**Gil Rafael Oceguera: un venganza chiquita
*Historietas de tres aspirantes para el 2016
*Va la zafra camaronera: a ver si ahora sí…
Arrancaba el proceso electoral cuando los partidos políticos que integraron la entonces sólida coalición malovista se dieron el gusto de una revancha que muchos consideraron como rudeza innecesaria: echaron de la mesa de diálogo al representante de la Secretaría de Gobernación, Gil Rafael Oceguera Ramos.
El famosísimo Kid Oceguera había acudido en su calidad de coordinador de delegaciones de la Segob, saboreando a su vez las mieles de la revancha. Con la representación que traía y las condiciones en que arrancaba el gobierno de Enrique Peña Nieto, del que logró engancharse cuando todo mundo lo hacía jubilado, era prácticamente imposible que le hicieran algo.
Oceguera Ramos había sido traicionado cuando un excolaborador, brincado a las trancas del malovismo por filias a la nueva causa y por fobias a las líneas del gobierno en turno. El infidente filtró unas grabaciones en las que aparecía Oceguera dando instrucciones sobre cómo operar en unas elecciones que por supuesto no eran las que se dirimían entre Malova y Jesús Vizcarra, sino procesos anteriores, pero pasaron dos cosas: que se evidenció el intervencionismo de Oceguera en los procesos electorales –de los que se supone debía ser ajeno-; y los denunciantes se enojaron no por la ilegalidad, sino porque de veras creyeron ser las víctimas.
Por ello, aunque PAN, PRD,. Convergencia y hasta PT fueron los ganadores, se quedaron con la espina clavada y la necesidad de revancha, nomás que los acontecimientos políticos no se los permitieron. Cada vez que se empezaba una acción de ajuste de cuentas con el pasado, el presente necesitaba una votación aprobatoria en el Congreso, y esas sólo podía darlas el PRI, con su primera minoría dentro de la Cámara.
El momento de la venganza llegó al mismo tiempo para los dos. Oceguera, a quien además le sacaron grabaciones de sus personales labores de conquista (los enterados recuerdan aquellas cursis frases sobre el deseo de ser una sábana de seda para vencer a la fortaleza asediada), volvía por la puerta grande, con la representación de la Secretaría de Gobernación y las aspiraciones malovistas de tener un buen trato con el nuevo régimen.
Por eso llegó orondo, ampuloso como siempre ha sido, a-declarar-solemnemente-interesado-al gobierno-federal-en-dar-muestras-de-la-bnuena-fe-y-del-interés-del-presidente-Peña-Nieto-en-la-democracia.
Pero apenas terminó la sesión de aquella mesa de negociaciones, Edgardo Burgos y Heriberto Arias Suárez se lanzaron en su contra y amenazaron con no regresar si Oceguera Ramos estaba ahí de nuevo. Lo consiguieron. El Kid no volvió a aparecer ni por la feria, sucumbiendo ante el poder de la alianza.
Pero la alianza fracasó en las elecciones y hoy Edgardo y Heriberto se encuentran bajo severo cuestionamiento de sus propios representados, de modo que ya no están en condiciones de ponerle condiciones a nadie. Ni siquiera a Oceguera, quien como boxeador ha sido perfecto intérprete de aquella doctrina del “entra-recibe-y-sal”.
Ayer el mismísimo Oceguera estuvo en gobierno, en el tercer piso, para ser más exacto, representando al gobierno federal en la primera reunión de funcionarios federales con el gobernador Mario López Valdez.
Entre los cuarenta y tantos representantes de dependencias, organismos y empresas gubernamentales hay todavía varios militantes del Partido Acción Nacional, que no han sido removidos en razón de una estrategia relacionada con el Pacto por México, pero habida su condición de sobrevivientes amenazados con el despido. Por supuesto a nadie se le ocurrió que había que manifestar su descontento con la presencia del exsecretario general de gobierno. Apretujaron los entresijos y dejaron que todo transcurriese.
Oceguera, como es su costumbre, habló, habló y dijo lo que tenía que decir, aquello que le diese la satisfacción de mostrarse políticamente vivo, eso sí, respetuoso de las formal, del ceremonial, la pompa y la circunstancia.
TODOS QUIEREN Y SU LUCHA LE HACEN:
HERIBERTO, VIZCARRA Y HERIBERTO
Evidentemente emocionados –o interesados- algunos seguidores de Heriberto Félix Guerra compartieron una foto que el exsecretario de Desarrollo Social subió al Facebook con motivo del día del Abuelo.
En la foto aparece el propio Félix Guerra abrazado de una tierna señora de pelo completamente blanco, y se acompaña del siguiente texto:
“Agradezco a Dios la oportunidad que me dió de apoyar a millones de adultos mayores.
“Hoy recuerdo con cariño a mis abuel@s, que ya han partido.
“Muchas Felicidades en su día a tod@s l@s abuel@s !
“Un Fuerte Abrazo …QDLB!
Los millones de adultos mayores seguramente eran los beneficiarios de los programas sociales que estaban a cargo de Félix Guerra durante el tiempo en que fue secretario de estado. Habría que decir sin embargo que el político culiacanense encontró todos los programas ya establecidos. No hubo uno sólo que él creara, pero cuando se tienen aspiraciones de volver a la polaca y no hay plataforma, cualquier recuerdo sirve para buscar la vigencia.
— O —
Todavía no terminaba la campaña electoral cuando estalló un distractor de mucha fuerza.
Se trataba apenas de una página personal de internet. Nada que no nazca por miles cada día en alguna parte del ciberespacio.
Sin embargo, no era un internauta cualquiera: era el excandidato priísta al gobierno de Sinaloa, Jesús Vizcarra Calderón, en cuyo formato aparecían, como es normal, espacios para proponer la intercomunicación con los otros usuarios de la internet. Si la aparición de la página fue considerada como muestra de la reaparición política del ex candidato, el detalle de la intercomunicación fue ofrecido como prueba de que ya estaba lanzado a la campaña que no empezará sino hasta el año 2016. Antes se había dado un hecho que provocó escándalo; Vizcarra Calderón fue uno de los muy pocos empresarios mexicanos que acompañó al presidente Enrique Peña Nieto a su gira por China. Y ya por cierto corre la versión de que también aparecerá en la lista de invitados del viaje a Rusia.
— O —
Heriberto Galindo cumplía con una de sus cargadas visitas a Mazatlán. Aunque procura mantener aquí su domicilio oficial, las ocupaciones lo retienen en el Distrito Federal, de modo que cada visita la aprovecha al máximo.
En uno de esos carruseles de personajes con los que se encuentra, Galindo hablaba con mucha puntualidad de los asuntos de la política nacional, la estatal y hasta con ribetes internacionalistas de sus pasos por la embajada en Cuba y el consulado en Washington.
Como todos los personajes de nivel, sus conversaciones son frecuentemente interrumpidas por el celular, el radio, el blackberry, que procura no atender mucho en respeto a sus interlocutores, aunque los hay inevitables. Entonces disipa dudas, da instrucciones, resuelve pendientes y platica con personajes encumbrados.
Uno de ellos le llamó para ponerlo al momento: -acaba de estar aquí, dicen que le dijo. Pasó y saludó. -¿En serio? Entonces es cierto…
El visitante, allá por los altos círculos capitalinos, era el mismísimo Vizcarra Calderón, quien parece moverse para convertirse en un posible rival.
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