EN LA GRILLA

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Sagarpa: anuncian viejos acuerdos

*Al Kory se e quemaban las habas

*La elección del PAN, este domingo

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

Como hace de tanto en tanto, el gobernador Mario López Valdez se entrevistó ayer con el secretario de Agricultura, Enrique Martínez y Martínez. Los resultados formales fueron muy buenos: coincidencias, compromisos, anuncios y acuerdos de todo tipo que seguramente ayudarán a sacar a la agricultura del hoyo en que se encuentra.

El problema es que esos mismos acuerdos y compromisos fueron anunciados en el viaje anterior, y en el anterior, y todavía a estas alturas los productores siguen padeciendo incumplimiento en el esquema de pagos, abusos de parte de los bodegueros y sobresaltos por las repercusiones en las líneas de crédito y todo eso que hace tan difícil a su actividad.

El problema no está en los interlocutores. López Valdez va por soluciones para la gente afectada y de paso, va por elementos para evitar una movilización social que perturbe al estado. El secretario Martínez y Martínez ofrece lo que tiene: palabras, propuestas, compromisos que lo ayuden a darle largas a un asunto que evidentemente no tiene respuestas en las actuales condiciones económicas.

La Sagarpa, como buena parte del gobierno federal, está metida en un laberinto burocrático que no tiene nada que ver con el estado de  bienestar social que en otros tiempos respaldó a los productores primarios del país bajo la bandera de la justicia social. Aserca, narra el secretario estatal de Agricultura, Juan Nicasio Guerra, va y les pregunta a los industriales cuanto están dispuestos a pagar, y sobre esa base establecen los precios. Por supuesto, los industriales siempre se van a la mitad y ahí empieza un penoso jaloneo que termina con compensaciones cuya cobertura está más trabajosa que una elección decente.

Si a eso le sumamos que a diferencia de otros años, incluso de la dureza e insensibilidad panista, Hacienda no suelta un sólo centavo que no esté programado para el sector, de modo que Martínez y Martínez se puede comprometer a mover el mundo, pero las cosas terminan igual, con el gobernador regresando a hacer los anuncios acordados, y a preparar un nuevo regreso más adelante, cuando el enojo de los productores vuelva a amenazar con hacer erupción.

Las cosas han llegado a tal extremo, que incluso Juan Nicasio Guerra empieza a mostrar señales de cansancio y hasta exasperación. Los productores, dijo, esperan que en algún momento las cosas vuelvan atrás, y eso significa reabrir la Conasupo y establecer precios ajenos a la realidad del mercado. Incluso lamenta que el productor mantenga la idea de que su chamba es producir y no comercializar, dejando esa tarea al gobierno.

Es evidente que hoy Juan Nicasio es autoridad, no el luchador social de otros años, pero entre lo que debe quedarle de esos tiempos, se le va imponiendo el síndrome del expresidente Ernesto Zedilo, quien francamente montaba en cólera cada vez que le planteaban la necesidad de una partida extraordinaria para entregar compensaciones a los productores sinaloenses de maíz banco. En realidad era para toda la república, pero como es aquí donde se ha producido casi siempre la mayor cantidad (hasta cinco millones de toneladas), es aquí donde se concentra la mayor parte del recurso.

Es que el criterio gubernamental ha sido desde tiempos de Salinas, pero con más convicción en los seis años de Felipe Calderón, que “es más barato comprar los granos fuera que seguir subsidiando a los agricultores”.

¿DÓNDE ESTABA LA TRABA?

Ejecutivo, aventado hasta la pared de enfrente, Armando Leyson mandó a sus empleados a Guadalajara, a firmar el contrato de alumbrado público con la empresa que ya había ganado el contrato, que ya contaba con la autorización del Congreso.

El proceso estuvo detenido porque el Kory pidió y le autorizaron, capacidad para comprometer un ocho por ciento de las participaciones federales. Cuando todo estuvo listo, la empresa dijo que no bastaba el ocho por ciento, sino que requería un dieciocho. Obediente, el alcalde de Guasave fue y pidió al Congreso que le permitieron hacer esa ampliación, pero se encontró con que un asunto no puede ser tratado dos veces en el mismo periodo ordinario de sesiones, de modo que tendría que esperar al menos hasta noviembre.

Parecía que las cosas iban a quedar así, pero repentinamente El Kory decidió mandar a firmar los contratos.

¿No hacía falta entonces una ampliación de las garantías? ¿No era una exigencia de la empresa? ¿Cedió ésta, pensando que más vale pájaro en mano que ciento volando? Quizá el Kory confíe en que al iniciar el nuevo periodo de sesiones no tendrá problemas para que le autoricen la nueva petición, aunque sea extemporánea, total, los cuerdos políticos se dan (aunque todavía está pendiente la cuenta pública).

El hecho es que no hay empresa que suelte fácilmente una diferencia de garantías como la que está en cuestión. Una decisión como esa vuelve a levantar el sospechosismo, a hablarnos de qué tan seria puede ser una operación en que se renuncia a un 62.5 por ciento de la garantía exigida. Los más aventados dirán que no le aunque se reduzcan las ganancias, el chiste es que finalmente lleguen

Y es que en Mazatlán, donde autoridades y empresas están a la espera de una autorización como aquella, las cosas se están poniendo feas. Los grupos más activos de la sociedad civil rechazan y evidencian el proceso y ya hasta el tribunal de lo Contencioso Administrativo vio elementos para detener e procedimiento de contratación y someterlo a un análisis.

Si se cae una parte del negocio, pues con lo que quede, parece haber sido la premisa guasavense.

LA ELECCIÓN EN EL PAN

El Partido Acción Nacional se apresta a elegir a su nueva dirigencia nacional. Todo mundo sabe quela disputa es entre Ricardo Anaya, quien cuenta con el apoyo del aparato partidista, y Javier Corral, en torno de cuya candidatura se han reunido los militantes y corrientes que han disentido de la actual dirigencia.

En Mazatlán, se dio  conocer ayer, habrá dos centros de votación: uno en el parque de la Alegría, de Lomas de Mazatlán, para los militantes inscritos en el sexto distrito; y otro en la Plazuela de los Leones, afuera del edificio panista, para los del octavo distrito.

La ultima noticia en torno a este proceso es que Corral se había inconformado con el manejo del padrón y otras acciones de quienes conducen la elección, pero el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación le rechazó la impugnación, con lo que dio vía libre a la manera en que van las cosas actualmente.

En Sinaloa se anunció una alianza de muchos de los grupos para apoyar a Ricardo Anaya. Ahí están Tirios y Troyanos. Lo mismo quienes son identificados como personajes ligados al tercer piso, como Martin Heredia y Jorge Villalobos, y enojados como Roberto Cruz Castro y sus seguidores. Hasta seguidores de Felipe Calderón y su grupo, como el senador Francisco Salvador López Brito, le entraron al acuerdo (obviamente, para después poder participar de los otros acuerdos).

Con Javier Corral están los grupos más ideológicos del PAN, los que vienen de los tiempos difíciles en que no había acceso al gobierno ni a tantas posiciones como las que ahora provocan riñas y enfrentamientos. Por acá están las familias Del Rincón, Morgan, Rice y hasta los restos del clouthierismo que quedó en Acción Nacional.

Las planillas están así: Ricardo Anaya Cortés; presidente, y propone para la Secretaría General al diputado federal Damián Zepeda y como integrantes a Josefina Vázquez Mota, Ernesto Ruffo, Santiago Creel Miranda, Sonia Mendoza, Rocío Reza, Fernando Rodríguez Doval y Genoveva Huerta. 

Javier Corral Jurado postula a José Luis Luege Tamargo, a la Secretaría General e integrantes a Fernando Canales, Ana Teresa Aranda, Juan Carlos Romero Hicks, Rebeca Clouthier, Alejandra García, Rocío Morgan Franco y Concepción Ramírez.