Historias de panteón: De los espantos que no lo son

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Manuel tiene tres décadas en el mismo panteón. El respira, está vivo, pero ´”que cabrón está seguir haciéndolo”.

– Tengo 30 años trabajando aquí, siempre en el mismo lugar- nos dice, mientras que va sacando agua de un tambo de 200 litros para depositarlo en su cubeta, con la que limpiara las lápidas.

– ¿Aparecidos?- nos pregunta, mostrando una sonrisa, en la que los dientes ya se fueron y los que aparecen, no tardan en retirarse- No´mbre, nunca me han asustado, no creo que haya espantos, cuando menos aquí- agrega como queriendo burlarse del entrevistador que está terco en sacarle la confesión de que cuando menos una vez lo asustaron en el lugar.

Imperturbable sigue con su faena.

Son los días en que más lustrosa tienen que estar las tumbas, aunque él nos argumenta que todo el año hacen lo mismo, “para esto estamos aquí”. 

Es el día de Muertos, la  celebración mexicana de origen mesoamericano que honra a los difuntos el 2 de noviembre, comienza desde el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.

Es una festividad que se celebra en México y en algunos países de América Central, así como en muchas comunidades de los Estados Unidos, donde existe una gran población mexicana y centroamericana. La Unesco ha declarado la festividad como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.1 Existe en Brasil una celebración similar conocida como Dia dos Finados, aunque esta festividad no tiene las mismas raíces prehispánicas que el Día de los Muertos.

Los orígenes de la celebración del Día de Muertos en México son anteriores a la llegada de los españoles. Hay registro de celebraciones en las etnias mexica, maya, purépecha y totonaca. Los rituales que celebran la vida de los ancestros se realizan en estas civilizaciones por lo menos desde hace tres mil años. En la era prehispánica era común la práctica de conservar los cráneos como trofeos y mostrarlos durante los rituales que simbolizaban la muerte y el renacimiento.