Una virgen contra los huracanes

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Luis Antonio Martínez Peña.

Entre los monumentos religiosos existentes en el puerto de Mazatlán el más querido y visitado es el de la santísima virgen María que se ubica en la explanada de la Puntilla en la entrada al canal de navegación del puerto de Mazatlán.

 Desde hace cuatro décadas  éste  monumento se ha convertido en un punto referencial de la fe de los mazatlecos y de visitantes.  Antiguamente sólo era de los pescadores y de los familiares de los marineros que acudían a pedir su milagrosa intervención en el cuidado de sus hombres  en la azarosa existencia, peligros y aventuras en el mar. 

Cuando alguien escucha hablar de éste sitio y desea conocerlo no hay mazatleco que no sepa su ubicación, pues la Puntilla, que no es otra cosa que el extremo o punto final del muelle, es el lugar donde tradicionalmente los sacerdotes católicos ofician misas o peregrinaciones con su grey el día de la marina mercante o cuando los barcos  salen cada mes de septiembre a la pesca del camarón. Además de otras fechas como el día de la Virgen de Guadalupe o las marchas de desagravio por los excesos en las fiestas de Carnaval.

Algunas personas aseguran que fue encontrada en el fondo del mar; otras de que la estatua ya elaborada cuando llegó a Mazatlán no quiso irse y no hubo poder humano que la moviera, pero lo cierto es que a estatua de la virgen se mandó fundir a la ciudad de México por el primer obispo de Mazatlán el sr. Miguel García Franco en el año de 1972;  pasaron tres años para que finalmente la estatua de la virgen se hiciera realidad y ya en Mazatlán  se instaló provisional  y en forma rustica sobre un cumulo de piedras muy cerca del golpe de las olas del mar.

A partir de 1975 el sitio se ve concurrido y al paso del tiempo se alzó la estatua sobre un pedestal y alrededor de ella se hizo una explanada adoquinada con propósitos recreativos y mayor concurrencia de los devotos. Todas las tardes hay una romería de personas que acuden a disfrutar de la fresca brisa del mar y gozar del espectáculo de las embarcaciones  que zarpan o arriban al puerto. Pero sobre todo hay los creyentes, aquellos que van y hacen alguna limpieza en el área, que acomodan los arreglos florales y retiran los que ya están secos, que acomodan las decenas de veladoras y que mantienen viva las tradiciones orales existentes.

Desde el primer día en 1975 hasta hoy la virgen recibe ofrendas florales y veladoras. Antiguamente los pescadores tenían como devoción a la virgen María en su advocación de virgen del Carmen, pero la virgen de la puntilla tiene la imagen de la virgen de Guadalupe, patrona de México.

En torno a la virgen del muelle de la puntilla existen muchas creencias y la que con mayor fuerza ha crecido es la de su intervención ante los vientos ciclónicos y huracanes.  En 1975 la ciudad fue azotada por el ciclón Olivia, causando graves daños materiales, en casas y edificios públicos. Hasta las bardas de la vieja cárcel municipal fueron abatidas por la fuerza del viento. Coincidentemente ese año fue la colocación de la estatua de la virgen y después de 39 años la ciudad se ha librado de perturbaciones ciclónicas y solo ha sufrido por las rachas de lluvias de los ciclones que han pegado en otras partes de la costa, como recientemente pasó con la tormenta tropical Manuel. La patrona del mar y reina de México, según la creencia popular nos ha salvado y nos seguirá salvando si continuamos con la tradición.

Los milagros atribuidos a la virgen son muchos, pero también destaca el papel de consuelo y oración cuando los hombres del mar han desaparecido o no se sabe de su paradero. Ahí vemos a los familiares acudir en grupos a rezar y a pedir su intervención, para que vivos o muertos se los regrese del mar. Muchos pescadores antes de partir acuden a la capitanía de puerto a sellar su libreta de mar para salir de viaje y aprovechan la cercanía para acudir y pedir buenas pescas y felices resultados en su actividad.

Mi amigo Tito Inzunza , un viejo lobo de mar, durante más de 20 años se dedicó a la pesquería del camarón y recuerda  que cuando el barco partía y se enfilaba  a mar abierto, desde la popa de su barco rezaba y le pedía fortuna en la pesca. Obteniendo buenos resultados.  Pero nada comparado cuando  en un viaje de los últimos de la temporada de pesca, dejaba en su casa muy poco dinero para el gasto y a su esposa en  la convalecencia de una operación. Cuenta que al partir el barco hizo sus oraciones y le pidió éxito en la pesca. Salieron y anduvieron troleando y tirando los chinchorros sin sacar  cosa  de consideración.  “Andaba tan muino y todo mundo en el barco renegaba y recordé que en mi cartera tenía una imagen de la virgen,  tomé la estampita entre las manos y empecé  a rezar”  Hacía esto cuando las redes caían y el patrón de barco sentenciaba que ese sería el último lance.  Al sacar las redes las sintieron con peso ,su ánimo y entusiasmo creció cuando vieron en el último lance de la temporada una copiosa cantidad de camarón; luego hicieron otro, y hasta un tercero con los mismos resultados.

Entonces dice Tito que vio en el rostro de todos sus compañeros la alegría, pero también percibió la codicia la fea cara de la ambición por seguir sacando más camarón sin tomar en cuenta que las bodegas se habían llenado.  Entonces dice que le agradeció a la virgen su favor y que ya cesara su divina intervención para que aquellos hombres descansaran y regresaran con felicidad a puerto.    Así fue, porque las redes salieron vacías. Otros amigos cuentan  aventuras de naufragios con resultados felices y atribuyen su salvación a la milagrosa mano de la virgen.