EN LA GRILLA

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*Abundan ya quejas sinaloenses ante el Trife

*Los suplentes que alcanzaron titularidades

*Tranquilas “vacaciones” para Carlos Felton

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

Con todo fervor e inocencia, algún actor político de la entidad pidió, al arranque de la contienda, que no se fuese a judicializar la elección en Sinaloa. Petición imposible cuando las pasiones están desbordadas de antemano y cuando además todo mundo conoce el caminito por el que puede lograr algo, así sea sólo tiempo para discutir o asimilar la derrota.

En estos momentos hay ya varios casos haciendo cola en la Sala Regional de Guadalajara. No falta por supuesto, el fuego judicial amigo, la reedición política de Kramer contra Kramer, ni mucho menos la hostilidad abierta contra los contrincantes, aún si éstos fueron compañeros de viaje durante el trayecto anterior.

Destaca, aunque es bastante conocido, el affaire del Roberto Ramsés Cruz Castro, quien se hace llamar “el wero”, quien no quedó satisfecho con haber aparecido en la lista de candidatos plurinominales del PAN por esta primera circunscripción. Él luchó hasta lo indecible por lograrlo, y ahora que ya lo tiene en la mano, va y lo impugna.

Su inconformidad es porque apareció en el sitio número 19 de la lista, una posición que le hace absolutamente inalcanzable la curul que ansía, tanto por la atracción que genera el ser diputado federal, como porque tiene muchas ganas –necesidad, diríamos- de demostrar a sus detractores que sí tenía las relaciones y condiciones como para alcanzar esa posición.

No es fácil que el tribunal, por muy buena voluntad que le llegue a tener, ordene que lo muevan al menos en diez o doce lugares hacia arriba. Y si no lo logra, todo habrá sido un fracaso, pues dentro del PAN no le quedaron muchas asideras; hubo quien hasta lo acusó de haber comprado votos para alcanzar la primera propuesta del estado a la lista plurinominal.

El caso “Kramer contra Kramer” nos muestra que el cine tiene razón: la cinta en que una pareja en principio amorosa transforma su relación en un enfrentamiento despiadado, ilustra muy bien lo que pasa entre el PAN y el candidato independiente Manuel Clouthier Carrillo, cuya propaganda fue impugnada por su expartido.

Como el quinto consejo distrital dijo que no, que la propaganda sí cumplía con la ley, el PAN se llevó su litigio hasta el Trife, y allá están los magistrados de la sala regional del quinto distrito viendo cómo desfogan el asunto, que seguramente no les va a costar mucho trabajo, porque no se andan con sentimentalismos.

Como los directivos de Acción Nacional traían el brazo caliente, también se fueron contra la propaganda que colocó el candidato del PRI por el mismo quinto distrito, Ricardo Hernández Guerrero. En ese caso la acusación también fue desechada por el consejo distrital y recurrida ante el tribunal federal.

La lista se cierra con un recurso del Movimiento Ciudadano contra el acuerdo de registro de candidatos en el octavo distrito. Como se sabe, el dirigente estatal de Movimiento Ciudadano, el diputado local Mario Ímaz, le ha buscado por todos lados a la postulación del dirigente estatal petista, Leobardo Alcántara, quien aparece precisamente en el octavo como candidato suplente del innombrable. Si ya Alcántara es diputado local sin cumplir con el requisito de residencia en Sinaloa, que no sea candidato de un distrito en el que no vive y ni siquiera es vecino cercano. Además de la impugnación, Ímaz hizo la lucha de obligar a Alcántara para que pidiese licencia al Congreso Local, pero por supuesto, se trataba de una pretensión absurda.

CUANDO LA SUPLENCIA

LLEGA A CUMPLIR EL SUEÑO

Durante los últimos días, Julieta Torres pasó de ser una partícipe voluntaria en las campañas priístas de Quirino Ordaz Coppel y de Germán Escobar, a ser la diputada federal propietaria, ocupando una plurinominal de la que era suplente y aparentemente sin posibilidad alguna de llegar a San Lázaro.

Julieta aspiró a alcanzar una candidatura, sobre todo la del octavo, aunque en realidad las cosas estaban ya muy definidas. De repente, la señora jalisciense con la que hacía fórmula, tuvo la feliz ocurrencia de ser designada candidata a diputada al Congreso de Jalisco, y le dejó la titularidad por los cinco meses siguientes.

Una posición muy cómoda, sobre todo si consideramos que el mes de abril es el último de actividades legislativas propiamente dichas, a menos que haya alguna convocatoria a periodo extraordinario de sesiones. De todos modos, es seguro que mayo quedaría libre para moverse en las campañas, pues la diputada no para.

Por supuesto, no es el único caso de alguien que pasa de suplente a titular. La propia Julieta fue diputada local en la legislatura local anterior.

Pero el ejemplo más referido es el de Jorge Abel López Sánchez, quien en su afán de colaborar con la campaña de Francisco Labastida Ochoa, superaba estoicamente los bloqueos de los chilangos, hasta que un día el propio candidato presidencial lo vio y preguntó: ¿qué le hemos dado a Jorge Abel? Le respondieron varios cuentos que él notó, de modo que ordenó su inclusión en la lista pluri Todavía le hicieron la travesura de colocarlo como suplente de Natividad González Parás, a quien se consideraba un personaje inamovible de la legislatura. Pero González Parás se fue de candidato a gobernador de Nuevo León, una aventura totalmente incierta que sin embargo ganó, así que Jorge Abel pasó a ser senador titular al arranque del tercer año de la legislatura.

En condiciones de menor regocijo, la señora Elisa Meza alcanzó la titularidad en 1992, cuando sustituyó a Jesús Arnoldo Millán Trujillo, dramáticamente fallecido cuando hacía campaña por la Presidencia Municipal de Mazatlán. A doña Eliza le tocó rendir protesta junto con un suplente sudcaliforniano que igual pasaba a titular. Él dijo que llegaba ahí “por la gracia de Dios”, toda vez que el titular había fallecido, como en el caso de la sinaloense. Pero ella repuso que no, que parte de los votos que llevaron al Chinoldo a la Cámara, los había aportado ella, de modo que era más que la voluntad divina, lo que le llevó al Congreso.

DE VACACIONES

Aunque el periodo vacacional ya terminó, para el alcalde Carlos Felton González el asueto está apenas por empezar.

No es que esté en receso, sino que la veda publicitaria de las elecciones le ha venido como anillo al dedo. Con la agenda guardad en la clandestinidad, Felton puede tranquilamente reunirse con quien guste o suspender las reuniones programadas sin que haya quién le esté jeringando por lo que hizo o dejó de hacer.

Como además los candidatos lo tienen olvidado, quizá porque no consideren rentable enderezarle la crítica en serio, la vacación está completa. Y amenaza con durar hasta la primera semana de junio.