PARA LOS DESPLAZADOS: VIVIR ES SOBREVIVIR

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1.- Hasta ahora se han contado los muertos con horror por los desencuentros entre diversos grupos de narcos y por los enfrentamientos con los cuerpos de seguridad, asunto que es valioso porque esos números demuestra que la estrategia de seguridad que privó, priva y privará desde los tiempos de Felipe Calderon hasta AMLO, pasando por Peña Nieto; cuyo resultado es una cruenta fila de muertos y heridos. Y sobre esta matanza se han contado los muertos, se han configurado programas, se han invertido millones y la prensa se han ocupado profusamente de este rió de sangre.

2.- También en los últimos años se han empezado las madres de familia en buscar a sus hijos desaparecidos, y no pocas veces sin la protección y sin la ayuda más elemental de las autoridades, que se hacen omisas ante un problema del que ellos también los culpables “colaterales”. Por fortuna esta búsqueda desesperada, sobre todo de las madres -a las cuales llaman rastreadoras- la prensa les ha brindado una regular cobertura. Pero para encontrar a los desparecidos no se ha invertido; aunque en este gobierno amloista se creo una oficina que todavía no toca tierra y menos aún conoce a las rastreadoras.

EN EL CASO DE LOS DESPLAZADOS OCURRE TODO LOS CONTRARIO.

3.- La Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos informó que 11,232 personas tuvieron que abandonar sus hogares debido a la violencia del narcotráfico sólo en el año de 1917. Esta comisión indicó, además, que desde 2006 a 2017, huyeron de sus hogares por este flagelo 329, 917, y que no estaba claro cuántos de ellos habían regresado a sus hogares. A esta cifra dantesca agreguémosle los desplazados del 2018 y los han ocurrido desde enero hasta el mes de mayo de 2019.

4.- La discusión y la “premura” de los gobiernos estatales y municIpales han descartado si éstos transterrados deben y pueden volver a sus hogares ante la incruenta violencia, sino cómo pueden dotarlos de los mínimos mínimos elementos para que construyan sus hogares en los márgenes de las ciudades, que por lo general se convierten en casuchas carentes de servicios. Donde esos sobreviviente lloran lágrimas negras añorando su pasado y llenos de incertidumbre por su futuro sin futuro.

5.- Pero lo peor que les ocurre a los desplazados es que habiendo vivido del autoconsumo y de un trueque limitado de productos, de golpe y porrazo han sido proletarizados sin la mínima formación para entrar en el escasísimo mercado de trabajo. Erran por las calles y negocios buscando trabajo que a veces encuentran, donde les pagan misérrimos salarios, que apenas les alcanza para sobrevivir en la miseria y la desesperanza. De esta involuntaria transformación en proletarios de los desplazados, los gobiernos de poco seso y mucha lengua y las doctas asociaciones civiles ni siquiera se han dado cuenta de este fenómeno.
DESPLAZADOS DE TODOS LAS CIUDADES, UNIÓS

6.- Para empezar a resolver este problema se requieren por los menos tres aspectos de una política pública: A) Por supuesto que se requiere que se destine un presupuesto a los estados para que se adquieran solares y los servicios correspondientes, para que sean destinados a los transterrados antes de que sean desplazados por el narco y los soldados. B) En vez de darle a Slim y otros poderosos la mal llamada pensión universal, debe otorgárseles en forma de beca a los corridos de sus pueblos, hasta que sean formados y entren al mercado de trabajo. C) Que se les forme en un oficio a través de los Institutos de Capacitación para el trabajo de que existen en el país; en el caso de Sinaloa le tocaría al ICATSIN.

Mirar para otro lado, como se ha hecho hasta hoy, y no ver de frente este problema es más que inhumano, por no decir que son chingaderas.