EN LA GRILLA

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*Paralizado el gobierno federal ante la crisis

*¿Partidos intervenidos, o arreglo submecatum?

*El escaparate del informe de Fernando Pucheta

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

El gobierno federal ha mantenido una parálisis ante la andanada de golpes que se le enderezan a propósito de las sucesivas crisis registradas en el país: la de seguridad, con los normalistas desaparecidos en Guerrero, la de transparencia, con el tema de la Casa Blanca, y la económica, a partir de la desfondada de los precios petroleros y la escalada del dólar en su paridad frente al peso.

Esa parálisis contagió a todos los actores políticos, sobre todo los del partido oficial, que ya no traen los reflejos que en otros tiempos permitían ofrecer apoyos en automático, y que ahora necesitan una autorización expresa y directa para poder moverse.

En los altos niveles del propio gobierno se comenta, con desorientación, que no hay una línea específica para encarar esta crisis que en cambio ha provocado movilizaciones que pueden ser calificadas de muchos modos, pero no de escasas n i de espontáneas.

Por eso cuando el gobernador Mario López Valdez propuso un desplegado de respaldo al Presidente de la República y a us instituciones, sonó como una buena idea, sobre todo porque el secretario general de gobierno, Gerardo Vargas Landeros, dio a conocer que iría firmado por todos los partidos políticos que participan en la Mesa de Compromisos por Sinaloa, en la que por cierto, está representado todo el abanico político.

Conseguir una expresión de ese tamaño era un verdadero hitazo, sobre todo cuando a nivel nacional el PAN ha hecho mutis para no contaminarse con un tema que le pega de lleno al PRD y que ha enredado al PRI y a su gobierno de la manera más gravosa; y cuando el PRD trabaja denodadamente por salir del atolladero, involucrando precisamente al gobierno federal.

Por iniciativa no quedó, aunque los resultados concretos todavía están por verse.

De entrada, los dirigentes estatales de Acción Nacional y del partido del sol azteca empezaron declinando. Tanto Edgardo Burgos Marentes como Claudia Morales Acosta adelantaron que no estaban dispuestos a firmar ningún respaldo al Presidente de la República, por más argumentos que se les pudieron enfrente, lo que parecía el fracaso de la iniciativa y un tropiezo para el secretario general de gobierno, quien dio por hecho que contaría con el inverosímil respaldo pluripartidista

Pero Vargas Landeros no es ningún improvisado, de modo que alcanzó a utilizar sus recursos extremos, y el documento apareció con la firma de un prominente panista: el ingeniero Francisco Solano Urías, quien ciertamente ya no es dirigente de su partido, ni coordinador de la bancada azul, pero sigue siendo el representante de ese partido ante la mesa Compromisos por Sinaloa, de la que salió el desplegado peñanietista. Y apareció también con la firma de José Luis López Duarte, un dirigente de otros tiempos, que ha aparecido en las estructuras perredistas durante años después de su espacio como líder y cuadro influyente, pero que conserva la representación del perredismo en la misma mesa de Compromisos.

Por más que se le ha querido restar legitimidad a esas firmas, el hecho es que ahí están, que son de gente con representación formal y que dan, en efecto, el toque de pluralidad que ha sido la divisa de la mesa de concertación.

(Por cierto que a querer y no, los dirigentes que han rechazado dar ese aval, tendrán que regresar al espacio físico, porque la mesa se convierte durante el proceso electoral, en punto de diálogo para evitar que los conflictos electorales lleguen hasta las últimas consecuencias.)

LAS VENTAJAS DE

SABER METER LA MANO

Si el tercer piso se hubiese quedado con la intención de sacar el documento y los apoyos de manera lineal, ni siquiera habría tenido oportunidad de anunciarlo, pero ningún político que se respete a si mismo puede proceder son contar con un plan B, que le dé una salida de escape, sobre todo cuando la complicación es tan previsible.

Desde siempre se ha sabido que el ingeniero Solano Urías es un aliado absoluto del gobierno malovista. Con él se han alcanzado acuerdos que abren la puerta a la participación de los azules en proyectos muy discutidos, como el de los hospitales que en este momento siguen pendientes, pero que han contado en esta y la anterior legislatura, con los votos del panismo que haen falta para hacer la mayoría calificada que se requiere. Y tiene además tal trayectoria y tal respeto dentro Del PAN, que a pesar del sofocón, el presidente del comité directivo estatal, Edgardo Burgos Marentes, dijo que no pasa nada, que no habrá sanción al ingeniero por haber firmado contra la posición oficial de la organización.

De López Duarte el PRD prefirió ni siquiera hacer comentarios. Se sabe que él hace alianzas personales y que no va a ir a pedir permiso. Además, hay un ala del perredismo que de ningún modo reaccionará contra lo que se decida dentro del gobierno del estado, al que sus miembros pertenecen en cuerpo y alma.

Esta es la gran ventaja de haber sido quien parte el queso dentro de los partidos durante los últimos cuatro años. Si al principio los priístas de fuera eran los más rejegos, hoy no hay diferencia con los que se cruzaron la raya. Y si los aliados del principio han empezado a mostrar insatisfacciones, todavía queda capital político suficiente como para forzar decisiones como la que nos ocupa.

Aunque también puede ser –sólo puede ser, ya ven cómo es esto del sospechosismo-, que estas disidencias hayan sido acordadas desde dentro para lavar la cara de las dirigencias estatales y para seguir enamorando al gobernador, con la esperanza de que en la elección del 2015 –y sobre todo en la del 2016- termine por convencerse de que es viable una reedición de la coalición arcoiris del 2010.

EL EVENTO DE PUCHETA, COMO

EN LOS TIEMPOS DE GLORIA

Era el informe de actividades legislativas del diputado Fernando Pucheta Sánchez, un acto como los que han menudeado en los últimos días. Nada menos el domingo fue el de la representante de Sinaloa de Leyva, y ahí estuvo Jesús Enrique Hernández Chávez, quien se dejó venir al puerto, como dicen los culiches, para estar presente en el evento.

Pero no estuvo sólo él: vino la senadora Diva Hadamira Gastélum Bajo, a quien no se le ha escapado un evento partidista, un encuentro de cuadros, una toma de protesta; ni siquiera un bautizo, matrimonio o primera comunión en el territorio sinaloense. Anda en lo suyo y mediante esa presencia espera consolidar una imagen y un posicionamiento entre quienes dentro de año y medio constituirán el apetecido electorado con que varios sueñan y activan.

Pucheta Sánchez podía estar satisfecho, pues también acudió la filántropa Lety Coppel, cuya fundación ha sido muy importante para la labor social del diputado; la dirigente estatal priísta, Martha Tamayo Morales, la del Movimiento Territorial, Gloria Himelda Félix Nieblas, el secretario general Jesús Valdez, el exsecretario de Finanzas del estado, Quirino Ordaz Coppel y otros personajes.

Junto con cuadros locales, había una cantidad muy importante de personas que acudieron a recibir el apoyo mensual que les otorga Una mano amiga, la fundación que, según precisó Pucheta, otorgó 17 mil entregas de diversa índole a lo largo del año.

Aunque el legislador se preocupó por dejar en claro que los apoyos no tienen nada qué ver con los asuntos partidistas ni electorales, la puesta ne escena estaba que ni mandada a hacer para eso: Diva Hadamira quiere ser candidata  gobernadora; Martha Tamayo quiere ser diputada federal plurinominal; Jesús Valdez quiere ser alcalde de Culiacán; Gloria Himelda quiere ser diputada; a Quirino lo mencionan como posible candidato a diputado; y Pucheta, por supuesto, aspira a seguir legislando… durante el 2015.

Fue un evento como los de aquellos tiempos de gloria.