Tercera Llamada

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Los casinos: aquí, allá o acullá, siempre es igual

“No es un misterio para los habitantes de Mazatlán que todas las noches hay juegos públicos en las Olas Altas, que están, como las industrias legítimas, bajo la protección de la autoridad. Si hay un escándalo en la partida,– en la ruleta– trata de reprimirlo la policía; si roban algo, hacen lo posible por aprehender al ladrón. Precisamente lo que harían si se tratara de una tienda o establecimiento comercial”.

“Estos juegos no son prohibidos, pero si bien es cierto que el Código Penal le predica un capítulo entero, también lo es que con singular revisión, omitió definir que juegos son los prohibidos y de ahí, que no haya sido posible procesar a los tahúres en la capital, que es la que da el tono a los Estados, Sin embargo de que no son prohibidos esos juegos, no pueden jugarse públicamente sin pagar una licencia fuerte que pasa con el nombre de multa”.

“Esos tapujos innecesarios tienden al desprestigio de las autoridades y dan pábulo a las consejas del vulgo, siempre adicto a lo inverosímil y maravilloso”.

“Repetidas veces hemos oído decir que esas multas, llamadas disimulo, ascienden a fabulosas cantidades y que se las apropian este, aquel y el otro. Si se supiese La verdad; si esta verdad se hiciese notoria, los rendimientos del juego serían los mismos y cesaría el desprestigio de la autoridad”.

“Bien creemos que no hay quien se atreva a proponer que se licencie el juego; es decir, que se señale un derecho de patente al jugador, como lo tienen los comerciantes e industriales con casa abierta, por que de hacerlo, la moralidad se alarmaría sin que baste decir que el juego existe a pesar de la moral y que no habiendo juegos prohibidos, deben entenderse permitidos todos”.

“El público insiste en jugar monte, ruleta y demás juegos de azar; el más peligroso de todos, el llamado póker, es un juego de sociedad, que se juega en las mejores casas y si el público lo quiere, es claro que el público lo tendrá. La autoridades insisten en que por jugar se pague una cuota como licencia o multa previa- y si el disparate es permitido- se paga. ¿No sería mejor que esa cuota formase parte de las contribuciones directas? : El presupuesto de ingresos y el público se persuadiría de que en efecto los jugadores pagaban por jugar”.

“La próxima legislatura podría tomar en consideración este asunto y reglamentar el juego a priori, para que cesaran las críticas y adivinanzas que refluyen en perjuicio del prestigio de la administración”.

¿Le parecen conocidos los comentarios anteriores, por aquello de los casinos o casas de juego que hay en Mazatlán, en Culiacán, en Sonora o cualquier otro sitio?

Que no le causen asombro entonces, por que es algo que se ha venido ventilando desde el ¡siglo 19!, si tomamos en cuenta que lo que leyó trata de una nota periodística que apareció publicada el ¡8 de mayo, de 1894!, en el periódico “Correo de la Tarde”. De Mazatlán.

Al cabo de 120 años siguen las cosas sin variar.

Aunque si bien es cierto que ahora Olas Altas no es el centro de la polémica, por que en aquel entonces era el punto neurálgico donde se reunía la gente para celebrar durante el mes de mayo unas fiestas en las cuales había juegos de azar de diversos tipos y que la sociedad criticaba, ahora lo son otros sitios.

Además sigue la cuestión de que pueden autorizar la creación de más casinos en sitios turísticos como el nuestro. La pelea a veces es férrea.

Esto ya tiene años ventilándose y por el momento no se conoce que las autoridades correspondientes “hayan dado su brazo a torcer”.

Hay muchos intereses ni que dudarlo, pero si hacemos un poco de análisis sería canijo que con el pretexto de los casinos nos llegaran gente que amasa sus fortunas en faenas que no son lícitas u otras que sin duda aprovecharían para “lavar su dinero”.

Mientras tanto, lo curioso es que mientras que una parte de la sociedad critica su funcionamiento (como ocurría desde las fechas citadas) otra porción está de acuerdo en su existencia.

Tan es así que a diario los vemos atestados de gente.

En lo personal no los conozco y no me gustaría jugar por que soy muy “picado”.

Capaz y me quedo en la calle.

Además que soy bien “salado”.

Se de varios que andan pidiendo prestado para poder ir y buscar la fortuna que los saque del atolladero.

También de otros que han ganado una buena suma de dinero, pero a los pocos días van y la pierden por que la codicia es difícil de superar.

Total, si “Veinteañosnoesnada” (“Volver”, Carlos Gardel), ¿Qué son 120 años?

ismael.estrella@live.com.mx