La mexicana Sarah Schleper, primera esquiadora en la historia con seis Juegos Olímpicos

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Cuando Sarah Schleper (Colorado, 19 de febrero de 1979) comience su recorrido en la montaña de Beijing 2022 se convertirá en la primera mujer que compite en seis ediciones olímpicas de dentro del esquí alpino. A sus casi 43 años, esta deportista que entre Nagano 1998 y Vancouver 2010 representó a Estados Unidos, ahora descenderá con el uniforme mexicano por segunda ocasión.

“Nunca pensé que iba a llegar a 40 y que seguiría compitiendo”, admite en entrevista con ESPN. “Cuando estaba en Estados Unidos tenía el sueño de competir con mi hijo, luego que mi esposo y mis hijos fueran mexicanos me dio una oportunidad de seguir en el deporte, ahora no soy tan rápida como los jóvenes, pero aún tengo experiencia y a ver si paga en los Juegos Olímpicos”, confía desde Italia, donde vivió las últimas semanas de preparación.

Sarah obtuvo el derecho de representar a México por su esposo Federico Gaxiola, y ahora vaticina que gritará como leona (dice que su cabello se parece a una melena) y bajará con una sonrisa al imponer una nueva marca de constancia mundial, aunque solo será, reflexiona, una más de las irreverencias que ha sumado a lo largo de su carrera.

En 2008, cuando decidió que era momento de retirarse, lució un vestido de verano en su último descenso y a la mitad del recorrido su esposo le entregó en los brazos a su hijo Lasse (nacido en México y llamado así en honor al esquiador noruego Lasse Kjous).

Sarah, con el pequeño en sus brazos, finalizó el recorrido en medio de la sorpresa de los asistentes, que aplaudieron lo que parecía ser la despedida de una destacada esquiadora del equipo olímpico de Estados Unidos.

Una de las primeras personas que se acercó a felicitarla fue la histórica Lindsey Vonn, cuatro veces medallista olímpica y compañera de Schleper en el equipo americano, una bandera que la llevó a competir en los mejores escenarios del mundo, con todas las facilidades, equipos multidisciplinarios y resultados que incluyen podios en Copas del Mundo. Ahora, lo único que recibe de México es la posibilidad de ser inscrita.

“En Estados Unidos somos un equipo muy fuerte, yo gané una Copa del Mundo, estaba en los podios todo el tiempo, en los primeros diez. Teníamos mucho apoyo, mucho dinero, podemos hacer todo lo que queríamos. Aquí yo hago mi camino sola estoy trabajando en mis esquís, yo hago mis fisioterapias, es muy diferente, pero lo que no cambia en el esquí es bajar a velocidad con una sonrisa”, afirma.

Sarah estaba retirada, recibió la naturalización como mexicana y decidió que era el momento de volver a las montañas. Lo hizo para Pyeongchang 2018, a donde sus hijos viajaron a verla pero una reprogramación de competencias los obligó a salir días antes de Corea y tuvieron que apreciar sus descensos en la televisión.

En esos Juegos, Schleper terminó en la posición 41 en el Super G, muy lejos del décimo puesto alcanzado en el Slalom de los Olímpicos de Torino 2006. El tema competitivo ya ha pasado más allá de la mente para Sarah, ella juega ahora por un país sin tradición en los deportes invernales y en donde llegar a los Juegos Olímpicos de esta modalidad se trata de un esfuerzo individual, con entrenamientos y recursos propios.

Para lograrlo Schleper es entrenadora, de ahí sacó dinero para pagar su preparación olímpica. “No es muy fácil, pero es la única manera en que puedo entrenar y ganar dinero para viajar, es la manera en que funciona. No tenemos ningún patrocinador, lo hago todo sola, es el reto”, comparte.

México estará representado en Beijing 2022 por cuatro deportistas: Schleper y Rodolfo Dickson en esquí alpino, Jonathan Soto en esquí de fondo y Donovan Carrillo en patinaje artístico. Todos se han formado prácticamente en el esfuerzo individual, y solo Donovan recibió, a partir de logró avanzar a la última fase del proceso de clasificación internacional, una beca del gobierno mexicano.

En los últimos años la historia es la misma. Schleper igualará con seis participaciones olímpicas a Hubertus von Hohenlohe, un príncipe austriaco que nació en México y entonces eligió defender la bandera tricolor en seis ediciones entre Sarajevo 1984 y Sochi 2014. Hubertus se pagó siempre sus procesos clasificatorios y solo recibía el apoyo del Comité Olímpico Mexicano para viajar a los Juegos. Ahora él colabora con el diseño de los uniformes mexicanos.

“Cuando naces nunca crees que vas a ir a otro país, eso es un sueño. Es muy difícil cambiar el lenguaje, no me sale fluido, me encanta hablar español, me encanta el país, las plantas, la gente, la comida, y sobretodo el corazón de la gente. Entonces si puede llevar un poquito de México a la nieve, eso es lo importante, esa es mi meta”, afirma sobre sus objetivos en Beijing 2022. “Tengo un pedazo de mí que inspira a todos alrededor, quizás pueden hacerlo más rápido que yo, y es importante tener a más mujeres como mi edad y a ver qué peleamos porque La mejor meta del mundo es llegar a un nivel a donde puedes inspirar a otros niños para que ellos tengan su propio camino”, finaliza.