Después de una quiebra, el chileno de 38 años creó las empresas Casas Chile e Inmobiliaria Alto el Manzano. 3 años después, sus ventas superan los US$50 millones anuales.
Enzo Langer Fuentes es un hombre que siempre ha sabido levantarse en tiempos de crisis. Así sucedió, por ejemplo, cuando su padre quedó sin nada después de haber estallado la Crisis Asiática de 1997. Con apenas 17 años y siendo el mayor de cinco hermanos, pensó que la mejor forma de salir adelante era creando un negocio.
Con poco capital improvisó una fábrica de pasteles, tortas y cuchuflies (dulce típico chileno) en la parte trasera de su casa, lo que lo llevó rápidamente a juntar dinero suficiente para comprarse un auto, el cual rentaría posteriormente para generar más ganancias. Sumado a estos negocios, su creatividad lo motivó a organizar grandes eventos en la austral ciudad de Puerto Varas.
Todo esto lo llevó a tener una heterogénea tarjeta de presentación en donde modificó su nombre para llamar más la atención. Esta decía: “Enzo Forlanger, tortas, cuchuflies, eventos y rent-a-car”.
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“Muchos se rieron de mí por esta tarjeta, pero yo no hice caso y seguí trabajando para salir adelante”, menciona el empresario de 38 años que hoy se ha convertido en dueño de dos empresas líderes del mercado inmobiliario chileno: Casas Chile SpA e Inmobiliaria Alto El Manzano. Pero ¿cómo un hombre que comenzó vendiendo dulces terminó siendo la cabeza de dos compañías que en conjunto facturan más de US$50 millones por año?
De tener todo a tener nada
A los 22 años, y tras haber dejado su vida en Puerto Varas, Enzo Langer se asentó en Santiago para dedicarse a su nuevo negocio, la venta de mariscos y pescados que hacía llegar a la capital chilena desde la ciudad de Puerto Montt. El trabajo era duro, ya que él mismo tenía que salir a vender sus productos sábado y domingo, un día recorriendo distintas peluquerías, y al siguiente, instalándose afuera de las iglesias para captar clientes.
Sin embargo, todo ese esfuerzo dio frutos y en unos pocos años sus compradores pasaron de ser gente común, a ser importantes cadenas de restaurantes a las cuales abastecía con sus productos del mar. Ya en 2014, Patagonia Chile, nombre que le dio a su empresa, se transformó en una compañía que facturaba más de US$400.000 al mes.
“Me estaba yendo muy bien. Con el dinero que obtuve compré mi casa, varios terrenos y además podía mantener a mi familia sin problemas. La empresa creció enormemente, a tal punto de que llegué a tener una planta con 42 trabajadores a mi disposición. Sin embargo, después de eso vino un golpe muy duro”, detalla Langer.
Como sucede con muchas compañías que crecen rápidamente, en 2014 un gran empresario chileno ofreció una buena cantidad para adquirir Patagonia Chile, oferta a la cual Enzo accedió. La compra incluía la planta y los contratos que tenía la empresa con las cadenas de restaurantes.
Tras dos meses de trabajo, en donde Langer realizó todo el papeleo necesario para traspasar la compañía, al llegar el momento del pago el comprador no le traspasó el dinero prometido. Luego de demandarlo y participar de un largo juicio, Enzo se aferró a la idea de que la justicia haría que le pagaran su dinero. Finalmente, eso nunca sucedió.
Todo esto significó que se quedara sin nada, con deudas que arrastraba de su anterior empresa, con una casa que aún no terminaba de pagar y con una familia a la cual sostener. Pero como un ave fénix, supo ‘renacer de las cenizas’ creando dos exitosas empresas.
El renacimiento: El imperio de Casas Chile
“Después de ese golpe, fueron cuatro los años que tardé en volver a surgir, tiempo en el cual creé varios negocios que me permitieron a duras penas ir pagando deudas y sostener a mi familia. Pero no fue hasta 2017, cuando empecé a ver la luz con Alto el Manzano”, explica Enzo.
Luego de vender dos terrenos en US$ 190.000, los cuales había comprado anteriormente por US$76.000, descubrió ese año lo rentable que era la compra y venta de terrenos rurales. Su modelo de negocio es sencillo y se basa principalmente en comprar un terreno amplio, para luego subdividirlo en parcelas de 5.000 metros cuadrados habilitadas para construir.
No obstante, en 2018 Enzo logró dar con el negocio de su vida: las casas prefabricadas. “Me di cuenta de que el fin último de los chilenos era cumplir el sueño de la casa propia, algo muy complejo de hacer por los altos precios que ofrece el mercado inmobiliario. Por eso decidí incursionar en esto, cambiando el paradigma de las casas prefabricadas, pasando de ofrecer las típicas estructuras de madera poco atractivas, a brindar viviendas modernas y dignas a un precio justo”, señala.
Ese sello tan característico de sus propiedades ha llevado a que en tan solo tres años Casas Chile se haya convertido en el principal referente en este tipo de estructuras en aquel país, con ventas que superan los US$50 millones anuales y una casa cada 30 minutos.
Un negocio que busca expandirse
Con ese nivel de ventas, su compañía estrella que ya cuenta con 250 trabajadores, está lista para expandir sus fronteras. El primer destino seguro será Perú, pero Enzo no se cierra a probar suerte en otros países: “Antes de la pandemia, en 2019, teníamos todo listo para comenzar con Casas Perú. Obviamente, por la situación sanitaria tuvimos que retrasar todo, pero pronto iniciaremos operaciones allí. ¿Otros países? ¡Por supuesto! Pero todo a su debido tiempo”, manifiesta.
El plan de Langer para el próximo año es mantener a Casas Chile en lo más alto del mercado, posicionar a Alto el Manzano entre las empresas líderes del rubro de las parcelas y convertir a Casas Perú en una compañía exitosa. Fuera del negocio inmobiliario, actualmente está invirtiendo en una viña ubicada en la zona central de Chile, con la cual pretende exportar vinos de la cepa carmenere a China y otros mercados extranjeros.
Sin embargo, el plan final de Langer es diferente al de otros empresarios. En cinco años más, planea una vida más alejada de los negocios: “En el futuro, me gustaría expandir mi negocio de tal forma que una empresa más grande me ofrezca comprarlo. ¿Qué haré con el dinero que obtenga? Vivir tranquilamente y dedicar más tiempo a mi familia. Tengo tres hijas hermosas y una esposa con las cuales me gustaría pasar más días juntos, pero por temas de trabajo es complejo”, expresa.
Desde que comenzó vendiendo dulces en Puerto Varas, hasta ahora que es un prolífico empresario, Enzo no ha dejado de trabajar arduamente de lunes a domingo. Esa receta que para él ha sido clave en su éxito, hoy en día se ha convertido en algo que lo motiva a alcanzar la tranquilidad. ¿No será muy temprano retirarse a los 38 años? Al preguntarle eso responde tajantemente: “El verdadero éxito no es tener la casa más grande o el auto más lujoso, sino pasar un día completo junto a tu familia”, concluye.
Información por FORBES