Recuerdan familiares a sus “muertos chiquitos”

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*Los panteones lucen llenos con motivo del Día de los Angelitos

*Les llevan globos, flores,  juguetes y comida

Como ya es tradición este primero de noviembre Día de los Angelitos, globos multicolores, arreglos florales, monos de peluche, veladoras, objetos personales y comida, adornan las tumbas de los  niños y adolescentes que se nos adelantaron en el camino.

Los panteones de la ciudad se convierten en escenario de fiesta y los seres vivos pasan un tiempo de feliz comunión con la muerte, acuden al reencuentro con sus seres amados, primero los niños, porque son los que corren más y llegan primero, preparando el camino para los adultos, por eso los muertos chiquitos como se les llama se visten de colores, porque no es tiempo de penar, sino de recordar cosas bellas de esos pequeños ángeles que se adelantaron en el camino.

Pero no todas las tumbas se ven bien, hay algunas cubiertas por la maleza, tumbas quemadas, que ya están en el olvido, pero no falta quien se apiade de esa pequeña alma y se arrimen a poner una veladora y regar con un poco de agua ese pedazo de tierra, y de ser posible rezar un rosario.

Según los guardias del panteón municipal número 4, mejor conocido como el Jardín, y del Renacimiento, desde muy temprano empezó a llegar la gente a estos camposantos, cargando arreglos para las tumbas, que la mayoría de ellas, lucen desoladas durante casi un año, para este día convertirse en un centro de gran afluencia, porque quieren estar junto a la última morada de sus angelitos.

Para doña Clementina, una señora de más de 60 años, moradora de la colonia Juárez, el ir a la tumba y saber que su nieto yace ahí, es algo que no supera, pero dice que está con el creador y que ella pide por su alma todas las noches.

Ella es una de las pocas personas que no espera el Día de los Angelitos para acudir al panteón, siempre que puede acude, llevando veladoras para que la luz siempre brille en  el camino de su nietecito.