Alfonso Durazo ni el disimulo de Gerardo Fernández Noroña. La señora está fuera de sí por un hecho menor, según se sabe ahora: al entrar al hotel en que se realizó el Consejo Morenista, los simpatizantes de Marcelo Ebrard le exigieron “piso parejo”. La señora no había sido tocada hasta ese momento, pues todos la respetaban por ser la protegida del jefe. A partir de ahora, mortal entre los mortales, tendrá que soportar más cosas como esa, que busquen dañar su piel tan delgadita.


Como quiera, va adelante en las encuestas y tiene a su favor la idea generalizada de que el presidente quiere que ella gane, instrumento muy importante porque en el morenismo y en una parte significativa de la sociedad mexicana, los deseos del presidente son órdenes que hay que obsequiar.

Marcelo Ebrard tiene en sus manos la posibilidad de crecer y desbancar a Claudia, pero en Morena como en el casi extinto PRI, la línea es un fenómeno casi imposible de controvertir, a menos que crezcan los enanos y Adán Augusto, que parece haberse tomado en serio sus posibilidades, le empiece a competir a Claudia el mercado que significa el cogollo amloista, aunque su papel es el de ir a levantar la mano de la ganadora.

Este proceso ha exhibido a muchos. A Claudia, como ya se vio. A Morena, al presidente y al dirigente nacional Mario Delgado, que primero presumían las expectativas insuperables de sus corcholatas rumbo a la elección presidencial y ahora dicen muy modositos que no, que no se trata de elegir candidato, sino un “coordinador de la defensa de la cuarta transformación”. Y hasta al INE, que ya les advirtió: para que no violen la ley, elijan a un candidato sin decir que lo están eligiendo.

Sólo hay un elemento que no embona en esta fiesta de la simulación: los acarreados sueltan entusiastas sus gritos de “pre-si-dente/ pre-si-dente/ pre-si-dente” cada vez que aparece una corcholata. Si fuera cierto el discurso oficial, gritarían “coordinador” o “defensor”, aunque no rime.
Pero no. Y es que el grito de “presidente” va a ser más difícil de quitar que el famoso grito lépero del futbol mexicano.


¿CÓMO AMANECIÓ EL SEÑOR?
El conflicto de los maiceros se salió de control en todos los ámbitos. En el de los productores, que no supieron levantar oportunamente la toma del aeropuerto; en el del gobernador, que está atrapado entre su aspiración de encontrar respuestas definitivas y su necesidad de ser obediente a la directriz presidencial; y en el del propio presidente, que amaneció con ánimo más peleonero que de costumbre (lo que ya es mucho decir) y se lanzó contra los productores acusándolos de corruptos, servidores de los grandes capitales, e interesados en dirigir el movimiento contra el gobierno y la cuarta transformación, en fin, de todos los pecados capitales vigentes en el régimen actual. Pero poco más tarde a rió ligeramente la puerta de una solución parcial para más adelante, eso sí, sin comprometer absolutamente nada.
Ya veremos esta semana si deveras se camina a una solución, o se quedan todos en la estacada.