EN LA GRILLA

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La Paquis se agandalla con un autodestape

*Heredia, por la grande; sigue con el pleito

*También Mazatlán entró a “la onda Led”

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

¿Qué tiene Mazatlán que les atrae tanto?

Cuando Martín Heredia terminó su periodo como presidente municipal de Cosalá, trasladó su domicilio a Mazatlán, donde como era natural, retomó su carrera política y se convirtió en aspirante a la presidencia municipal, a la que ahora declina sin haber logrado, en buena medida porque ya sus ojos están puestos en una posible candidatura a gobernador.

Pero ahora es la diputada Paquis Corrales, también ex alcaldesa cosalteca y por cierto cuñada de Martín Heredia, quien anuncia sus aspiraciones, ya de sobra conocidas, por venirse a gobernar a este puerto, con una muy generosa divisa: “lo hago por tí”.

Dirá usted que falta mucho tiempo, que seguramente le van a echar la bronca de la campaña adelantada, pero hay que entenderlo: a la diputada se le acaba el tiempo. Tiene de aquí a agosto para consolidar una presencia tan fuerte, que no necesite de una plataforma burocrática o partidista para mantenerse vigente de aquí a enero o febrero próximo, cuando empiecen los procesos internos de los partidos.

Antes, los políticos cosaltecos tomaban rumbo a Culiacán. Leopoldo Sánchez Celis, por ejemplo, se fue al norte y le fue tan bien, que llegó a gobernador del estado. A Jesús Enrique Hernández Chávez sólo le alcanzó para alcalde de Culiacán, lo mismo que a Sadol Osorio Salcido, el único panista que ha obtenido también la presidencia municipal culiche. En cambio Jesús Aguilar Padilla alcanzó la grande y todavía se mantiene en el ámbito nacional, como subsecretario de Agricultura.

Pero a doña Paquis se le ha metido entre ceja y ceja que su paso por la política mazatleca, merced a una campaña por la diputación del sexto distrito, le alcanza como para convertirse en alcaldesa, a pesar de los muchos intríngulis que aquí plantea la grilla.

La diputada acaba de participar, en la medida de su disposición, en una campaña política verdaderamente extraordinaria. Extraordinaria porque le permitió al candidato del PRI obtener la diputación federal del octavo distrito, que en teoría le estaba escriturada al Partido Acción Nacional.

Para ganar, el PRI tuvo que echar mano de todos los grupos que operan en su interior, y que tradicionalmente se encuentran divididos, enfrentados y hasta en situación de odio. Como nunca, esos grupos trabajaron para sacar adelante al candidato y aun así, necesitaron el apoyo del Partido Verde Ecologista, sin cuyo concurso, los priístas se habrían quedado casi cinco mil votos abajo.

Si Quirino Ordaz pudo poner en sintonía a todos los grupos y convencerlos de que todos trabajaran por la misma causa, la señora Corrales no parece estar en la misma situación. En algún momento sus activistas se encontraron literalmente a golpes con los de Maribel Chollet, que a su vez respondía y responde a los intereses de Diva Hadamira Gastélum Bajo. Y no se diga las diferencias tan fuertes que ha registrado con Jorge Abel López Sánchez.

Habrá que ver hasta dónde puede la diputada Corrales enfrentar todos estos problemas de la onda grupera priísta. Durante la campaña electoral recién fenecida fue reo de sospechas por la frecuente ausencia de ella y su equipo, y luego por la insistencia de hacer campaña más en su nombre que en el del propio Quirino Ordaz.

Todas esas sospechas deberá dejar claras, más las que se derivan de su relación familiar con Martín Heredia, que tantas suspicacias ha generado siempre, como las generó el parentesco que también tiene con el excandidato independiente por el sexto distrito, Víctor Antonio Corrales Burgueño.

Ya tendrá la diputada sus meses para tratar de borrar todo esto, o de generar nuevas condiciones de relación con los demás grupos, una tarea por demás dura, sobre todo porque se trata de una mujer de temple, que suele hacer política de frente, muchas veces hasta de choque.

MEJOR QUE CADA QUIEN

ESTÉ EN SU SITIO: HEREDIA

Precisamente al momento en que Paquis Corrales daba su conferencia de prensa para anunciar que formalmente luchaba por ser candidata del PRI a la Presidencia Municipal, Marín Heredia daba otra plática en la que precisaba que no tiene interés en luchar por ese puesto. No es mi proyecto, dijo, porque sé cómo son las cosas, cómo les va a los alcaldes.

En cambio reconoció que tiene una aspiración por la gubernatura de Sinaloa, que su partido lo ha estado evaluando ante la posibilidad de ser candidato a ese puesto, que sin embargo, no lo obnubila para lanzarse así como así.

Primero tengo que ver cómo me ve la sociedad, cómo me evalúa, para saber cuáles son las posibilidades de triunfo. No voy a ser un héroe ni un suicida, sólo iré si la sociedad cree que yo puedo aportar algo que nadie puede hacer en el PAN, como candidato al gobierno de Sinaloa.

Obviamente, Heredia no podía aparecer ante los medios sin volver a tocar el tema de su enfrentamiento con el gobernador Mario López Valdez. Contra las versiones de que ha enviado algunos mensajes de reconciliación con el tercer piso, el diputado panista reafirmó su condición beligerante, al grado de pintar la raya.

En lo institucional, dijo, seguirá el trato de colaboración para ayudar a Sinaloa, para conseguir cosas que mejoren las condiciones de los sinaloenses, pero en lo político, dijo, el hecho de que en el incidente del sábado pasado hubiese tomado la actitud que tomó, es positivo, pues es mejor saber de qué lado está cada quien.

Por lo visto, el asunto todavía va para largo.

LA FIEBRE DE LAS

LÁMPARAS LED

No ha terminado todavía el discutido procedimiento con que el municipio de Guasave pretendió contratar un crédito para financiar el programa de alumbrado público con lámparas Led, y ya en Mazatlán se les calentó el ánimo de contratarse también un endeudamiento cuyo pago se garantiza con un porcentaje importante de los ingresos federales esperados por el municipio.

De nada sirvió la experiencia guasavense: con acuerdo de cabildos y negociaciones de tomatodo (más bien de todos toman) en el Congreso del Estado, se les autorizó comprometer el 18 por ciento de las participaciones federales “por el tiempo que sea necesario” para pagar. A pesar de la aprobación, la operación no pudo concretarse porque el banco que financiaba la obra fijo que con el 18 por ciento no alanzaba, de modo que era necesario aprobar un porcentaje más alto.

Tan leoninas condiciones no han desanimado al ayuntamiento de Sinaloa, que ya tiene avanzado suproceso, ni al de Navolato. Ahora se suma Mazatlán. Aquí los regidores Esperanza Kazuga y Humberto Becerra se oponen y denuncian que el ayuntamiento le dio un fast track a la aprobación, y que hay irregularidades.

Por desgracia operaciones tan sospechosas como esa terminan haciendo que la gente sospeche de posibles actos de corrupción, y llega el momento en que no hay una explicación oficial que disipe las dudas.