*Peña Nieto: no hay futuro sin las reformas
*Las cuentas públicas, merititas ilusiones
*Rumbo a la eliminación de las ideologías
El punto más a favor del gobierno de Enrique Peña Nieto es su definición. Su gobierno sabe a dónde quiere llegar y a pesar de los desencuentros, tiene posibilidades reales de concretar los propósitos. Por lo pronto ayer por la madrugada, con la aprobación en primera instancia de la Ley del Servicio Profesional Docente, dio un paso importante.
Aunque esa ley secundaria es importante para el modelo de reforma educativa que Peña Nieto está poniendo en marcha, el efecto verdadero está en el mensaje que envía. A los halcones que ya desesperan porque no empieza la represión, a los conservadores que quieren una reforma energética a la altura de la bolsa de Nueva York y de los panistas, aliados ya irreversibles, que han esperado muchos años para ver concretadas estas transformaciones.
El sector duro del espectro ideológico nacional, de la iniciativa privada, de la comentocracia, tienen ya la muestra de que el gobierno habla en serio y no va a ceder a las presiones de los grupos disidentes que insisten en que las reformas “no pasarán”.
El trayecto completo fue dibujado por el presidente durante el mensaje que Enrique Peña Nieto dirigió a la nación con motivo de su primer informe de gobierno.
La reforma educativa por supuesto, tiene como base el asunto laboral. Los contenidos vendrán después. Curiosamente es la izquierda la que reclama el desmantelamiento de la organización sindical que se llegó a soñar todopoderosa y cuya dirigente terminó encarcelada como ejemplo de lo que se estaba planeando.
El panorama es optimista en serio. La reforma energética va a traer cientos de miles de empleos de buen nivel, competitivos internacionalmente, de ingenieros, de altas especialidades; los empresarios y las amas de casa van a poder pagar menos por el consumo de energía.
Por supuesto que para eso se necesita tener las reformas aprobadas, y no sólo la energética, sino la fiscal y la financiera, esta última ya en manos de los legisladores, y pieza fundamental, como las anteriores, del proyecto que permitirá a México avanzar sin las trabas y ataduras que lo han detenido.
Por supuesto, los beneficios serán grandes. Los trabajadores deberán compartir una productividad que empuje a la economía, que les permita disponer de dinero en los bolsillos y tendrán una mejor posibilidad de acceder a las viviendas. El día en que las grandes empresas dedicadas a ese giro de la construcción fueron echadas del primer círculo de la Bolsa Mexicana de Valores, el presidente garantizó que habrá más créditos y subsidios que las viviendas que se construyan con ellos deberán ser por lo menos de dos recámaras.
Lo que fue recibido con igual júbilo que la referencia a la Ley de Servicio Profesional Docente, fue la advertencia sobre las llamadas guardias ciudadanas. Aunque el presidente diuo la bienvenida a una sociedad participativa, propositiva y organizada, advirtió que no permitirá que nadie se haga justicia por propia mano.
La declaración está dada. Será necesario que las corporaciones de seguridad concreten su tarea y garanticen la seguridad de los ciudadanos que ahora buscan conseguir por propia vía. Por supuesto, no será fácil ni rápido y en el ínter habrá que manejar inteligentemente los casos de personas hartas, hastiadas de los desmanes de la delincuencia, y también por supuesto a los infiltrados por el propio crimen organizado.
Este mensaje presidencial fue distinto a los otros, a todos los otros. Incluso Felipe Calderón y Vicente Fox cedieron a la tentación de enumerar logros y más logros, aunque el informe había sido entregado por escrito al Congreso, y el público esperaba más bien un análisis de las circunstancias que nos habían llevado a la situación que se vivía en cada momento.
Aquí no. NO escuchamos de los innumerables beneficios que traerá la carretera transoceánica Mazatlán-Matamoros una vez puesta en operación; ni de los beneficios que se alcanzará con la larga lista de obras hidráulicas que han sido acordadas con cada estado, como es el caso de Sinaloa. Por supuesto, la desventaja es que la picaresca no tiene ahora elementos para la anécdota. José Ramos Quintero, El Cuino del MSF, recordaba cada vez que había un informe, cómo el general Gabriel Leyva se daban gusto citando las inversiones realizadas durante la ejecución de la carretera Villa Unión-Walamo, cifras escuchadas a través de la radio, mientras el pequeño automóvil Renault en que viajaban los brigadistas del sindicato permanecía atascado en el lodo de la famosa carretera, por supuesto.
O la risotada con que se escuchó el anuncio de Ernesto Zedillo Ponce de León cuando en uno de sus informes dio a conocer que había arrancado la ambiciosa tarea de modernizar la flota pesquera, la del camarón, concretamente. Los mismos viejos barcos que para entonces tenían más de veinte años de uso, esperaban para salir a la pesca sin que se les hubiese renovado ni una lámina.
Como ahora los invitados son tan pocos, sólo alcanzamos a ver en la televisión al gobernador Mario López Valdez dialogando con el presidente cuanod éste pasó por esa tribuna a saludar. Malova, que evidentemente lo retuvo más que cualquiera otro, despidió al mandatario con un desenfadado palmetazo en el hombro derecho, como se felicita a un compañero de equipo que conectó de jonrón o se robó el home. Vimos también, fugazmente, al doctor Jesús Kumate Rodríguez, uno de los orgullos de Sinaloa, por cierto ya disminuido físicamente, instalado en uina silla de ruedas que explica por qué no lo hemos visto mucho por el estado, pero que dada esa circunstancia, da la tranquilidad de ver que está todavía en condiciones de movilizarse, así sea asistido.
JUMAPAM, LAS PURAS ILUSIONES
Según el gerente de la Junta Municipal de Agua Potable y Alcantarillado de Mazatlán, Carlos Venegas, el organismo podría recuperar unos veinte millones de pesos con el programa punto final, echado a rodar por el gobierno municipal para recuperar recursos y salir a mano a la hora de entregar la administración.
Contablemente a la Junta los usuarios le deben setenta y siete millones, pero el propio Venegas admite que una vez descontados los recargos, multas y honorarios que se aplican a los morosos, la cuenta disminuye sustancialmente a apenas 46 millones.
Por más que se insista en hablar de transparencia, de acceso a la información, de nuevos criterios para la contabilidad gubernamental, ayuntamientos, paramunicipales uy paraestatales y otras instancias de gobierno sustentan su operación cifras de ficción, que no se corresponden con lo que verdaderamente puede ser manejado.
Por eso es tan importante esta medida que pretende hacer que los ayuntamientos terminen su ejercicio sin deudas. A la hora de determinar cuánto les deben, pero en serio, aflorarán muchas realidades que hasta ahora han permanecido ocultas no sólo por conveniencia política, sino por la de otra naturaleza.
GOBERNAR EN LA NEUTRALIDAD
Al entregar los documentos correspondientes al primer informe de gobierno de Enrique Peña Nieto, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Orosio Chong advirtió en general, pero notoriamente dirigido a los maestros disidentes, que “en nuestro país nadie puede imponer su verdad a los demás” .
Una tesis muy entendible, aunque luego dio una muestra de lo que se viene perfilando en el mundillo político: “las ideologías no deben estar por encuima de las ideologías”. Difícilmente podrá encontrarse una administración neutra, tan neutra como para no tener ni el menor asomo ideológico, pero ese es el rumbo que en el mundo se ha imprimido a los gobiernos que están inmersos incondicionalmente en la globalización.
De todos modos el secretario de Gobernación advirtió algo que ya tiene una mínima inclinación: “ni los intereses de unos cuantos (pueden) anteponerse al bienestar de la mayoría. Los mexicanos exigen soluciones a problemas y no problemas a cada solución que se plantea”.