EN LA GRILLA

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*Los camioneros nomás quieren dos pesos más

*Mala fortuna, la de cazadores de adelantados

*Se encaprichan a quedarse con la autoliquidación

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

No cabe duda que los camioneros tiran a matar.

No nos referimos a la vieja conseja que les atribuía una instrucción para sus choferes: si lo atropellas gravemente, es mejor que muera. Mal herido sale más caro que muerto, aunque tengamos que pagar la indemnización.

Por supuesto que nunca se pudo comprobar la veracidad de ese aserto, pero con  frecuencia resultaba cierto: una indemnización mísera a los deudos del atropellado, era más económica quela permanencia de éste en un hospital privado, aunque sólo fuese de calidad regularcita. Había excepciones. Un día a la redacción nos llegó la información que el El Buto había sido atropellado por un pesero rojo y que estaba internado ¡en el Sharp!

Nunca en su vida había tenido el célebre personaje mazatleco tantas comodidades, lujos y atenciones. Por casi un mes se recuperó en habitación privada, con enfermera a la puerta, baño completo para él solo y por supuesto, las tres comidas del día, que incluían postre. Sólo le faltaba el habitual cigarrito, pero sobrevivió a la ausencia. Al final se aclaró que en realidad el atropellamiento corrió a cargo de un particular (una particular, más bien) que tenía contratado un seguro de alto nivel. A los días el clochard mazatleco volvió a sus andanzas normales, indeciso entre repetir la hazaña o cuidarse con mucha atención de los atropellamientos.

El c aso es que los camioneros han sido verdaderas amenazas a lo largo de la historia del transporte público. El epítome es por supuesto, el caso del trenazo, que hace 18 años enlutó a decenas de hogares mazatlecos e indignó a toda la comunidad.

Pero no era esa tirada a matar la que intentábamos abordar.

Es la del aumento a las tarifas que en estos momentos esperan obtener mediante presiones de toda laya al gobierno, echando mano de los recursos de siempre, especialmente la oferta de servicios en klos momentos políticos y por supuesto, el enamoramiento por la vía que fuese, de los funcionarios que algo tuviesen que ver con la decisión.

En esta ocasión los señores camineros del estado piden nada menos que dos pesos más por boleto. Cuando en el Distrito Federal el gobierno subió a cinco pesos el boleto del metro o el transporte en las unidades oficiales, todo mundo puso el grito en el cielo por la insensibilidad social de las autoridades. Imagínese usted se les hubiesen tocado los seis cincuenta, siete cincuentas y diez pesos que desde hace años se pagan aquí por un servicio que se supone debe ser de primera clase, pero dista mucho de serlo verdaderamente.

Subirse a un camión de 7.50 que se supone debe traer aire acondicionado es un verdadero suplicio, pues sólo el dueño de la unidad y el técnico que lo instaló o le dio mantenimiento, sabn que ahí hay aire acondicionado. Cuando hay suerte, es insuficiente, y como se supone que lo hay, los cristales de las ventanas no corren,. Obligando al encierro. Sólo se salvan los de diez pesos, pero esos son demasiado caros para buena parte de los trabajadores de la industria turística.

Ahora saque usted cuentas de quienes tienen que tomar cuatro camiones al día, porque no les alcanza para comer en la calle, o de quienes tienen hijos en las escuelas, porque resulta que el boileto de estudiante es para preparatorianos y de nivel superior, pero no de secundaria y menos de primaria, que casi siempre van juntos en las familias.

Normalmente las negociaciones tarifarias arrancan con un la exigencia muy alta para quedar en la mitad, pero este no es el caso. Los camioneros han advertido que van por todas las canicas, que un alza menor a la planteada no les serviría para recuperarse del incremento en los costos de operación, y aún hay un ala radical que propone declararse en rebeldía si no son atendidos en toda la dimensión de su exigencia.

Es innegable que los gasolinazos mensuales son un golpe al bolsillo de todo mundo. Que las refacciones automotrices en general y las llantas en particular andan por las nubes,. Pero aun bajo semejantes circunstancias, no ha habido un solo permisionario que deje su negocio. Ni siquiera el más modesto ha dado muestras de estarle metiendo dinero bueno al malo.

La sociedad debe esta muy al pendiente. Normalmente se decide a favor de los camioneros y no se piensa en la gente, aunque quiera dorarse el anuncio de un alza tarifaria con el eterno compromiso de que se mejorará el servicio y se atenderán las necesidades del usuario.

Lo hemos escuchado muchas veces y las cosas siguen igual, incluso con los habitantes de las zonas retiradas teniendo que hacer a pie el último tramo hacia sus viviendas, porque al camionero se le ocurre que a esas horas no le conviene meterse a una u otra colonia o simplemente deja trunca la ruta que obligatoriamente debía cumplir.

Por supuesto, los inspectores de Vialidad y Transportes noven nada, mientras cada chofer se siga mochando con sus treinta, cincuenta y hasta cien pesos de cada vez que les hagan el alto.

A ver con qué nos salen Domingo Ramírez Armenta y sus superiores.

NADIE QUIERE QUEDARSE

FUERA DEL JUEGO SUCESORIO

De tanto en tanto, los funcionarios sienten que ha llegado su momento de decir frases para los bronces, y las lanzas urbi et orbe, como dicen en el Vaticano.

El secretario general de gobierno, Gerardo Vargas Landeros, sostuvo que se investigará y en su caso se despedirá a los funcionarios que se anden promoviendo para un puesto electoral. No tendría que ir muy lejos: su subsecretario Marcial Liparoli ha dado inagotables entrevistas radiofónicas en las que trata por igual el tema de su milagrosa recuperación tras un trasplante de riñón, y la disposición para buscar la diputación federal por el segundo distrito, toda vez que la gente le ha hecho el favor de mencionarlo como uno de los posibles candidatos de su partido, al que hoy sin duda y sin rubor menciona como el PRI. ¡Faltaba más!

La dirigencia panista de Culiacán presenta y reitera denuncias contra los priístas que a su juicio andan en tareas de precampaña adelantada, tanto para el 2015 como para el 2016, y hasta se indigna cuando el Consejo Estatal Electoral y el Tribunal Estatal Electoral les dan para atrás con su queja, de la que otros actores se hacen eco.

Pero la puñalada de casa debe venir. Con toda tranquilidad, el presidente de la mesa directiva del Congreso, Adolfo Rojo Montoya, le dice orondamente al periodista Carlos Rosas que se siente competente para ser gobernador del estado, que no anda adelantándose para el 2016, pero que tampoco se descarta.

Más práctico, Martín Heredia recorre el estado, visita municipios y prácticamente saca su tendido para ofrecer a los alcaldes “lléguele lléguele, por acá están los presupuestos”. Heredia por supuesto, es diputado electo en el octavo distrito de Sinaloa, pero empieza a sacar provecho de la condición de representación alícuota que tienen todos los diputados.

En las polémicas está por supuesto Heriberto Galindo, con su aluvión de espectaculares anunciándolo como presidente de la Fundación para Mover y Transformar a Sinaloa, y se pretendió hacer otro escándalo con Daniel Amador por haber dicho que si el PRI postula a Heriberto Galindo en el 2016, Encima apoyaría a Heriberto Galindo. No fue un destape, sino una aceptación, un allanamiento hipotético, pero en estos tiempos todo da para buscarle ruido al chicharrón.

ENTONCES SÍ ERA POR DINERO

Cuando a principios de año se vino el escándalo de las autoliquidaciones, hubo algunos beneficiarios que intentaron cubrirse con el manto del desapego. El problema no es el dinero, dijeron, sino el propósito político que se le está dando al asunto. Para demostrarlo, agobiado ya por la presión social, el excalcalde de Ahome Zenén Xochihua Enciso fue a la ventanilla del palacio mochiteco para hacer un donativo al DIF por 262 mil pesos, cantidad exactamente igual a la que había recibido como autoliquidación.

Ahora que el Congreso habla de resarcir las cantidades indebidamente recibidas, Xochihua no alega que fue un dinero bien habido, sino que él ya lo devolvió. La realidad es que él, personalmente, nos declaró en la radio que era un donativo al DIF, que no aceptaba devolver nada porque no se había llevado nada ilegal. Pero ahora resulta que sí era por el dinero. Xochihua anuncia que no va a devolver dos veces el mismo dinero, que él ya cumplió. Entonces ¿para qué le puso etiqueta? ¿Quién era él a esas alguras para decidir a dónde tenía que ir una cantidad que regresaba en plan resarcitorio, como ahora quiere hacer ver. El señor exalcalde tiene en su poder un recibo que dice “Donativo al Sistema Integral de la Familia del municipio de Ahome”, como él especificó al momento de acudir a la ventanilla de tesorería. ¿Y el dinero de la autoliquidación?

Uno de sus muchachos, regidor en ese ayuntamiento, anunció que de ninguna manera va a hacer la devolución y se dijo dispuesto a recurrir al amparo.

¿Qué tendrá el dinero, que hace a la gente encariñarse tanto con él?