DESDE EL BURLADERO.

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LOS NUMEROS DE LA MISERIA Y LAS MENTIRAS DE VIDEGARAY.
– Nada más siete de cada diez somos pobres y de estos, cuatro, miserables.
– Todo va bien dice Videgaray.
Alfredo Ramírez.
Cantaba El Príncipe de la Canción: “Qué difícil es cuando las cosas no van bien, tú no estás feliz y eso me pasa a mí también”.
Supongo que; por más cínicos que sean, que su naturaleza los arrope con una concha más dura que caguama vejestoria; en el fondo de su conciencia los que dirigen la economía de nuestra vulnerable nación han de andar igual que el hipotético destinario de la frase melódica que salían de los labios de José José.
Mire que repetir, como periquito merceño, la misma frase a cada rato; pero esta vez, en un intenso recorrido por los principales medios de comunicación nacionales, ha de resultar harto agotador.
Luis Videgaray sabe que no las tiene todas consigo. Sus pronósticos han sido errados desde el año pasado y nadie se traga la frasecita de que “vamos por el camino correcto”, porque esa la hemos escuchado desde los tiempos del gris Zedillo, pasando por el Lenguaraz de San Cristóbal y el Nefasto Lipe Calderas.
Vamos por el camino correcto. ¿Para donde?, ¿Para el voladero o el precipicio?.
A quien culpará, Videgaray en los próximos días?. Fox culpó a los diputados por no aprobarle IVA en alimentos y medicamentos para regresárnoslo “copeteado”; Calderón a la economía en recesión a nivel mundial y este amigo, va por el mismo camino; y como, los satrapaicos antecesores, piensa aplicar la misma receta: Joder más, al jodido.
Videgaray prometió el año pasado un crecimiento del 4 por ciento, el cual quedó en un 1.1 por ciento. Para este año anunció un 3.9 por ciento, y a escasos cinco meses del pronóstico ya nos lo rebajó al 2.7 por ciento.
Le apuesta a las reformas estructurales pero ahí se va a quedar.
En vez de incentivar el mercado interno, mediante la inyección de recursos públicos en la generación de infraestructura, que tienen un efecto multiplicador; prefieren de manera keynesiana contraer la economía.
Ahh pero vamos bien, dice. Dinero hay y lo saben bien las chusmamafías cuadradas neoliberales y vendepatrías, lo mismo azules que tricolores. Si tan sólo pusieran a trabajar, no en el mercado de valores y especulación, los fantásticos fondos de ahorro para el retiro en inversión de infraestructura como puertos, carreteras, aeropuertos y presas; otro gallo cantara.
Las reservas internacionales se empolvan mientras que el obeso que administra el Banco de México prefiere solapar el endeudamiento del gobierno.
Vamos bien, dice Videgaray y sus corifeos; mientras la realidad nos abofetea.
Leí con mucho interés el artículo que el periodista sinaloense, Ernesto Alonso López publicó en el portal criticapolítica.mx titulado “Pobreza y miseria: las cifras del horror”; donde con datos duros del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, vulgo, Coneval, nos presenta una realidad que casi todos vemos o vivimos, menos los sátrapas de la clase dorada.
De acuerdo a esas cifras, nos refresca la memoria, en el 2012, año en que inició su gobierno el Envaselinado, nada más el 19.7 por ciento de los mexicanos vive en condición de extrema pobreza, miseria pues; en tanto que el 53.3 por ciento en pobreza, en conjunto un 73 por ciento.
Han pasado 25 años desde que el Satán Salinas lanzó el Solidaridad, programa que con las subsecuentes metamorfosis no ha servido de mendiga sea la cosa. La miseria sigue presente y no se va a acabar en tanto los gobiernos entreguistas sigan administrando la miseria para perpetuarse en el poder, con el único fin de sostener un sistema político agotado, como bien señala la periodista Ivonne Melgar, a quien retoma Ernesto Alonso López en un trabajo que no tiene desperdicio.
La miseria ahí está. Hay que verla a los ojos. Aquí en Mazatlán, este puerto paradisiaco al que llegan cadenas que sólo se llevan la riqueza a cambio de generar empleos de 900 pesos a la semana; la vemos todos los días.
No necesita irse a las colonias de la periferia. Nomás dese una caminada tranquila entre las seis y las ocho de la noche para que observa la enorme cantidad de mujeres jóvenes, señores adultos de edad mediana, muchos a pie y otros en bicicletas, banqueta tras banqueta abriendo las bolsas de basura para buscar, ávida y ansiosamente, latas, plásticos y periódicos; por lo menos.
Ahh, pero todo va bien, dice Videgaray.
LA DEL ESTRIBO.- Enfermo o no; su sola mención sigue generando reacciones encontradas que van desde ponerse la mano en la cartera de manera automática, hasta el clamor de que vuelva, vuelva pero lo que, dice la Leyenda Urbana, se llevó para nunca más devolver. HLP..DM