EN LA GRILLA

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*Heredia sintió que no le cumplieron

*Los perdedores pasan a mejor vida

*Se desbocó la carrera por el estado

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

¿Por qué estaba tan enojado Martín Heredia? Hay que recordar que en la última visita a Mazatlán, en su etapa preoperatoria, el gobernador Mario López Valdez fue interceptado por Heredia y el Recaudador de Rentas para reclamar la falta de atención a su denuncia de secuestro. Fue un mal encuentro en que Heredia se deformó públicamente y el gobernador quedó expuesto en un trato poco institucional de parte de uno de sus más cercanos operadores políticos.

De acuerdo con lo que ha trascendido, el PAN y Heredia confiaban en que el octavo distrito estaba ganado, ya por gestión propia, ya por apoyo metalegal del tercer piso, en atención a un reparto ya consensuado, en que Acción Nacional ganaría dos distritos –cuarto y octavo-, mientras el PRI se quedaba con los seis restantes, igual que en la elección federal anterior.

Sin embargo, al acercarse la fecha, las cosas no parecían caminar en ese sentido, de ahí que fuese necesaria una operación que, o consistió en, o que se frustró con el secuestro de tres activistas panistas de Mazatlán, Rosario y Escuinapa, quienes en teoría tendrían a su cargo manejar las acciones del llamado día D, pero no habrían podido concretarlo porque los detuvieron y  durante seis horas.

Pero si la conferencia de prensa para denunciarlo fue fuerte, los días posteriores a la elección fueron tranquilos, sin muchas expresiones sobre el tema, por eso llama la atención que el martes Heredia hubiese estallado tan fuertemente como para ir a interceptar públicamente al gobernador cuando inauguraba unas instalaciones privadas, con inversión privada, en una ceremonia que sólo era pública por la presencia del gobernador y el alcalde.

Durante la jornada del domingo, tanto el PRI como el PAN se equivocaron en la marcha de sus posibles votos en el octavo distrito. Unos y otros tienen a sus representantes dotados del listado de ciudadanos que presumiblemente votarían por ellos, y sobre esa base van calculando si ganan o pierden, en una primera aproximación que funciona muy bien donde tienen control del territorio.

Los panistas veían fluir a los suyos y sacaban sus cuentas. Los del PRI también, pero la información no fluía con la velocidad correspondiente, de suerte que la dirigencia estatal no sabía al final si habían ganado o perdido. Por el contrario, sus indicios eran negativos.

En el PAN se consideran ganadores porque en efecto, los votantes del PRI eran menos que los del PAN. Por ello no dudaron en hacer una declaratoria de Reconocimiento de derrota enel distrito II, que aspiraban a ganar “por la libre”. Después de todo, ganar el cuarto y retener el octavo no era una mala cuenta dentro de la debate nacional que había sido la jornada dominical.

“Hay una pequeña desventaja que podremos remontar”, dijo Edgardo Burgos para acreditarse el octavo, pero no sólo no remontaron esa pequeña desventaja, sino que a la votación  del PRI se sumó la del Verde, generando esa “pequeña desventaja” y luego tuvieron que añadir la votación de la alianza PRI-Verde, que consolidaba la ventaja de Quirino Ordaz.

Al final, ni los especialistas en el asunto jurídico electoral les dieron esperanzas de recuperación.

Nada qué hacer al respecto, como no fuese enojarse y enojarse hasta estallar durante la visita del gobernador López Valdez, en un estallido que utilizó la denuncia del secuestro con el reclamo implícito de “¿no que íbamos a ganar aquí?”.

Dicen quienes están al tanto de las cosas, que durante la semana el diputado federal panista ha enviado mensajes de reconciliación a través del tercero y que el gobernador no los ha rechazado, aunque entre la reaparición del gobierno en movimiento, y sobre todo la operación de cálculos biliares, no ha habido tiempo para normalizar la situación.

Mientras tanto, las cosas fluyen y tienden a la normalidad. Los candidatos ganadores recibieron sus constancias de mayoría. Ese día por la mañana, los locatarios del Mercado Pino Suárez se sorprendieron e ver regresar a Quirino Ordaz, quien con su esposa desayunó en el lugar y reiteró que seguiría regresando. Después tuvo un encuentro festivo con activistas a quienes agradeció la participación y prepara un recorrido menos intensivo, pero amplio, por las colinias.

Sus amigos lo bromean diciéndole que en el fondo su idea en mantener abierta la campaña electoral, en la que se profundizó tanto, y que sigue despidiendo a la gente ue lo saluda con un “ahí te encargo..” como cuando pedía el voto.

Germán  Escobar se reunió con sus seguidores de Escuinapa y Concordia.

¿Y los perdedores? ¡Nada de perdedores! Martín Pérez Torres, candidato derrotado en el octavo distrito, vuelve en una quincena a su curul en el Congreso del Estado; y Nadia Haydee Vega Oliva espera la formalidad de su confirmación como diputada plurinominal electa.

¡Vida la política!

UNA INFORMACIÓN PLENA

SOBRE LA OPERACIÓN

La noche en que el gobernador fue llevado de emergencia a un hospital en la Ciudad de Los Mocnis, se pretendió tender una cortina de humo. El propio mandatario se hizo fotografiar en un campo de golf, horas después del episodio, hablando en su cuenta de Facebook de un chequeo médico, es decir, algo intrascendente.

Horas después el secretario de Salud corrigió la falla, dando a conocer la realidad: López Valdez tenía un cuadro de cálculos biliares que lo sometía a espasmos dolorosos. Se trataría primero con medicinas y en caso de ser necesario, se llegaría a la operación, laparoscópica, por cierto. El cuadro debe haber sido muy agudo, pues el tratamiento médico sólo tuvo unos días de oportunidad para funcionar. Malova fue operado la noche del sábado, después de la reaparición del programa Gobierno en Movimiento. El parte médico fue absolutamente positivo.

Nada como la verdad y la transparencia.

EL OTRO ERROR EN LOS C ÁLCULOS

El domingo de las elecciones, el PRI sacaba sus cuentas de flujo de electores y sobre esa base encontraba que el quinto distrito, y hasta el cuarto, y todo iba bien.

En el cuarto las cosas fallaron por la intervención del PAS y su alianza de facto. Parecía que no tendrían oportunidad de incidir porque la medida se tomó de último momento, pero la disciplina de las huestes del PAS terminó por imponerse y complementar la elección de estado que se armó el alcalde Armando Leyson Castro.

En el quinto distrito las cosas fueron distintas: con en las encuestadoras, los cuadro priístas no tuvieron elementos para medir el fenómeno de los candidatos independientes, básicamente el de Manuel Clouthier Carrillo.

Por supuesto, está el abandono de los políticos culiacanenses, quienes dieron por sentado que su ausencia sería notoria, aunque no como para llegar al extremo de perder la elección, sólo para darse a desear. Por cierto hay coartadas que no se sostienen, como consta a los cuadros de las campañas priístas en Mazatlán.

LA CARRERA ESTÁ DESBOCADA

Sergio Torres, presidente municipal de Culiacán, se dio el gusto de tener sus cinco minutos de fama, mientras declaraba sobre sus aspiraciones para ser candidato a gobernador del estado. No importa si es de reciente acceso a la triple A y que ni siquiera haya acudido como espectador a las grandes ligas. Él ya se declaró aspirante y se siente inscrito en las invitaciones a la fiesta.

No fue muy lejos por la respuesta. Azuzado por los reporteros a los que se dejó llegar, el secretario general de gobierno, Gerardo Vargas Landeros, realizó una admonición pública a los aspirantes, no sólo para conseguir que se respeten los tiempos legalmente establecidos, sino para exigir respeto al gobernador, quien mantiene, advirtió la capacidad de decisión en el ámbito político estatal.

Acto seguido por cierto, se fue a organizar la nueva jornada de servicios, una especie de “gobierno en movimiento” en pequeño con las dependencias que dependen de la secretaría general de gobierno, y otras que sin depender directamente, son muy convenientes por la demanda de apoyos que otorgan a la población.

No son ellos los únicos que e han puesto en movimiento. A lo largo de la semana postelectoral, la senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo se ha dedicado a realizar una especie de tourné de recuento de daños, en los que públicamente y sobre todo durante entrevistas en los medios, asume la responsabilidad que sea necesaria frente a la derrota en el cuarto distrito.

Para un aspirante a la gubernatura, es mala señal que se pierda en su ciudad natal, sobre todo cuando el aspirante impulsó al candidato perdedor. Por eso muchos actores políticos, contrincantes de Diva o militantes de los equipos contrarios, se alegran de los acontecimientos y se apresuran a recordar que ocurrió lo mismo en 2013, cuando ella impulsó la candidatura de Rosendo Camacho para alcalde, y el PRI perdió la elección.

Bajo esa misma tesitura debe considerarse el enojo de Martín Heredia. Fue él quien impulsó la postulación de Martín Pérez Torres, y la derrota se le encamina a él el efecto de la derrota.

El caso es que Diva dice abiertamente que la quieren descarrilar de la carrera por la gubernatura, pero que ella simplemente pone el lomo para que le sigan dando, sin salirse de su propósito.

Heriberto Galindo sigue realizando su trabajo hormiga, ya con recordatorios de su fundación, ya con encuentros con personajes del mundillo político, sobre todo dejando sentir que es un hombre cercano a los círculos del poder.

También a David López le han llovido golpes y señalamientos, que lo mantienen impertérrito.

Daniel Amador Gaxiola recoge frutos de la actuación de Encima en varios de los distritos sinaloenses, como muestra del músculo que le daría viabilidad a sus aspiraciones.

En cambio Aarón Irízar ha desatado un activismo muy fuerte en redes sociales y medios olvidándose prácticamente de la prudencia que le caracterizó durante todo el periodo previo, en que no parecían irradiarle las calenturas de los demás pretensos.

¿Y Jesús Vizcarra Calderón? Como dijo un aspirante, parafraseando a Ramón López Velarde: “y en medio de nosotros, Vizcarra como un dios”