EN LA GRILLA

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*Lanzan a Martín Heredia en el cónclave de San Diego

*Alejandro Higuera se suma al proyecto con su equipo

*Rivas acompañó a los industriales, no a desempleados

FRANCISCO CHIQUETE

Langostas.

Comúnmente, los clientes mexicanos piden langostas y alguna ensalada sencilla, casi siempre de la casa. Y vinos por supuesto. Los californianos son aceptados con mucho agrado, aunque algunas tarjetas de crédito aguantan dos o tres botellas de Vega Sicilia, cuyo prestigio tiene la virtud de extenderse a los comensales.

Pero aquella noche el plato principal en el cónclave de San Diego, con la bahía a los pies y el rumor del mar en los oídos, no era la langosta, precisamente.

En teoría, con la aquiescencia a larga distancia de don Gustavo Madero, Jorge Villalobos, coordinador de los panistas sinaloenses en la Cámara de Diputados, sacó el acuerdo para impulsar la candidatura de Martín Heredia Lizárraga nada menos que a la gubernatura sinaloense, en la contienda del año 2016, que por supuesto, ya está a la vuelta de la esquina.

Villalobos hizo despliegue de sus capacidades de convencimiento, de su simpatía, que se desinhibe conforme se escancian las bebidas, reforzado por el propio Martín Heredia para arrancar un “sí” de conformidad al mismísimo gobernador MarIo López Valdez, quien de entrada había advertido que no piensa renunciar a su apartidismo o pluripartidismo, según se le quiera ver, ni pondría en riesgo al estado y sus relaciones institucionales por más que hubiese agradecimiento y afectos.

El ambiente, el magnífico sazón de los platillos, la buena selección de los vinos –el sommelier había estado especialmente atento-, y sobre todo los acuerdos alcanzados, hacían que los participantes hubiesen estado felices, libres de las tensiones que en los meses previos habían marcado a cada uno de los protagonistas de aquel encuentro.

Si don Martín Aguirre y Fierro dejó escrito que “se brindó por la patria, por las flores, por los castos amores que hacen un valladar de una ventana, en esa oportunidad se brindó por el futuro, pero se tuvo buen cuidado de analizar cada una de las circunstancias que rodean a la presunta candidatura.

Para empezar había que ver con quiénes se las iban a ver: desde el escenario más enojoso, el de Jesús Vizcarra Calderón, hasta el más remoto, en que fue tasado Daniel Amador Gaxiola, pasando por los cercanos al régimen: David López Gutiérrez, jefe de comunicación social de la Presidencia de la República, y el diputado Heriberto Galindo Quiñones, sin olvidar a Aarón Irízar López, senador de la República, ni a Diva Hadamira Gastélum Bajo, también senadora.

Por pudor y respeto al gobernador, no se habló de Gerardo Vargas Landeros, el secretario general de gobierno, ni tampoco de Moisés Aarón Rivas Loaiza, a quienes se considera como las cartas del gobernador para la sucesión gubernamental por el lado del Partido Revolucionario Institucional, aunque ganas no les faltaban a los diputados blanquiazules, quienes hubieran querido obtener una definición más tajante, a su favor, por supuesto.

Claro que “con el tiempo y un ganchito…”

Sin embargo, hay una condicionante todavía más urgente y extrema para que el proyecto pueda cristalizar: que en la disputa por la dirigencia nacional del PAN, el ingeniero Gustavo Madero Muñoz salga adelante y mantenga su respaldo al propio Villalobos como vicecoordinador de los diputados, a las aspiraciones de Martín Heredia, y a la disposición de mantener el diálogo con el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez.

Un dirigente distinto podría venir a plantear un nuevo escenario que no sería obligatoriamente positivo para este proyecto.

CON LO CUAL SE EXPLICA TODO:

LAS VISITACIONES DEL DIABLO

Todavía previo a la definición de la dirigencia nacional, se presentó una contingencia adicional: la serie de cambios que este jueves se concretó en el gobierno del estado, y especialmente la sustitución de Roberto Ramsés Cruz Castro en la Secretaría de Desarrollo Económico. Aunque el exfuncionario tiene muchas antipatías en una de las corrientes del PAN, fue tomada como una afrenta partidista, sobre todo porque su lugar fue ocupado por un priísta al que le quieren dar futuro, como es Aarón Rivas.

Claro que esos cambios también trajeron nuevos tiempos y nuevos vientos para elementos del Partido Acción Nacional. Aunque Carlos Hermosillo se fue del Servicio Estatal del Empleo (dice Cruz Castro que desde la secretaría general de gobierno le habían advertido de no postularse como consejero del PAN por Navolato y lo hizo), llegó Guadalupe Robles, también panista, quien por cierto ya se olvidó de todas las cosas que denunciaba en otros tiempos. Hoy encuentra que tener un nivel de desempleo por encima de la media nacional no es tan malo porque hay otros estados de la región que registran estadísticas peores que las nuestras.

También llegó Alejandro Higuera Osuna, quien estaba muy anunciado, aunque nadie esperaba el puesto que se le asignó. Se dijo al principio que iría a la subsecretaría de Educación Básica de la Sepyc, pero que prefirió luchar por la dirección de Cobaes y al final le dieron la dirección de los Conaleps en el estado.

En este mismo espacio nos preguntamos por qué aceptaba Higuera Osuna un puesto tan menor para alguien que como él ha sido alcalde en tres ocasiones, diputado federal dos veces, diputado local otras dos, delegado de Sedesol en el estado, dirigente local del PAN y hasta regidor. Dirigir Cobaes sonaba a poco, con todo y sus 125 planteles. La de Conalep es casi una broma, con apenas dieciséis escuelas.

¿Por qué acepta? ¿Cómo dejar caer una historia hasta un precio que se antoja hasta barato?

La explicación está en el proyecto de Martín Heredia, en que ha cifrado sus esperanzas el equipo higuerista, y no sólo el círculo tradicional, sino los elementos de refuerzo que en los últimos años le llegaron a este cuerpo compacto que ha sorteado los buenos y los malos tiempos con iguales dificultades, porque no es para menos con Higuera.

Hablando del equipo de trabajo, en el huerto ajeno apareció una cosecha privada: el reparto de puestos en la dirección de los Conaleps definido como siegue: “el profesor Abelardo enseñará a los preparatorianos administración de mercados; el arquitecto Erick Reynoso, el Gigio, mostrará cómo hacer aulas con tablaroca; Sergio Rubio asesorará en grilla ranchera y el extesorero Raymundo Rocha sería, a no dudarlo, prefecto general. Renato Ocampo tendría a su cargo sensibilidad social, que explica lo innecesario de repartir cobijas porque aquí no hace tanto frío, o como devolver, cuando piden ayuda, a deudos de náufragos, porque no le toca al municipio. Pero ya quedó fuera porque agarrá chamba en la nueva administración.

Se está pensando toda vía si mover los horarios, para que las clases empiecen a las cinco de la mañana.

EL OPTIMISMO DE

DOÑA MARTHA

La dirigente estatal del PRI, Martha Tamayo Morales, hizo ayer una declaración que la muestra como una política que derrocha optimismo y mantiene en gran estima el valor político de su organización.

El PRI, dijo, no tuvo ninguna intervención en las designaciones que se hicieron para el gabinete del gobernador Mario López Valdez.

Vaya usted a saber quién le fue a preguntar algo sobre eso. Absolutamente nadie puede creer que haya sido de esa manera. Por el contrario, es mucho más fácil que del gobierno se hubiese influido en la designación de las secretarías del PRI. Al menos eso se dice del secretario general, Jesús Valdez.

AARÓN RIVAS. DÓNDE

Y CON QUIÉN ACUDIR

Ayer se realizó en Mazatlán la primera feria del empleo de la era de Aarón Rivas. Es cierto que ya estaba convocada y organizada, pero fue ejecutada ya bajo la actual administración.

Hubo sin embargo una diferencia: el nuevo secretario no acudió a la inauguración de la feria. Mandó en su lugar al director del SEE, el ya mencionado Guadalupe Robles Medina.

Pero si no acudió a encontrarse con quienes andan en busca de chamba, en cambio estuvo presente y muy puntual en la ceremonia de relevo de dirigentes de la Canacintra-Mazatlán, donde Mario Uribe Fenallosa le entregó la estafeta a Francisco Javier Villa.