EL INVENTO DE LAS BRUJAS EN LA ERA MEDIEVAL (2 DE 3)

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Lo que fue nuevo en Europa, después de las guerras entre católicos y protestantes, fue acusar a las mujeres de ser presas del diablo por su fragilidad y su imaginación lasciva, como se indicó en el artículo anterior. En estas circunstancias la mujer “hechizada” por el diablo era capaz de transgredir todos los tabúes: atentando y “tentando” a hombres, mujeres y bestias y hasta los mismos frutos de la tierra, así como metamorfosearse y de metamorfosear a otras personas y personajes. Al ser atrapada por el diablo la mujer se convertía en un monstruo que había que aniquilar,
Y aunque usted no lo crea, un simple rumor público era suficiente para poner en movimiento a lEl Santo Oficio y al aparato judicial de los reyes y sus formidables artes de investigación. Las sospechas de brujería se daban por varias razones; por ejemplo si una mujer que daba a luz un niño muerto, una caída de espaldas desde lo alto de una escalera o el empleo durante una reyerta de expresiones como «el diablo te lleve», o mantener baja la vista cuando se hablaba de brujería; o por tener un rosario con la cruz rota, entre otras cosas. Todo ello era motivo de presunta brujería; y ya no digamos mostrar su hermosura en paños no tan menores.
EL “HORROR” A LAS BRUJAS DE LA IGLESIA, LOS REYES Y LOS RICOS.
A raíz de esos supuestos horribles maleficios nació la Santa Inquisición -tan parecida a la extinta Dirección de Seguridad comandada por Nazar Haro- para interrogar a las sospechosas. Para ello utilizaban astucias inenarrables: procedían a la tortura con la que hacían reconocer a la detenida su pecado y por lo general le inflingían la pena muerte en la hoguera. Este procedimiento inquisitorial, que se aplicó al pie de la letra desde 1539, mediante la ordenanza introducida Villers-Cotterêts, en los códigos jurídicos franceses,

Por ello, cuando una mujer era sospechosa de brujería, raramente era absuelta. El interrogatorio comenzaba sin recurrir a medios de coacción física, y pero el interrogatorio empezaba a subir de tono a través de las herramientas de tortura que se utilizaban para el efecto. Por cierto, había una pregunta encerraba una trampa, ya que si respondía que no conocía al demonio, era como negar la existencia del Diablo, y por el contrario, si respondía que si daba paso a otra pregunta como, ¿A quiénes conoces y cómo los conociste?
PERO COMO TODO EMPIEZA, TODO ACABA.
En los siglos XVI y XVII, la brujería inunda Europa, por supuesto en algunos países más que en otros. Francia, que ya se topó con las herejías y con las Guerras de Religión que ensangrentaron al país entre 1562 y 1598, va a vivir una dramática situación de la invención supersticiosa de que en cada esquina había bruja a quien llevar a la hoguera. Varios autores coinciden en que fueron quemadas más de 60 mil “brujas” por el Santo Oficio y los ”laicos” en los países más desarrollados de Europa. En los que no aún no se ponen de acuerdo los historiadores es qué país fue mayor el número de mujeres muertas en la hoguera. Los hispanistas alegan que en la península Ibérica sólo son fueron sacrificadas 5 mil “brujas”, y a sí sucesivamente….
Pero desde finales del siglo XVI, las Cortes de París atenúan, repetidas veces, las condenas a las mal llamadas brujas. Es en 1663 cuando el Consejo Real interviene por primera vez en un nuevo asunto de posesión donde los jueces se ven forzados a abandonar las persecuciones. El 26 de agosto de 1670 las Cortes de París registran la ordenanza firmada por Luis XIV. El texto ya no habla de la brujería, sino que apoya inequívocamente los esfuerzos de los magistrados para decidir como último recurso el caso de la brujería. Pero en realidad sería hasta el año 1682, gracias a los esfuerzos de Colbert, oficialmente será pondrá fin a la persecución de las “brujas”.