EN LA GRILLA

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FELTON EN CABILDO.jpg

*Felton tiene a casi todos los regidores consigo

*Las grandes aspiraciones de cada partido político

*No recibimos viajeros, pero sí aviones en broncas

 

FRANC ISCO CHIQUETE

 

La discusión sobre el Acuario dejó lecciones importantes para el Cabildo mazatleco.

En primer lugar, está visto que el alcalde Carlos Felton González trae prisa y no va a permitir que se le rompan y mucho menos que se le impongan los ritmos de trabajo. Y que tampoco se trata de oír al de enfrente, ni siquiera en ánimo de sacar adelante con mayores consensos el proyecto de que se trate.

La privatización del Acuario, decidida por el propio Felton y asumida no sólo por su bancada, sino también por los supuestos opositores, es motivo de discusión a pesar de que nadie está en contra.

Se trata de los procedimientos: ha bastado una plática con la empresa interesada para entusiasmarse al extremo de cambiar las bases legales del Acuario para dar oportunidad a una operación con los negocios de Carlos Slim, en la división de acuarios que emprendió con el que abrió en el Distrito Federal.

En sus explicaciones el alcalde adelanta la perspectiva de que el propio Acuario mejore sustancialmente, al extremo de constituirse en un atractivo para nuevas corrientes de visitantes y hasta como ancla para nuevas inversiones en derredor de la institución que se espera concesionar,

Todo suena muy bien, pero hasta el momento no se sabe cuál es el proyecto de la empresa, los alcances de la inversión y las áreas en que efectivamente pueden interesar a los colaboradores de Slim. Estamos con el Acuario como en la parábola de la lechera, que llevaba el cubo de leche en la cabeza, soñando con venderlo para comprar una ternera, que se convertiría en vaca lechera que le daría mucho dinero a ganar. En esos sueños iba cuando tropezó, el cubo cayó al piso y se rompió.

Si el Acuario no se va a romper, en cambio pueden hacerlo las expectativas. Ahí está el ejemplo del estadio Teodoro Mariscal, concesionado y reconcesionado a una empresa que nunca justificó plenamente las inversiones a las que se había comprometido, y en cambio evitó que los beisbolistas locales utilizaran el inmueble hasta en las fechas más señaladas para el deporte local o para las ligas regionales.

Ese es el riesgo que está corriendo Felton. Los del Grupo Carso vinieron, dijeron que el Acuario estaba muy mal, pero estaban dispuestos a sacrificarse con una APP, es decir, con una concesión en que ellos administrarían las instalaciones, mientras el municipio les pagaba una feriecilla mensual, como ocurre con todas las Asociaciones Público-Privadas.

Pero aquí Felton no va solo:

Sus regidores (panistas y de la alianza) asumieron el compromiso de sacar adelante este proyecto sin limitaciones de ninguna especie. Hubo algunos que hasta recriminaron a Esperanza Kazuga y Humberto Becerra por estar pidiendo más tiempo para consultar el proyecto de reformas, a pesar de la complejidad que éste encerraba.

Con la misma ciega obediencia se fueron los de la fracción priísta, que desde hace rato se advierten domesticados –con la excepción de Kazuga y Becerra- al extremo que Guillermo Quintana Pucheta se ha convertido en el mejor defensor de los aspectos jurídicos de las propuestas feltonistas, e Inés Zepeda, quien se entusiasmó tanto durante el primer informe de gobierno, que mientras los panistas se limitaban a aplaudir, ella gritaba voz en cuello “¡Viva Felton!”.

¿CÓMO QUEDARÁ EL ESTADO

LA NOCHE DEL SIETE DE JUNIO?

En el PRI no ha faltado quién pronostique un ochito, como el que se dio en la elección intermedia de Felipe Calderón, en el 2009, y como estuvieron a punto de hacer en 2012, cuando el cruce de votos a las candidatas priístas de Ahome y Mazatlán con el logo del verde les quitó la posibilidad de refrendar esas victorias, pues el cruce obligó a la anulación.

En el Partido Acción Nacional empezaron modestos. Se conformaban con que les respaldaran para ratificar el octavo y alcanzar el cuarto, pero en el camino se han engallado y ahora consideran que pueden ganar también en el segundo, el primero y hasta en el tres, si persiste el enojo entre los tricolores por los desprecios a Víctor Godoy.

Por supuesto, el PAS va en serio por el sexto distrito. Aunque como organización no aparecerá en las boletas, se tiene todo el interés en demostrar que las puede incluso en un proceso electoral federal. Desde hace rato se aceita la maquinaria para ser la sorpresa en el sexto con Víctor Antonio Corrales Burgueño, aun cuando se supone que el PRI va con todo para sacar adelante al dirigente cenecista Germán Escobar Manjarrez.

Los pronósticos se hacen en todas partes, y ahí está Morena, el partido de Andrés Manuel López Obrador, que en Sinaloa se ha trazado una meta de tres victorias distritales. Algo que el propio dirigente estatal, Luis Guillermo Benítez Torres reconoce como difícil por el carácter bipartidista que tienen las elecciones en Sinaloa, pero sin renunciar a la posibilidad.

Tampoco ha faltado quién considere que en el quinto distrito la candidatura independiente de Manuel Clouthier Carrillo genere posibilidades de un resultado distinto a lo tradicional,. Que es la victoria del tricolor. Ricardo Hernández Guerrero, el abanderado priísta, deberá hacer un gran esfuerzo para movilizar a los jóvenes.

Esto de las expectativas les llega a todos. Armando Zamora Canizales, el otro independiente del octavo, se asumió galán de telenovelas y anunció que va a movilizar a las mujeres de esa demarcación electoral. Con ello casi empató con su rival, Giova Camacho, quien durante la campaña por la diputación local del Distrito XIX se declaró macho hasta las cachas y dijo contar con el respaldo de todas las mujeres con que se había relacionado. Cosas de la calentura… electoral. Camacho, con todo y ese dicho desafortunado, alcanzó una cifra impresionante de votos para un partido debutante y pudiera convertirse en factor para el resultado final.

También en el octavo, Alejandro Camacho Mendoza, olvidado del PAN, emprenderá campaña por el Partido Humanista.

NO MUCHOS VUELOS, PERO

¿QUÉ TAL EMERGENCIAS?

En medio del auge turístico que se nos menciona a diario, con millares de visitantes que llegan a través de la carretera Mazatlán-Durango, y de las decenas de miles que nos han traído los cruceros turísticos, el número de vuelos se ha reducido, de acuerdo con las cifras que ha presentado la empresa que administra el aeropuerto mazatleco.

No se puede quejar la industria turística mazatleca, pues los resultados han sido muy positivos. Los niveles de ocupación que ha promediado la hotelería están por encima de los que se tuvieron en años anteriores, no solamente en los de la crisis, sino en otros que eran considerados como de auge económico.

El problema es que el turismo aéreo ha descendido notablemente, lo que reduce la presencia de Mazatlán en el mercado internacional y baja también la capacidad adquisitiva de nuestros visitantes.

Hay quienes consideran que ha faltados una mayor inversión en la promoción foránea, porque el fondo mixto no ha dispuesto de los recursos necesarios, al menos no oportunamente, como es lña necesidad en industrias tan dinámicas como ésta.

Pero si vienen menos aviones a traer pasajeros, en cambio ha habido casos muy notorios, como los del avión que apenas unos minutos después de haber despegado de Culiacán, tuvo que aterrizar de emergencia en nuestro aeropuerto; y dos días después, el que habiendo despegado de aquí, tuvo que sobrevolar el mar por una hora, para evitar riesgos a la hora de volver a aterrizar por problemas en el tren de aterrizaje. Si la racha sigue nos vamos a volver famosos.