¡BIENVENIDO LOZOYA; DE VERAS, BIENVENIDO!

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ELIO EDGARDO MILLÁN VALDEZ.

Emilio Lozoya llegará en las próximas horas a México procedente de Madrid, España. Un avión oficial mexicano lo traerá para que enfrente las acusaciones de lavado de dinero. Apenas descienda del avión, los médicos legislas verificarán su estado de salud y se procederá con su traslado inmediato al Reclusorio Preventivo Norte, donde se encuentran los jueces federales que concedieron las órdenes de captura.

Dependerá de la FGR decidir si primero se presentan los cargos por el caso Odebrecht o el de Altos Hornos. Con independencia de lo anterior se tendrá que llevar a cabo una audiencia por cada caso. Una vez formulada la imputación, Lozoya y sus abogados podrán definir si quieren que el juez defina en ese momento si se le vincula o no a proceso, o si en su defecto solicitan un plazo de 72 horas que puede extenderse hasta 144 horas. Es previsible que, tomando en cuenta la intención de colaboración que existe, el exfuncionario priísta decida no combatir ni retrasar dicha vinculación.

QUIÉN IBA PENSAR QUE LOZOYA IBA CIMBRAR LOS CIMIENTOS DE LA REPÚbLICA SIMULADA.

Después del affaire justiciero en el que se verá envuelto, Lozaya Austin podría ser candidato a un monumento en la Rotanda de los Hombres sin Lustre. Y no sólo porque la cofradía políticos que nos (des)gobernó para enriquecerse, seguramente será “confinada” en la cárcel y les serán confiscados los bienes públicos de los apropiaron producto de sus triquiñuelas, ya por esto merecería un monumentito en alguna plaza circular de alguna provincia mexicana, porque cantar, en el sentido jurídico, es ya toda una hazaña.

Pero el monumento en la Rotanda se lo ganará por las múltiples denuncias y las pruebas contra que presente contra sus cómplices, además este proceso nos enseñaran las vísceras y las tripas de una república simulada, cuyos poderes y niveles de gobierno son una imagen virtual es una cortina de humo que nos impide observar que las leyes y las instituciones son una plataforma en la que los malabaristas y payasos se mueven a su antojo para enriquecerse a través de una red de complicidades, donde el presidente es el titiritero mayor. Quizá de este juicio y la reflexión sobre sus secuelas, nos permita situar a México de pie porque los políticos de todos los pelajes lo tienen de cabeza.

PERO LOXOYA NOS PERMITIRÁ ACCEDER A OTRA GRAN ENSEÑANZA.

En los dimes y diretes de tinte electoral, que por “necesidad saldrán a luz”, serán un gran espejo en donde se proyectará la imagen del pastor de la 4T, no precisamente reforzando las leyes e instituciones ante su secuestro, sino talándolas hasta arrancarles las raíces, porque al fin y cabo a los presidentes sólo les sirvieron para ocultar la corrupción -y no solamente por asuntos de prevaricación.

En tal perspectiva para el prócer de Macuspana, las ley y las instituciones sólo le estorban y le molestan, porque como Peter, va haciendo un tiempo récord, aunque lamentablemente haya extraviado en la red de redes de la múltiples crisis que se le han venido encima. Para don Andrés esos molinos de viento le impiden caminar con mayor rapidez, porque no quiere hacer una cuidadosa labor de “camuflage” que hacían sus “adversarios” cuando ostentaban el gobierno, porque el sí quiere ganarse un monumento en la Rotanda de las Personas Ilustres.

En fin. Si en este juicio vamos más allá del espectáculo y las contriciones con sabor electoral, entonces Emilio Lozoya Austin será un enorme material didáctico en el que podremos entender que el país ha sido un enorme gato con los pies de trapo y los ojos al revés. Y quizá hasta nos animemos a refundarlo.