*¿Se festeja o no el día de la expropiación?
*Los cumpleaños para proyectar aspiraciones
*Presentación de los libros de José Luis Franco
FRANCISCO CHIQUETE
Tradicionalmente el 18 de marzo era una echa que unía a la sociedad mexicana. La fecha obligaba a expresiones positivas aún al Partido Acción Nacional, que históricamente estuvo contra la expropiación petrolera al principio y después contra la forma en que se mantenía la presencia del estado en el manejo de la industria.
Siempre hubo por supuesto, agentes sociales, sobre todo empresariales, que pugnaron por romper el supuesto monopolio del estado en el manejo de ese recurso nacional y que tuvieron al propio PAN como cabeza en una lucha sorda, inacabable.
Aún en la tecnocracia del priismo, el 18 de marzo era una fecha fundamental en la que el titular del poder ejecutivo estaba obligado a hacer una definición histórica y un posicionamiento actual respecto de la gesta del general Lázaro Cárdenas, obligación que continuó con los dos presidentes panistas que encarnaron -Vicente Fox Quezada- al ansia empresarial por acabar con la presencia estatal con el disfraz de lucha contra el monopolio; y Felipe Calderón Hinojosa, representante de la ideología fundamental del panismo.
Pero en la medida en que nuestros gobernantes se identificaron con los modelos económicos internacionales, los conceptos que sustentaron a la expropiación como una medida básica para la sustentación del estado mexicano.
Hoy, con la reforma energética que siempre soñó el PAN y que concretó la tecnocracia priísta, uno no sabe si la fecha del 18 de marzo debe festejarse o no.
La izquierda, que asumió el compromiso de defender lo que consideraba un legado histórico, fue derrotada en toda la línea y quedó arrinconada, de tal modo que en estos momentos sólo puede ejercer el derecho de pataleo porque además de su falta de fuerza legislativa, debe ocuparse de sus propios asuntos, como la sucesión en el PRD y la consolidación institucional del movimiento social que quiere convertirse en partido, el Morena de Andrés Manuel López Obrador.
Para la opinión pública tampoco es sencillo tomar partido. Durante muchos lustros hemos visto al petróleo –nacionalizado- como el instrumento único, la esperanza irrenunciable, que nos sacará de pobres y nos impulsará un día, a los niveles de riqueza que acaben con la marginación y la injusticia que nos ha acompañado por siglos.
Pero durante muchos lustros hemos visto también los abuisos, los excesos en que se ha incurrido con Pemex y sus recursos. Desde dirigentes todopoderosos como La Quina y demás, pilares del régimen de partido único con el PRI, hasta empresarios superprotegidos como este Yáñez de Oceanografía, que tiene el difícil honor de resquebrajar las famas de honestidad teórica de que llegaron investidos los gobiernos panistas.
Eso, sumado a la avalancha propagandística de la empresa privada como única alternativa para mantener al día a la industria petrolera, han hecho que el 18 de marzo termine por pasar, si no desapercibido, si disminuido respecto del nivel que en otros tiempos tuvo en el santoral cívico mexicano.
Por lo pronto en Mazatlán el reto es para Morena, que anuncia la realización de dos eventos para exigir la revocación de las reformas energéticas. A las diez de la mañana hacen una toma simbólica de la gasolinera La Marina y a las cuatro de la tarde en una marcha que parte de Juan Carrasco y Gutiérrez Nájera hacia la Plazuela República.
Morena tiene programada una marcha en cada una de las principales ciudades del país, mientras que el PRD tiene otras expresiones, muy parecidas, pero en menos lugares, al menos aquí en Sinaloa.
FESTEJOS CON
MIRAS AL FUTURO
Ayer se festejó el cumpleaños del diputado local Fernando Pucheta Sánchez, con una reunión que no fue muy amplia, pero sí muy variada. Prácticamente todos los dirigentes empresariales de la localidad, incluyendo a los de dos organismos hoteleros, Carlos Berdegué Sacristán y José Ramón Manguart Sánchez, los diputados locales del sur del estado y varios del norte e incluso el alcalde de Culiacán, Sergio Torres, quien por supuesto no pudo escapar a nuestros compañeros reporteros, a quienes reconoció que con todos y los avances en materia de seguridad, en la capital del estado sigue habiendo broncas que deben ser atendidas.
La verdad es que la reunión no abordó nada de carácter electoral, pero es evidente que Pucheta busca construir su presencia pública con miras al 2016.
Por supuesto no es el único que utiliza los festejos para enviar esos mensajes. Los cumpleaños se han convertido en los eventos predilectos.
Hace apenas dos sábados Irma Tirado reunió a una gran cantidad de personas para conmemorar su cumpleaños, precisamente.
Por supuesto, ningún aniversario como los de Daniel Amador Gaxiola, quien sigue reunieron a buena parte de los maestros de toda la entidad, así como a una buena parte de la clase política priísta y también a la del gobierno del estado, cuyo alto mando tiene siempre una representación en la fiesta del municipio de Elota.
TIEMPO DE SER SOLIDARIOS
Este jueves por la noche, en el Museo de Arte, los compañeros Mario Martini y Javier Valdez presentan dos libros de José Luis Franco: Memorias desparpajadas de Roque Latripa y Mira 3esa gente sola, en un llamado a adquirir ejemplares, en primer término por el placer de la lectura, por la calidad de los textos; y en segundo, por apoyar a este escritor, que se encuentra, como mucha gente de este país, en condiciones difíciles a las que hay que añadir un problema de salud importante.
Con José Luis Franco hemos vivido aventuras periodísticas muy importantes y aleccionadoras. Fue uno de los primeros en conseguirse un espacio para hacer una página cultural cuando en los periódicos locales eso no era un tema que importara.
Apoyado por José Alfredo Arnold Morales, director entonces de El Sol del Pacífico, Franco sacó adelante La Página, donde impulsó a gente de la localidad. Antes, por supuesto, habíamos coincidido con Mario Martini en Paralelo 23, donde él se hizo cargo de la sección cultural. Durante los últimos años ha escrito ininterrumpidamente para Río Doce, que le editó con esos artículos semanales, Mira esa gente sola, que el año pasado le fue presentado nada menos que por Juan Villoro.
De todo, por supuesto, lo que más le enorgullece hasta el momento es la creación de la Feliart, la entrañable Feria del Libro y las Artes, que de nada y con nada en los bolsillos, pasó a ser la principal semilla de estas actividades, y que como toda semilla, mantiene su vida latente, con posibilidades de despertar en cualquier momento. Esa labor le granjeó el premio al Promotor Cultural del año, entregada por el ISIC
Arrancaban los ochenta cuando sacó su primera novela, ¡Quién habita el Ángela Peralta?, impreso por su primo Rafael Franco, de gratísima y entrañable memoria.
Ha sido director de Difusión Cultural de la UAS en el sur del estado y director del Instituto de Cultura y Artes de Mazatlán.
Hoy las condiciones son difíciles y tenemos la oportunidad de apoyar, pero sobre todo de disfrutar de la lectura de dos libros completos, imaginativos, producto de la creatividad de este hombre que cambió la vida cómoda de un pequeño empresario exitoso para abrazar la carrera de las letras en un ambiente adverso. Hay que estar ahí: jueves 20 de marzo a las siete de la noche, en el Museo de Arte de Mazatlán.