¿Qué Pasa en Sinaloa?
Los grupos delincuenciales parece que ya le tomaron la medida al gobernador Rubén Rocha Moya, quien tiene que lidiar ahora con los zafarranchos y balaceras en la capital sinaloense que ya afectan al estado, pues mientras las fuerzas federales restablecen “la calma” en las carreteras que confluyen a Culiacán se detienen los camiones de carga, las mercancías perecederas y no que van hacia el norte del país y al sur. Hay retrasos en entregar los productos.
En tanto, lo quiera o no el Mandatario local hay miedo y psicosis entre la sociedad, pues hay la inquietud de que regresa el Sinaloa violento, mientras que los llamados a la paz y la tranquilidad caen en saco roto. Hay miedo en el centro del estado.
La pregunta en todo el estado y en el ámbito nacional es qué pasa en Sinaloa o, al menos, qué sucede en Culiacán?
Este martes de plano ya no se habló de la violencia en Culiacán y el gobernador Rocha Moya no se dejó ver por los representantes de los medios de prensa o mejor no tuvo agenda pública para no responder a las interrogantes que rehúye el Mandatario sinaloense.
En Mazatlán, el alcalde porteño Edgar González responde a las interrogantes y dice que Sinaloa está en paz y que en la ciudad y puerto “no pasa nada”, que hay el tránsito normal, la movilidad social, los estudiantes en las escuelas y la economía en la normalidad. Sin embargo, hay reportes que hay afectaciones en el transporte público de carga que pasa por la ciudad y que llega a entregar mercancía.
El munícipe reconoce que la “zona del conflicto” está en la capital y que esta mañana el gobernador Rocha Moya mandó un mensaje de tranquilidad. Mientras, en Mazatlán la actividad es normal y la paz no está trastocada, enfatiza el alcalde González Zatarain.
En una de las preguntas, el presidente municipal rechaza que haya preocupación en la ciudad con rumbo a las festividades patrias, incluida la noche del “Grito”, el próximo domingo, que es cuando la gente se aglomera en la Plaza de la República para vitorear a los héroes patrios y divertirse en la verbena popular y los grupos musicales.
Las Horas… en el Senado
Mientras estamos en horas de que eventualmente se cumpla un eventual golpe a la democracia de México con la extinción del Poder Judicial desde el Senado de la República, ayer por la mañana en respuesta a la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, el Presidente de la República responde que “no hay una demolición” del Poder Judicial y que, al contrario, se busca limpiar de la corrupción ese poder y volverlo realmente democrático.
El domingo, la ministra Piña hizo su propuesta de reforma judicial y propuso un listado de acciones para mejorar no sólo el sistema de justicia, sino la seguridad y la atención a víctimas de la violencia. Además, afirmó que la demolición del Poder Judicial no es la vía como lo quiere el Primer Mandatario.
Así, el Mandatario responde que la ministra Piña está en su derecho de manifestarse en contra de la reforma como lo hizo el fin de semana; sin embargo, reiteró que el Poder Judicial “está podrido… es de dominio público, la mayoría de la gente lo sabe, que impera la corrupción en el Poder Judicial y que urge limpiarlo en beneficio de todos, hasta de los empresarios, banqueros, de los extranjeros que tienen inversiones en México.
Mientras, este martes antes de que manifestantes tomarán la sede donde sesiona el Senado de la República y se declarara interrumpidos los trabajos de la reforma judicial, el senador del PAN, Miguel Ángel Yunes Márquez, se ponía en el camino del “gran traidor” para que Morena y sus partidos aliados pudiera tener mayoría calificada y aprobar esa reforma que acabaría con el Poder Judicial.
En este marco de estira y afloja, llama la atención el mensaje de Luis Donaldo Colosio Riojas, senador de Movimiento Ciudadano, al afirmar:
“El pueblo de México nos dio un mandato, pero en ningún momento nos dio y jamás nos dará un cheque en blanco. Nunca antes en la historia del país dos poderes se unieron para destruir a otro; para cooptarlo, someterlo. Esta reforma es para quitar privilegios y excesos, sí, pero también es para tomar control del poder que funge como el árbitro de México y por lo mismo hoy queda más que claro el propósito revanchista de esta reforma.
“Revancha que se busca a partir de la independencia que el Poder Judicial ha sostenido en contra de los excesos de un poder ejecutivo que claramente quiere una inédita concentración del poder más peligrosa que la que jamás se haya visto en la historia democrática de este país, requerimos una reforma que apoye la justicia y no una que privilegie por encima de todo castigar a los jueces. Tener venganza no es hacer justicia… A esta reforma le faltó diagnóstico y le sobró revancha”, enfatizó el vástago de Luis Donaldo Colosio Murrieta, ex candidato presidencial asesinado en 1994.
La “Cargada”, Andy y Luisa María
Ayer en Mazatlán al viejo estilo del rancio priismo, los diputados locales Juan Carlos Patrón y Pedro Lobo, se treparon al carro de la cargada e iniciaron en Sinaloa su “lucha democrática” para que la nueva alfil del Presidente de la República, Luis María Alcalde Luján, actual secretaria de Gobernación, sea la próxima dirigente nacional de Morena.
Alcalde Luján es hija de dos grandes amigos y gente muy cercana al Primer Mandatario: Bertha Luján Uranga y Arturo Alcalde Justiniani, y sólo tiene en su currículum de funcionaria y política el haber sido diputada federal, secretaria del Trabajo en el gobierno capitalino de Claudia Sheinbaum y actual responsable nacional de la política interior y de seguridad nacional.
También en los viejos esquemas de la “dedocracia”, hace un par de semanas el Presidente la “destapó” y con ello le corta las aspiraciones a la actual secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, quien deseaba suceder a Mario Delgado en el liderazgo morenista. Sin embargo, Hernández se queda de senadora.
Pero a quien ya algunos en Morena “palomean” para secretario general es al hijo del Presidente, Andrés Manuel López Beltrán, “Andy”, y el Mandatario lo aprueba aunque no dice para qué posición. En la mañanera de ayer lunes, el Presidente confirmó: “Quiere ayudar a consolidar a Morena y no va por la presidencia de Morena, pero sí va a participar”.
Y subrayó: “Con mis hijos hicimos un acuerdo desde hace tiempo, les agradezco mucho porque lo han respetado. Mientras yo fuese dirigente o servidor público, ellos no iban a trabajar en el gobierno y lo han cumplido, me han ayudado mucho en eso, y también voluntariamente me ayudan, pero no son funcionarios, no trabajan en el gobierno, y ya están grandes”.
“Pero uno tiene que ser consecuente, si yo aceptara el nepotismo, el amiguismo, el influyentismo, la corrupción, no tendría autoridad moral y cualquiera me faltaría al respeto. Me faltan al respeto porque están enojados sin razón, hemos cuidado mucho eso”, puntualizó.
Mucho se ha hablado del “tráfico de influencias” y los negocios pocos claros de los hijos del Presidente con funcionarios de alto nivel como lo fue la venta de cascajo para los cientos de kilómetros de vías del Tren Maya.