*Un milenario socavón iluminado como un atractivo más
*La noche y 13 focos hacen la diferencia con el día
Sin agenda, ni mensaje y a la cuenta de 9…8…7 y hasta el cero, el alcalde Carlos Felton subió el switch que encendió los 13 focos de mil watts cada uno para que la Cueva del Diablo se iluminara, como un atractivo más para los miles de turistas y la gente local que esta noche presenció un espectáculo en lo que es la Semana Santa 2014.
Focos amarillos, rojos, morados, blancos, colocados de manera estratégica en esa falda del Cerro de la Nevería, dieron un paisaje bonito, diferente de unas rocas amorfas, pero con esa iluminación prácticamente artística la faz de la Cueva del Diablo cambió.
Las más de 150 personas que presenciaron el acto de inmediato se fueron hacia la boca de la Cueva y sin más empezaron a flashar las cámaras y los celulares para llevarse un recuerdo más de Mazatlán que en esta temporada se descubre mucho más diferente y llamativo.
Quienes iban pasando por esa bonita parte del Paseo Olas Altas y se dieron cuenta del rojo “lucifer” y humo –hielo seco-, saliendo de la cueva, tampoco resistieron la tentación de acercarse y contagiarse de la cueva histórica que narra viejos mitos y leyendas sobre los piratas, independentistas, revolucionarios; historias del “oro blanco” de la preciada sal de hace 300 años.
Esta noche, las luces multicolores, las leyendas resurgen para que los turistas se acerquen y pregunten y “se apareció el diablo?”, con esa ingenuidad de nuestro pueblo tan dado al romanticismo y a las míticas creencias que, en el caso de Mazatlán, ya es parte de una tradición de quienes quieren creer en la existencia del chamuco.
El alcalde Felton hasta sacó el celular para tomar una foto de este socavón que ya forma parte de la historia y el turismo mazatleco.