MARCELO EBRARD CASAUBÓN UN PRESIDENTE EN ESPERA

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ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ

El título la cabeza de este artículo corresponde al título de la biografía publicada con la firma del periodista y escritor Alejandro Páez Varela. Presidente en Espera es un libro editado por Planeta. En la portada trae un retrato del  ex mandatario capitalino observando la hora en su reloj. Es la primera y única biografía de un político que se formó a la sombra de Manuel Camacho Solís dentro del PRI, y que tiene una carrera de poco menos de 10 años en la izquierda catapultada por Andrés Manuel López Obrador. Enseguida afirma el autor: “Estamos frente al producto más afinado de un proyecto político de más de dos décadas que ha esperado su turno en la banca”.

De las páginas de este trabajo pueden recogerse algunos datos importantes, como el perfil de su personalidad, que a propósito señala Varela: “Marcelo Ebrard es un hombre, dirían los mexicanos, seco. Si ríe, a esa risa le antecede una frase irónica de él mismo. Tampoco acostumbra, en privado, ver a los ojos de la gente. Clava la vista en el techo o en su escritorio, y contesta. O pide, u ordena, según sea el caso. Carga un lápiz, o una pluma, y hace apuntes a mano. Esconde o pone a la vista, dependiendo de la visita, la cajetilla de Marlboro que se promete abandonar”.

EBRARD COMO JEFE DE GOBIERO.

                Marcelo Ebrard como jefe de gobierno ejerció una gestión como un fiel exponente del siglo XXI. Auspicio, apoyó la legalización y puso en la plaza pública tres iniciativas que ningún político en México se había atrevido siquiera a mencionar por temor a perder “su capital político”: la eutanasia, el aborto y el matrimonio entre homosexuales. Respecto a la eutanasia indicó, teniendo en contra del ala conservadora de la iglesia, que este era un acto de libertad para que las personas decidieran. Su posición a favor de los matrimonios entre homosexuales y la interrupción legal del embarazo no dependen del puesto político, indicó y enseguida afirmó: “Nunca voy a cambiar mi punto de vista ni mis convicciones. Ese es mi punto de vista como jefe de gobierno, pero lo será también con ciudadano o como presidente.

            Pero además contribuyó decididamente a cambiar la percepción de la inseguridad en la Ciudad de México, no precisamente aumentando la policía, sino haciendo un trabajo que trascendiera el liberalismo salvaje que nos asola a través de una serie de políticas públicas que los lazos comunitarios volvieran a fortalecerse: creo o rescato los espacios públicos, entre ellos el mismo Centro Histórico, construyó ciclopístas e impulsó el uso de la bicicleta. Además expandió el transporte público y generó actos artísticos multitudinarios, al tiempo que elevó las pensiones a los adultos mayores y multiplicó las becas educación media y superior, que permitió bajar la deserción al 6% que era del 26%  y con ello subió el umbral de las calificaciones este sector de estudiantes. Justamente por este tipo de políticas, entre otras,  desde el 3 de septiembre de 2012 fue nombrado Presidente de la Red Global de Ciudades Seguras de la ONU. (Global Network of Safer Cities).

SU LUCHA POR LA CANDIDATURA A LA PRESIDENCIA.

            Marcelo Ebrad en el 2011 había generado un prestigio en México y en el mundo que lo acreditaban para ser un candidato de lujo a la presidencia de la República, pues entre otros méritos fue nombrado en 2010 el mejor alcalde del mundo por el Proyecto World Mayor, al considerarlo como un reformador liberal y pragmático que no ha temido desafiar a la ortodoxia de México. Pero no pudo ser el candidato de la izquierda. Después del affaire en el Estado de México, donde López Obrador se opuso a una alianza con el PAN para ganar la gubernatura de ese Estado, porque temió que esa alianza se repitiera en la elección presidencial y quien tenía el perfil para encabezarla era Ebrard. Desde entonces quedó sellado el destino de Ebrard: López Obrador sería el candidato a la presidencia: las encuestas que se hicieron posteriormente para definir al candidato de la izquierda, de cuyos resultados nunca supimos los ciudadanos comunes y silvestres, fueron un simple trámite de legitimación del señor López. Tal vez algún día Marcelo hablara y sabremos qué pasó en esa “justa” que a muchos nos pareció injusta.       

            Pero Marcelo Ebrard ha iniciado su trabajo para ir por la presidencia el 2018. Su estrategia consiste en ganar la presidencia del PRD para tener una ventana relativamente importante para hacerse visible, pues desde que dejó la jefatura de gobierno ha perdido visibilidad a tal punto que en coyunturas tan importantes como está, suele aparecer en la plaza pública con declaraciones marginales y a veces muy marginales. Logar la presidencia del PRD es como caminar con un pie en el abismo; pues por una parte están los chuchos que son los propietarios de la desvencijada estructura del PRD, y éstos ya tienen candidato para ese puesto. Por el otro lado están los perredistas/lópezobradoristas que acechan a sus amigos/enemigos para arrebatarles la dirección del partido. Y tengo la impresión que Ebrard no cabe en esos grupos porque son un amasijo de intereses de corto plazo. Quizá Marcelo Ebrard tenga que buscar otros reflectores, porque la vereda le quitarán pero la querencia cuando…