Presenta Martín Heredia iniciativa con proyecto de decreto que reforma el Artículo 218 de la Ley General de Salud

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El legislador panista sinaloense Martín Heredia Lizárraga  somete a consideración del Pleno de la H. Cámara de Diputados la presente iniciativa con proyecto de decreto que reforma el Artículo 218 de la Ley General de Salud, para quedar como sigue.

Art. 218. Toda bebida alcohólica deberá ostentar en los envases la leyenda: «El abuso en el consumo de este producto es nocivo para la salud», escrito con letra fácilmente legible, en colores contrastantes, así como pictogramas o imágenes de advertencia sanitaria e impresa en la cara posterior; que muestren los efectos nocivos del consumo del alcohol y, sin que se invoque o se haga referencia a alguna disposición legal.

La Secretaría de Salud, en su caso, publicará en el Diario Oficial de la Federación el acuerdo mediante el cual podrán establecerse otras leyendas precautorias, los pictogramas y las imágenes de advertencia, así como las disposiciones para su aplicación y utilización.

Transitorio

Único. El presente decreto entrará en vigor el día siguiente al de su publicación en el Diario Oficial de la Federación.

 Exposición de Motivos

El alcoholismo es una droga depresora del Sistema Nervioso Central que inhibe progresivamente las funciones cerebrales, afecta la capacidad de autocontrol, produciendo inicialmente euforia y desinhibición, por lo que puede confundirse con un estimulante.

El consumo excesivo o irresponsable de alcohol ha sido considerado en el pasado un síntoma de estrés social o sicológico, o un comportamiento  inadaptado. El alcoholismo ha pasado a ser definido recientemente y quizá de forma más acertada, como una enfermedad crónica y compleja, con todas sus consecuencias. Se desarrolla a lo largo de los años, los primeros síntomas, muy sutiles, incluyen la preocupación por la disponibilidad de alcohol, lo que influye poderosamente en la elección por parte del enfermo de sus amistades o actividades.

El principal componente de las bebidas alcohólicas es el etanol o alcohol etílico, que tiene diferente concentración dependiendo de su proceso de elaboración.

Las bebidas alcohólicas son de dos tipos:

1.     Las fermentadas, como el vino, cerveza y sidra, que tienen una graduación entre los 4º y los 15º. Y se producen por la fermentación de los azúcares de las frutas o de los cereales.

2.     Las destiladas, que son el resultado de la destilación de las bebidas fermentadas, con lo que tienen mayor concentración de alcohol. El vodka, el whisky, el ron o la ginebra tienen entre 40º y 50º. Esto supone que el 40% o el 50% de lo que se bebe es alcohol puro.

Poco después de haber ingerido alguna bebida alcohólica puede aparecer una serie de efectos de la intoxicación y variar en función del peso, ya que afecta de modo más grave a las personas con menor masa corporal y en la edad; los jóvenes son más sensibles en actividades que tienen que ver con la planificación, memoria y aprendizaje y son más “resistentes” que los adultos a los efectos sedantes y a la descoordinación motora.

Otro factor es el sexo, ya que la mujer pesa menos y el tamaño de sus órganos internos es proporcionalmente más pequeño. Por lo tanto, menores cantidades de alcohol pueden generar más rápidamente daños sico-orgánicos y desarrollar problemas con el alcohol más fácilmente que en el varón.

 

Hay más efectos inmediatos del alcohol como la desinhibición, euforia, relajación, aumento de la sociabilidad, dificultad para hablar, dificultad para asociar ideas, descoordinación motora, apatía, somnolencia, coma o incluso muerte por parálisis de los centros respiratorio y vasomotor.

El alcohol, ingerido de una bebida es absorbido por el aparato digestivo y donde permanece en la circulación sanguínea hasta 18 horas, es eliminado finalmente a través del hígado.

La presencia continua de alcohol en el organismo y su consumo repetido es responsable de la mayoría, ya que conlleva importantes problemas de salud, laborales, sociales, conflictos familiares y divorcios. Estos efectos pueden presentarse incluso en el caso de personas que no hayan desarrollado una dependencia y, por lo tanto, no sean consideradas alcohólicas, como lo es la hipertensión arterial, alteraciones del sueño, gastritis, agresividad, úlcera gastroduodenal, depresión, cirrosis hepática, disfunciones sexuales, cardiopatías, deterioro cognitivo, encefalopatías, demencia, cáncer y sicosis.

La combinación con bebidas carbónicas como las tónicas, colas, dulces, etc., acelera la intoxicación, la ingestión simultánea de comida, especialmente de alimentos grasos, y aunque hace más lenta la intoxicación no evita ni reduce los daños al organismo.

El alcohol favorece conductas de riesgo, ya que el alcohol provoca una falsa sensación de seguridad. Por ello, está relacionado con accidentes de tráfico o con prácticas sexuales de riesgo que pueden llevar a contraer enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.

La Encuesta Nacional de Adicciones (ENA) del 2011,  reveló que dentro de la población del territorio nacional, el 84% de los varones y 18% de la población femenina toman bebidas alcohólicas y abusan en el consumo.

Actualmente la edad de inicio en el consumo de alcohol se sitúa entre los 12 y los 13 años de edad, y cada semana en el país mueren alrededor de 100 personas en accidentes viales relacionados con el alcohol, principalmente jóvenes. Es un problema grave de salud pública y sumamente cercano a la población.

Es necesario sensibilizar a la población de los efectos del alcohol, la adicción que genera y las enfermedades que conlleva.