REPORTAJE: EL AMBULANTAJE EN MAZATLÁN.

0
53
IMG_0562.jpg

* 11 mil 658 permisos se revalidan al año.

* Urge recuperar espacios y banquetas para los ciudadanos, señala Salvador Reynosa Garzón.

* Se juega con estadísticas para no afectar compromisos camarales.

No existe calle o avenida de nuestra ciudad donde se deje de observar algún puesto, carreta o mesa con venta de los más diversos productos o artículos imaginables.

Sobre todo, predominan los relacionados con la venta de comidas preparadas o alimentos diversos: tacos, mariscos, fritangas, alimento chatarra, antojitos; le sigue la venta de ropa, lentes y bisutería, perfumes y celulares; frutas y verduras.

El comercio ambulante, fijo y semifijo, tiene sus categorías, sus variedades y sus clasificaciones.

Todo parece indicar que no hay una cifra precisa de cuantos operan, y cuándo y por cuanto, aunque en la oficina de Oficialía Mayor, instancia municipal encargada de regularlo, vigilarlo y controlarlo, se reporta la existencia de la pavorosa cantidad de 11 mil 658 permisos que se revalidan o renuevan, año con año, aunque eso no represente o refleje igual número de familias o personas.

“Siempre se ha jugado con algunas estadísticas para tratar de no afectar algunos compromisos camarales como Canaco y Canirac, pero tratamos de apoyar a diferentes organismos que representan al vendedor ambulante que por lo regular esta adherido a una serie de organizaciones como la Crom, Croc y CTM entre otras que han tratado de aglutinar y, espero, defender los intereses de los ambulantes”, manifestó el arquitecto Salvador Reynosa Garzón.

Para efectos de control, la ciudad está dividida en tres cuadros, y a estos se suma una serie de actividades intensas de comercio como son el tianguis de la Juárez; el de la Francisco Villa que ha crecido mucho y el del Flores Magón, que también crece bastante. Todo esto debido a la falta de empleo que existe en todo el país, de lo que Mazatlán no esta exento y obliga a las familias a buscar otro tipo de sustento.

 

Cabe precisar que en la zona federal marítimo terrestre, es una zona dentro de la reglamentación federal en manos de Profepa y “vigilada”

por la Profepa, y existe un convenio de coordinación donde el municipio es el que coadyuva en la vigilancia, poniendo la mayor parte de personal. También estos vendedores están agrupados en organizaciones.

Salvador Reynosa manifiesta que no se ha hecho uso del garrote, sino de la palabra y dialogo, para solucionar los problemas existentes en zonas de conflicto, muchos con permiso otorgado contra los que no se puede actuar, siempre y cuando cumplan con su giro y ubicación.

En una revisión original, donde se recorrió y evaluó la ciudad se detecto la existencia de11 mil 658 permisos que se revalidan anualmente en todo ámbito.

El Oficial Mayor explica y detalla: “ Obviamente aquí están personas que tienen el permiso de ambulante o de fijo y semifijo, mas sin embargo también sacan permiso para vender flores cierto día y se suman. De estos permisos se dividen 1721 permiso temporal, es decir aquellos que participan en Carnaval, Semana Santa, Día de Finado, de la Madre, en algún evento especial sacan alrededor del estadio, pero ellos ya tienen un permiso temporal y suman un permiso mas; el número importante de trámites que hay.”

En la numeralia se comprende 361 permisos provisionales, que se sacan por cierto periodo y en la zona de playa o zona federal, 777 permisos otorgados por Semarnat, en diferentes zonas, algunos concesionados para palapas, otros para vendedores de hamacas, ropa, alhajas; tanto en avenida del Mar, Malecón y la Sánchez Taboada, donde hay hasta cuatro o cinco vendedores de raspados, o de ropa o chatarra haciéndose competencia entre ellos mismos.

En momentos críticos para la ciudad se dan intensificaciones, como en Semana Santa donde operan 450 permisos de manera tradicional.

Tambien existen los llamados “tolerados”, es decir, aquellos que no cuentan con un permiso pero operan, habiéndose detectado casos de personas que tienen hasta siete años en esa situación.

En Villa Unión hay vendedores invadiendo lo que se llama el boulevard, los alrededores del mercado y la plazuela así como un tianguis dominical.

Salvador Reynosa Garzón enfatiza que el actuar de la dependencia es darle prioridad al peatón sobre la banqueta y que el ambulante permitido, tolerado o autorizado respete el giro.

“Estamos rescatando zonas en lo que es la banqueta, estamos trabajando por etapas, estamos limpiando la ciudad de otro tipo de elementos, sabemos que la tarea nos es fácil. Ahorita estamos por entrar con el tema de lo que es la Sánchez Taboada, donde ya hicimos un monitoreo, pero lo vamos a hacer con las organizaciones que te digo, los presidentes de los organismos que los representan, para que no sea un trabajo nomas de la autoridad sino de los que deben de estar mas interesados de que el comercio este organizado porque son los que viven de el”.

El oficial mayor manifiesta que el alcalde hizo compromiso en campaña de no hacer un gobierno con afán recaudatorio, y en virtud de ello se ha determinó apoyar en los tramites de regularización de tal manera que una carta de no adeudo que constaba 210 pesos dejarla en ciento de manera fija.

Aplicar un descuento de pronto pago de 20 por ciento a aquel que pague un semestre o anual de manera que puedan pagar anticipadamente y se beneficiaran con el descuento; y autorizo la exención del pago, no del trámite, de todo adulto mayor de sesenta años que tenga su comprobación y reconcomiendo del sistema DIF municipal y de aquellas personas que tengan en su grupo familiar a una persona con discapacidad.

Esto ha beneficiado de manera importante a este sector en 5 mil familias.

“En una segunda etapa el presidente a partir del 1º de abril instruye a oficialía mayor y el área de ingresos para que el costo del piso que pagan los ambulantes y los fijos y semifijos se redujera en un 30 por ciento, el pago del piso diario, con una aplicación general y esto significo que los ingreso que el municipio generara en esa misma proporción se redujeras del 30 por ciento”, concluyó.

Lo cierto es que, en tanto la ciudad siga creciendo, con sus nuevas avenidas y desarrollos inmobiliarios; mientras Mazatlán siga siendo un destino con sueldos bajos, periodos de empleo estacional y las grandes cadenas que se llevan las ganancias a sus casas centrales sin generar un efecto multiplicador, por mucho esfuerzo que haga la autoridad, el ambulantaje, en todas sus variedades, seguirá llenando de motas la ciudad.