Macrofalosomía: los problemas de tener un miembro demasiado grande

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El tamaño excesivo del pene se llama macrofalosomía y es un trastorno de salud que han sufrido muchos, desde Napoleón hasta algunas estrellas porno.

Es un problema complicado del pene y ni siquiera sabíamos su nombre: la macrofalosomía. Vayamos poco a poco…

En el mundo occidental, casi sin excepciones, suele vincularse la virilidad y la calidad reproductiva del macho de la especie con las dimensiones del pene. En muchos sitios de Latinoamérica, el periplo comienza desde esos padres —y madres— que comentan con orgullo machista y desinformado que el bebé llegó “bien dotado”. Luego vienen las comparaciones en la adolescencia, la presunción de “paquete” en la primera juventud y todos los signos de esa suerte de estúpida “penefilia” en la literatura y el cine… sí, incluyendo la “masculinidad inconcebible” de José Arcadio Buendía, uno de los tantos fetiches sexuales de Cien Años de Soledad.

Sin embargo — y ya deben imaginar por dónde va el tema—, tener un pene descomunal es y ha sido complicado, doloroso y frustrante para quienes lo cargan, desde Napoleón hasta más de una estrella masculina del cine porno. Ese padecimiento es a lo que se llama macrofalosomía.

¿Qué es la macrofalosomía?

El tamaño del pene es una rara y común obsesión, a que mi juicio, resulta tremendamente nociva”, dice el Dr. Julián Cunill. “Es cierto que lo que más lleva a un hombre a preocuparse es cuando cree que tiene un miembro demasiados pequeño, pero la realidad es que la macrofalosomía es mucho más grave y castrante, y hasta el momento no tiene solución”, agrega el Médico general e internista.

La pregunta inicial es ¿cuáles son las medidas que definen micro, macro y normalidad? El tamaño promedio, según la funcionalidad y consideraciones estadísticas, se corresponde con el miembro en erección que alcanza entre los 15 y los 18 centímetros (de 5.9 a 7 pulgadas), al menos en Norteamérica.

Para que un pene se considere por debajo de los parámetros al extremo de entrar en la categoría de microfalosomía, no debe rebasar los 11 centímetros (4.3 pulgadas), en erección. En el otro extremo del espectro está la macrofalosomía. Un pene macrofalosómico erecto supera los 20 centímetros (8 pulgadas) de longitud. “Por razones culturales, el aspecto imponente de un miembro viril así se supone que sea una suerte de trofeo del que muchos presumen” dice el Dr. Cunill, pero ¿cuál es la realidad?

“Lo primero que le aclararía a todo el mundo es que un miembro enorme no significa la capacidad de proporcionar mayor placer y, mucho menos, es una garantía de mayor calidad en la erección durante el acto sexual’, aclara el especialista. La macrofalosomía, contrario a lo que se pensaría, suele convertirse en un problema grave, que en un alto porcentaje llega a impedir llevar una vida sexual saludable. Aún si se encuentran recursos para llevar una vida sexual adaptada a esa condición, lo cual hace que se salve el problema físico y funcional, por el lado psicológico, genera un trastorno serio.

“Son pocas —muy pocas— las personas que tienen la capacidad en la vagina o el ano para soportar las dimensiones del pene de un hombre con macrofalosomía. Siempre hay un margen de límite en la dilatación y, por mucho que lubriques la zona, la pareja va a sentir incomodidad y dolor. “A medida que madura la vida sexual, los hombres con macrofalosomía se percatan de que les es difícil encontrar pareja y lograr con su contraparte un coito satisfactorio”, dice el Dr. Cunill.

A eso se agrega la realidad de las erecciones deficientes. “Un pene muy grande exige que todo el organismo se adapte a esa circunstancia para que las erecciones sean adecuadas. Recuerden que los tejidos cavernosos cuentan con un suplemento suficiente de riego sanguíneo para lograr la firmeza que necesita. Un pene enorme significa más tejido a hinchar y, por lo tanto, un riego sanguíneo adicional en la zona genital”. El cuerpo no está preparado para ese esfuerzo adicional, así que las erecciones de un macro pene no suelen ser satisfactorias.

La causa… y ¿hay solución?

El Dr. Cunill afirma que nada evidencia que la macrofalosomía sea genética. Para bien o para mal, los ancestros no mandan en el tamaño de tu órgano sexual. El origen del problema apunta al sistema endocrino, según corroboran los urólogos. “Un problema de la glándula hipófisis hace que el crecimiento del pene, que debe detenerse después de la pubertad, siga activo en la edad adulta. Hay que tener en cuenta que esto es muy serio, porque el cuerpo del hombre no está diseñado para asumir de manera equilibrada ese continuo desarrollo de ninguna parte de su mapa”, comenta.

En cuanto a las soluciones, el especialista deja claro que “la macrofalosomía no tiene un tratamiento específico. La realidad es que no existen fármacos que actúen más allá del efecto placebo ni intervenciones quirúrgicas para solucionar este crecimiento anormal. Dicho esto, la manera de enfrentarlo es con un diagnóstico temprano para dirigir el tratamiento al plano de la psicología”. Una vez que quienes padecen el problema están en un territorio de aceptación de su realidad, los sexólogos y urólogos pueden recomendar posturas sexuales que hacen posible una relación más satisfactoria con sus parejas y, en el plano reproductivo, siempre hay opciones para lograr formar una familia.