EN LA GRILLA

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*La Policía Municipal, bien calificada

*La tardanza para confirmar el dengue

*Igual en procesos de contaminación

FRANCISCO CHIQUETE

No falla: cada vez que unos patrulleros se detienen en un área urbana para revisar a jóvenes que les parecen sospechosos (sobre todo si se ven pobres), la reacción de la gente en los alrededores es de indignación. No hay caso en que se vea una posible razón a la actitud de los agentes, lo mismo si cachean a un muchacho que si detienen a un motociclista.

Luego vienen las pláticas. A cualquiera que le pregunte, responde que los policías son lo peor, que están coludidos con los narcos, que manejan a grupos de asaltantes y dan protección a robacasas, que nomás andan viendo cómo se quedan con lo que trae la gente. Sobre todo ahora que los patrulleros de la municipal traen instrucciones de intervenir hasta en infracciones al reglamento de tránsito, llamando si es necesario a agentes viales.

Estas opiniones están absolutamente generalizadas. Si usted quiere generar una reacción inmediata, hable en público de los policías y encontrará eco, por más descabellados que sean los señalamientos que haga.

Sin embargo, la más reciente evaluación publicada a nivel nacional coloca a la policía municipal de Mazatlán, como la tercera mejor aceptada del país, superada únicamente por las de Mérida (que tradicionalmente ha sido efectiva y bien querida por su gente) y la de Ensenada, otro punto de absoluta tranquilidad en el país.

Después de Mazatlán vienen Nuevo León y Ahome, que son dos puntos en los que hay o ha habido recientemente problemas muy serios de inseguridad, de modo que lo lógico sería esperar reacciones negativas.

Porque los estudios no se basan en análisis de reacciones, en operativos estructurados, ni siquiera en la posible existencia de estadísticas positivas, sino en la opinión de la gente de cada uno de los municipios, a quienes les preguntaron cómo veían a sus respectivas corporaciones, qué opinión les merecían y cuáles calificaciones les podrían asignar.

La Policía Municipal de Mazatlán está en tercer lugar nacional, calificada por su propia gente con una generosidad impensable, que seguramente viene de la reducción alcanzada durante los últimos tres años en el número de asesinatos dolosos, que en estos casi diez meses va en ciento trece casos.

Vaya usted a saber si los casos de Atilano, las ejecuciones aisladas y hasta la balacera del sábado contra una casa de Jardines del Toreo, cambia la percepción de la gente y regresa a nuestra policías a los niveles que se le asignan en las pláticas callejeras y en las tertulias de testigos de acciones de la corporación.

El hecho es que sí hay reducciones importantes en los niveles criminales, no sólo en los asesinatos dolosos, sino también en los robos de vehículos con violencia y otros asuntos de alto impacto que en efecto, no vemos ya con tanta frecuencia. Nadie les puede regatear, además, que los municipales son los que enfrentan a los grupos delictivos en primera instancia y la mayor parte de las veces sostienen el enfrentamiento, incluso en los momentos más difíciles, como aquellos de las intervenciones de los cárteles más violentos en las disputas de la plaza mazatleca, en los años del 2009, 2010 y 2011.

TAN LENTOS LOS DE SALUD

COMO LOS DE SEMARNAT

Es muy frecuente que al presentarse un caso sospechoso de dengue en las instituciones públicas de salud, el paciente sea recluido, brevemente exprimido para hacer las pruebas correspondientes, y sometido a una vigila en tanto su caso es confirmado o desechado. Con frecuencia el paciente muere y la confirmación no llega de los laboratorios chilangos, a donde hay que enviar las muestras porque sólo allá se cuenta con los elementos suficientes para hacer la determinación positiva.

También sucede que casi todos los que murieron en la incertidumbre son declarados víctimas de alguna otra enfermedad, pero no del dengue de todos tan temido. Entonces viene un proceso de incredulidad de los deudos. Familiares, vecinos y amigos rechazan el dictamen y establecen que la autoridad está ocultando los casos para no reconocer las verdaderas cifras de este mal.

Normalmente los que rechazan el dictamen carecen de toda base. No tienen acceso a los laboratorios, no conoce bien a bien los mecanismos del malestar ni mucho menos hay cómo distinguirlo de otros que coinciden en sintomatología, desarrollo y desenlace. Sin embargo, el rechazo empírico cuenta siempre con mayor credibilidad que el dictamen científico, por más firmas y sellos que traiga de los laboratorios de última tecnología.

Así estamos, desgastados en un debate que a nadie le aporta nada y que parece ser más importante para las autoridades, que el combate mismo al dengue. Y todo porque con todos los avances científicos, carecemos de elementos para confirmar un contagio de esos en un tiempo oportuno para salvar al enfermo y para convencer a los que están en su entorno.

Pero los médicos que combaten al dengue no están solos. Igual de tardados, de absolutamente tardados, son los miembros de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales a la hora de determinar si un desborde de desechos mineros contaminó o no a las aguas de un arroyo y en su caso qué tan grave es el nivel de los posibles contaminantes.

Después de dar la nota en que el delegado de Semarnat en Sinaloa, Jorge Abel López Sánchez, anuncia que dentro de quince días harán un nuevo recorrido y que están a la espera de los dictámenes, un radioescucha de Fórmula Noticias Mazatlán nos llamó para lamentar que los funcionarios seguían sin hablar de una sanción a la empresa contaminadora. -¡No señor! Si ni siquiera han hablado de que haya contaminación, mucho menos van a hablar de sanciones!, le respondimos y coincidimos.

Con los laboratorios, sus equipos y reactivos, la máxima autoridad del país no ha sido capaz de establecer qué tipo de contaminación se produjo y hasta dónde llegan los daños. No es cualquier cosa: son 10.8 toneladas de desechos a los que de ninguna manera se les puede considerar como “limpios”, por más que la empresa diga que no utiliza ni cianuro ni arsénico. Por lo pronto, como en el dengue, el primer examen ya dijo que no hay toxicidad. Nomás falta que antes de la opinión definitiva, ya le estén agradeciendo a la empresa minera por haber llamado la atención el público hacia el municipio de Concordia.

Sin embargo hay una cosa que la Semarnat y la Profepa deberán explicar al público: ayer, entre las cosas que se dijeron durante la visita de López Sánchez al lugar de los hechos, alguien anunció que ya estaba lista la nueva represa de desechos para sustituir a la que fue desbordada, debido a que ésta ya cumplió con su vida útil.

Eso no es más que negligencia. Que se haya permitido que siguiese en funcionamiento una represa que ya cumplió su vida útil, es irresponsabilidad de la empresa y también de los funcionarios que no advirtieron ese detalle tan importante. ¿Así regulan un asunto tan delicado?

Por cierto que nadie ha respondido a las constantes quejas que se dan en el mismo sentido contra minas de la zona de Cosalá, donde ya hay casos de contaminación de ríos.

ADIÓS A FERNANDO BURGUEÑO

Ayer Falleció en Rosario el licenciado Fernando Burgueño, uno de los elementos más activos de la política rosarense. La diabetes y sus secuelas de tipo renal acabaron con la vida de este hombre que en su joven trayecto recorrió puestos como la dirigencia del PRI, la secretaría del ayuntamiento y diversos puestos administrativos, además de la candidatura tricolor a la Presidencia Municipal, proyecto que no fructificó.

Hoy será despedido por sus muchos amigos de la vieja Ciudad Asilo.