Invasores de la Pino Suárez Tienen Miedo que los Trascabos Destruyan Todo

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*Hay “censos”, pero no información

*Jazmín se queja de la palabra de Felton

Jazmín es madre soltera, dos hijos, una mujercita de 14 años y un niño de seis, vive del trabajo en las casas, con un salario promedio de 500 pesos a la semana. Tiene una madre, que vive en otra invasión y ambas se ayudan para ir sobreviviendo. Dice que corren rumores de un desalojo en pocos días y hay temor de que los trascabos destruyan todo y de paso la esperanza de una vivienda, aunque sea en una invasión.

Jazmín vive en la casucha número 13, marcada por el Ayuntamiento, porque dice la mujer que ya la “censaron” en busca de un apoyo de gobierno municipal y con la posibilidad de reubicarla, pero ella duda y hasta cuestiona al alcalde Carlos Felton González, porque afirma que en campaña vinieron a la invasión Pino Suárez a pedir el voto. Sufragaron por el PAN y Felton.

Hoy, que necesitamos ayuda de la autoridad nos manda a la señora Rosario Torres, secretaria del Ayuntamiento, pero acompañada de muchos policías y para decirlos que “tenemos que desalojar; que vivimos en un terreno irregular y que no pueden darnos servicios; que estamos en zona de riesgo”.

Jazmín platica que son alrededor de 48 familias, unas con muchos hijos, pero todos iguales, con los mismos problemas de pobreza y marginación; sólo los vecinos legalmente establecidos nos han dado ayuda y apoyo con agua y hasta energía eléctrica, al ver los calorones y los hijos sufriendo la falta de un abanico.

La casucha, como la mayoría, son dos cuartos de lámina y maderas, uno que es cocina y desayunador y la otra una presunta recámara, porque ahí está la cama, pero atrás nada, no se ve un retrete y solo otro espacio pequeño donde, aparentemente, se bañan y más atrás el canal pluvial que empieza a podrir el agua estancada.

Es la historia, la vida de la gente sin techo decente, que se acomoda en esta zona de riesgo, en las márgenes del Estero del Infiernillo, pero que las autoridades no les dan respuestas confiables. Nadie se acerca del Ayuntamiento más que para presentar papeles “como resguardo”, ante el eventual desalojo; lo esperan para el lunes y hay temores de que entren los trascabos y destruyan todo.