EN LA GRILLA

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*Sinaloa, el estado 23 en aprobar reformas

*Hubo manifestaciones y silenciamientos

*Reconoce Codesin a Quirino Ordaz Luna

FRANCISCO CHIQUETE

Como se esperaba, el Congreso del Estado votó a favor de la reforma energética, con lo que Sinaloa se convirtió en el estado número 23 que da su respaldo a los cambios constitucionales contenidos en las nuevas disposiciones.

No fue sin embargo una lucha fácil. Los siete diputados que votaron en contra dieron una férrea batalla, al punto que hubo necesidad de recurrir a la mano negra desde el principio. Cuando el petista Leobardo Alcántar exponía sus razones para votar en contra, el presidente de la Mesa Directiva del Congreso, Adolfo Rojo Montoya, se dio el lujo de interrumpir el discurso para dar dispensa del trámite de segunda lectura.

Esta actitud por supuesto, generó irritación en las tribunas, que estaban llenas de personas simpatizantes de Morena y evidentemente contrarios a la reforma y motivó la intervención también airada de la coordinadora perredista Imelda Castro, quien equiparó esa falta de respeto con lo que llamó “un golpe de estado legislativo”, porque a su juicio, en el Congreso de la Unión tampoco se respetaron los tiempos y los procedimientos marcados por la ley.

Héctor Melesio Cuen, presidente del PAS y coordinador de su bancada, se manifestó en contra argumentando además que en la consulta popular emprendida el pasado lunes por esa organización, de 27 mil sinaloenses que participaron, una inmensa mayoría se manifestó en contra de las reformas e insistió en que la situación de Pemex requería sólo de un fortalecimiento, no de la transformación de todo el marco legal como se hizo.

Y así como Rojo Montoya no dejó que Leobardo Alcántar expusiera su punto de vista sin interrupciones, la galería no dejó que Marco Antonio Irízar Cárdenas, del PRI, diese a conocer las razones del apoyo a las reformas.

Desde temprano, los militantes de Morena, encabezados por su dirigente estatal, Luis Guillermo Benítez Torres, llegaron al Congreso dispuestos a manifestarse en contra de las reformas y tras presionar un poco, se encontraron con la agradable sorpresa de que a diferencia de otros estados, a ellos sí se les permitiría el acceso al edificio en que sesionaban los diputados, aunque fueron advertidos de que no podrían introducir pancartas, palos o botes con agua, nada que pudiera ser utilizado como proyectil. Hubo forcejeo y resistencia, pero al final aceptaron, Lo que no impidió que al menos una enorme manta, con la cara de López Obrador, fuese introducida y colgada en el auditorio.

Pero el verdadero incidente no fue ese, sino la actitud de un joven que al ver el curso que llevaban los acontecimientos, sacó de sus ropas un par de globos, los llenó de agua y los lanzó contra los diputados. La primera versión era que había bañado al priista Gómer Monárrez y a la panista Judith del Rincón, pero la diputada perredista Imelda Castro sostiene que en realidad sólo alcanzó a mojar el respaldo de una curul y por tanto no hay agresión ni se debe magnificar el acontecimiento, sobre todo porque fue un joven y los jóvenes son los que más padecen los malos resultados de las políticas económicas que aplica el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Como siguieron los reclamos por la falta de libertad para expresar los puntos de vista de los diputados opositores, el coordinador de la bancada panista, Francisco Solano Urías, lanzó una perla de su sapiencia, su profundo sentido filosófico, tolerante y de apertura a los puntos de vista contrarios: es una discusión inútil, dijo, porque la reforma ya fue aprobada por el número necesario de Congresos.

¿Es ese el punto de un parlamentario? ¿Es ese el espíritu con que se debe encarar el debate?

Por lo demás, como se esperaba, fueron siete los votos en contra. Tres del PAS, dos del PRD, uno de Movimiento Ciudadano y otro del PT. Todos los priístas y los panistas votaron a favor.

ÚLTIMA OPORTUNIDAD

Defensor a ultranza de las reformas, el coordinador priísta y presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso, Jesús Enrique Hernández Chávez, reconoce sin embargo que esta es una última oportunidad para sacar adelante al país, pero sobre todo para recuperar la credibilidad de la ciudadanía.

Admite que otras reformas han sido enfocadas con promesas que no se cumplieron, con expectativas no alcanzadas, y señala que hay una obligación en este caso no de no dar mas argumentos, sino de dar resultados. Concretos y específicos.

De no funcionar tampoco en esta ocasión, dice, el costo político será muy alto, pero no es algo que estemos dispuestos a cargar. La idea del presidente Peña Nieto no puede ser que las cosas sigan igual después de las reformas, sino que haya cambios sustanciales y beneficios específicos para una sociedad que ya ha visto cómo se falla en otras oportunidades en que también se ofrecieron beneficios de diversa índole.

Admite que no será posible obtener esos beneficios de manera inmediata, como mucha gente quiere creer, sino que habrán de pasar dos o tres años, son beneficios que se obtienen en el mediano y en el largo plazo, lo mismo en la baja de los precios de combustibles y electricidad, que en la generación de empleos suficientes. En su visión de estadista el presidente sabe que tiene que haber hechos efectivos que den a la población la satisfacción y los satisfactores que necesita, insiste.

Cuando le preguntamos si este tipo de votaciones, tan polémicas, tan fáciles de descalificar, no dificultan su propósito manifiesto de mejorar la imagen pública de los legisladores, señala que en efecto, la idea de la gente es negativa, es pobre respecto de los diputados, y no le queda más que confiar en que habrá resultados de la reforma y de las demás tareas que emprendan. Sólo así la gente volverá a creer en nosotros, establece.

CHUQUIQUE, UN PADRINO

SUMAMENTE PERSISTENTE

Cuando volaban las especulaciones acerca de quiénes serían los candidatos del PRI a diputados plurinominales, y sobre todo en qué lugares aparecerían, aspirantes y analistas se hacían lenguas destacando el imperativo de que entre los escogidos hubiese experiencia, solidez, influencia social. A la hora de la hora, sin embargo, apareció un nombre extraño: Lourdes Erika Sánchez Martínez, nada menos que en el cuarto lugar.

Salvo quienes estaban en el entorno inmediato del entonces dirigente Jesús Enrique Hernández Chávez, nadie sabía quién era. La explicación generalizada era que se trataba de una auxiliar de la oficina del Chuquique.

-Es que el comité ejecutivo nacional me pidió la inclusión de una mujer joven, explicó Hernández Chávez. Y apareció en la lista, en la que no salió Margarita Villaescusa Rojo, recomendada por el gobernador. Tanto, que ante el desaire se hizo una negociación para que el Partido Verde cediese su espacio a la ex senadora, quien efectivamente, salió en sexto sitio, dos lugares debajo de Erika.

El resultado electoral sin embargo impidió que ambas llegaran al Congreso, pues el arrasamiento inesperado que aplicó el PRI, al ganar veinte de veinticuatro distritos le dejó espacio sólo para tres plurinominales, dejando fuera a todos los que estaban de Erika Sánchez para abajo.

Pero la historia no puede terminar ahí, pues hay una modificación de última hora. Sin que se cambiaran los resultados, Lourdes Erika Sánchez Martínez va al Congreso con apenas quince días de retraso.

No va como diputada, pero sí como directora de Vinculación Social, un puesto importante que no se compara con una curul, pero que sirve para demostrar que como padrino político, Hernández Chávez es muy, pero muy persistente, y efectivo.

RECONOCIMIENTOS

En la primera parte de los años ochenta, el arquitecto Quirino Ordaz Luna hizo un gobierno innovador. Con el primer tramo de la Avenida La Marina sentó las bases para el desarrollo que ha logrado detonar de nuevo a Mazatlán. Y con el puente de la avenida Río Piaxtla logró una integración plena se la ciudad, que estaba dividida por el Estero del Infiernillo.

Ordaz Luna había iniciado el dragado de las marismas del Infiernillo, donde cientos de familias padecieron un proceso que parecía sin sentido, y que al final entregó el saneamiento de un enorme tramo que permanecía en condiciones verdaderamente insalubres. Es sin duda el mayor esfuerzo de saneamiento que se ha emprendido en la ciudad, y sec omplementó con el citado puente, que cuando nos tocó conocerlo, nos parecía producto de una historia fantástica. Los pilares, el piso, fueron construidos en un tramo escondijo entre manglares. Sin los aproaches y sin calles colindantes (se llegaba a él por una vereda que todos los días se comía la vegetación), parecía un monumento al absurdo. Cuando la obra quedó concluida, parecía imposible que Mazatlán hubiese vivido sin la urbanización de ese espacio.

Sus obras fueron muchas, y sus problemas también. El arranque incierto de un tenso proceso electoral en que el desgaste del gobierno toledista se le vino encima a Quirino, la crisis financiera final, producto de las desmesuras del propio gobernador Toledo, no impidieron que desarrollara proyectos como la ampliación de la Avenida Rafael Buelna, que no era sino una mísera cinta asfáltica de dos carriles sin camellón, iluminación ni banquetas.

Antes que lo alcanzara la crisis, se aventó al agua con un enorme crédito destinado a la renovación del drenaje. No lo pudo terminar y el efecto fue impactante en la opinión pública. UN día le pregunté a su sucesor, José Ángel Pescador Osuna, si el endeudamiento del Fifapa (Fideicomiso de Comento al Agua Potable y Alcantarillado y las zanjas abiertas por todos lados no constituían una maldición para su recién iniciado gobierno, y Pescador, que era de un grupo político distinto al de Ordaz (más parecían de partidos diferentes), reconoció que no, que por el contrario, era una bendición contar con todos los tubos comprados con ese crédito y con las zanjas ya abiertas, porque ello permitiría concretar el proyecto de la renovación del drenaje.

Después, durante el gobierno de Renato vega Alvarado, un grupo de empresarios en que destacaban él, doña Esperanza Kazuga, José Eleovigildo Carranza, tuvo la inquietud de formar una instancia que fuese interlocutora del empresariado con el gobierno, para coadyuvar con proyectos y opiniones que impulsaran un armónico desarrollo económico. Nació así el Codesin, del que Ordaz Luna fue el primer presidente en la zona sur del estado.

Ayer precisamente el Codesin zona sur le entregó un reconocimiento post mortem, una medalla que recibió su hijo Quirino Ordaz Coppel, exsecretario de Administración y Finanzas. Un recuerdo de los hechos positivos, que siguen perdurando.

Y en la misma jornada, el ingeniero Mario Arturo Huerta Sánchez develó, por la tarde, la placa que da su nombre a la que desde siempre fuera conocida como “carretera Habal-Cerritos”, y que hoy se llama Avenida Mario Arturo Huerta Sánchez. El alcalde, que construyó la avenida Sábalo-Cerritos, reunió a una gran cantidad de empresarios y de políticos de las diversas épocas del Mazatlán contemporáneo, en un evento emotivo en que el ingeniero aprovechó el micrófono para adelantar las memorias que plasma en un libro, y del que ya ha dado algunas probadas en las páginas de Noroeste.