Tercera Llamada…Ciclico

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Ismael Estrella Guerrero

En varios Estados del país ya empezaron a sentir los estragos que causan los fuertes vendavales, y otros desde hace meses sufren graves problemas por las sequías.

No es algo nuevo.

Es lo mismo de todos los años.

Los noticieros televisivos y radiofónicos nos inundan con todo ese problema que sufren miles de mexicanos con la pérdida de vidas humanas y destrozos materiales cuyos costos suman miles de millones de pesos, difíciles de recuperar por cierto, si tomamos en cuenta la debacle económica en que estamos inmersos, aunque nos sigan asegurando que nos encontramos casi en jauja.

Quién sabe en que país vivirán ellos, por que aquí, la realidad es totalmente contraria  a lo que argumentan

Por lo pronto, históricamente la naturaleza “se ha esforzado” por hacernos ver y sentir sobre todo, la situación que vive el país en cuanto a infraestructura.

Por eso, al observar los destrozos (aunque sea por fotografías y noticieros televisivos) causados en diferentes partes de este México nuestro, nos pone a pensar en la vulnerabilidad de nuestro puerto, tan expuesto al azote de cualquier fenómeno natural, como ha ocurrido en años anteriores.

Temporada tras temporada entre los meses de agosto a octubre, sufrimos inundaciones; unas más graves que las otras, pero siempre estamos en el “ojo del huracán”.

No hay época la que no soportemos las rigurosidades climatológicas.

Y dicen los que saben que cada vez puede ser peor debido a los cambios climatológicos que sufre el planeta. Esto no lo digo yo. Lo he visto en Discovey Channel. Que ni lo digan.

Mejor me voy pa´l Fuerte de Montesclaros; la tierra del Zorro y donde los hombres se dan, pero no unos a otros.

Si de ya de por sí  “temblamos” cada vez que escuchamos tronar el escape de una motocicleta y nos tiramos a cualquier lugar para escondernos, como si un sargento militar gritara con todo su rencor: “Pecho a tierra”, y encima nos dicen que los fenómenos naturales vendrán más duros que nunca. Ta´cabrón, entonces.

En lo personal, cada época canicular  que he vivido aquí veo lo mismo: Anuncios de que cuando menos un temporal nos llegará con todo su esplendor, además de los aguaceros que provocan inundaciones en colonias trayendo consigo el desbordamiento del estero Infiernillo y el arrollo Jabalies, además de dejar las calles hechas pedazos tal y como se encuentran en la actualidad, sin dejar de lado los drenajes tapados o rebosando; el mar saliéndose de su normal apariencia, llegando hasta el malecón en algunos puntos de la avenida del Mar, además de los enormes daños materiales, sobre todo en asentamientos que fueron “invadidos” con anterioridad y que no contaban con la infraestructura adecuada para resistir los embates naturales.

Claro que no son los únicos sitios donde sufren las consecuencias.

Hay otros que aparentemente fueron construidos como modelos de fraccionamiento:

¿Se acuerdan como se ponía frente a la López Mateos?

¡Ah bueno!, pues en los últimos años sufrió las mismas consecuencias.

Curiosamente después de tales embates venían las declaraciones de funcionarios que argumentaban lo mismo. Nunca hubo soluciones.

Sin embargo, hace cuatro años se vio una posible salida; algo que empezó como un proyecto plausible para convertirlo en un recurso necesario: La construcción de la presa Picachos, que además de detener las fuertes avenidas de las aguas, acabaría con las sequías. ¿Y qué pasó?

Nada, lo mismo de siempre… Nada.

Bueno, ya estamos en otra temporada de huracanes.

Mazatlán puede estar en el camino de alguno de ellos y no hay fuerza que lo detenga.

Lo mejor que podemos hacer es estar al pendiente de cualquier eventualidad que se presente y protegerse lo más posible.

No solamente al más “jodido” se lo llevará la corriente. Todos estamos en las mismas circunstancias.

Si bien es cierto que en los últimos años no hemos sufrido atrocidades graves, también lo es que siempre estaremos “de la mano de Dios”.

Nos han “pegado colitas” o huracanes “de paso”, pero de lleno no recuerdo uno fuerte. Claro que cada temporada pasan uno o dos con toda su furia, pero afortunadamente aquí no llegan igual, que si no.

Ojala y sigamos en las mismas condiciones porque si no… ¡Ay nanita!

Total.

 

Escríbanos, si quiere: ismael.estrella@live.com.mx