AMLO Y ECLIPSE DE LOS CONTRAPODERES 2

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Ayer se afirmó que los contrapoderes eran y son el ingrediente fundamental de la democracia y por lo general la garantía de la estabilidad de los países, con todo lo que implica la estabilidad para la economía, la política, la cultura y la convivencia de la sociedad. No hay que ir muy lejos para demostrar esta afirmación: los países europeos gozan cabal salud, a pesar de los nubarrones crísicos que se ciernen en el mundo.

Ayer también se señaló que una inmensa mayoría de ciudadanos le había dado su voto al prócer de Macuspana con la esperanza, entre otras ilusiones, de que completaría el proceso de crear y robustecer los contrapoderes que habían venido tejiéndose a lo largo de 20 años y que, no sin tropiezos, habían acotado al rampante presidencialismo.Pero progresivamente no hemos dado cuenta que México gobierna un solo hombre, pues ha dicho que no quiere ser florero, que Él manda en nuestro terruño.

TODO TIENE UN PRINCIPIO Y A VECES UN MAL FINAL.

El proceso de desmontar los contrapoderes empezó con el anunció AMLO de hacer una consulta sobre el Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), cuando aún no tenía facultades, porque en ese lapso solamente era presidente electo, ademas esa auscultación la hizo Morena, dejando al margen al Instituto Nacional Electoral (INE), mandatado por ley para ese efecto. Vale decir que la “consulta” estuvo plagada de errores, votos duplicados, boletas sin controles y en la que apenas participaron un millón 67 mil 859 a lo largo y ancho del país.

Este ilegal aeropuerticidio tuvo dos hechos complementarios que lo permitieron: la fuerza de más del 50% de los votos en la elección de 2018 que le dio Andrés Manuel una fuerza inusitada y, a su vez, una extrema debilidad de los partidos que pasaban a la “oposición”, con el ingrediente de que Enrique Peña Nieto, muerto de miedo, dejó de ser presidente desde el primer día en que se alzó con la victoria el actual presidente. Es preciso indicar que esa fuerza le dio la autoridad para hacer otras consultas a “mano alzada” y más.

DESPUÉS TODO FUE MIEL SOBRE HOJUELAS.

Paso a cuchillo la división de poderes. Hoy tiene en un puño a dos poderes de la Unión: Ejecutivo, Legislativo y progresivamente tendrá a su disposición el poderJudicial. Además colonizó organismos autónomos como la CRE y la CNDH y va por el control total del INE y el Tribunal Electoral. En casi 365 días López Obrador ha destruido o hecho suyas más instituciones que ningún presidente. Al ritmo de ese proceder ha desmontado varias partes fundamentales de la democracia mexicana. En algunos casos no ha destruido estos organismos, simplemente implanta a uno de los suyos en ellos.

Otro tanto ha ocurrido con las organizaciones de la sociedad civil. En efecto las Organizaciones de la Sociedad Civil, habían adquirido un protagonismo inusual desde hace por lo menos quince años. Se las considera las protagonistas de una nueva forma de gobierno, la gobernanza, según Lecay, y a veces le enmendaban la plana a las políticas públicas y los programas, a veces se les invitaba a incorporarse a asesorar programas de gobierno, sobre todo de contenido social. Se convirtieron con el paso del tiempo en sujetos de financiamiento público. Hoy estos contrapesos brillan por su opacidad. El presidente las ve con desprecio y prácticamente les ha arrebatado el apoyo financiero con el pretexto de que vivimos bajo los auspicios de la austeridad republicana.

UN FINAL SIN FINAL.

Quienes apuestan por el aniquilamiento de las instituciones, o de quienes, estando al frente de las instituciones, se vuelven subordinados de los presidentes, por los general ese tipo gobiernos van a la deriva en el mediano pazo. Los equilibrios son importantes y los contrapesos son fundamentales, particularmente cuando los líderes se ciegan por su poder por el respaldo popular que ostentan, pensando que con sólo gobernar a una parte del país, es suficiente. Bolivia, con la agudización de sus contradicciones y el colapso de la alianza en el poder ante un repudio encendido, es un buen espejo para reflexionar y evitar caminar por el mismo sendero que recorrió Evo Morales, que fue el de la polarización y la desunión. (Diario El financiero. Raymundo Riva Palacio (13/ 11/ 2019).

Estamos sólo a un año de los seis que estará en la presidencia Andrés Manuel López Obrador. Tiene un tiempo sobrado para rectificar. No debe apostar por el perfil de una sociedad carismática. López Obrador, llegó a la silla presidencial y la gente le concedió todo el Congreso en las urnas. Supongamos que actúa de buena fe, los estudiosos del poder, como Weber, prevén que las condiciones de un poder absoluto lo obligarían al desequilibrio y a la corrupción. Cuando un sólo político tiene tanto poder, tuerce la ley a sus intereses y somete a los contrapesos para dar paso al iluminado. Las instituciones serían aderezo del poder absoluto, tarde o temprano. No debemos olvidar la frase que escribió Lord Acton que hace más de cien años una frase: “El poder tiende a corromper, y el poder absoluto corrompe absolutamente”.