EN LA GRILLA

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INVITADOS DE CULIACÁN.jpg

*Los números de los partidos en Sinaloa

*Sofocón a diputados por supuesto límite

*Los invitados de Culiacán en la Lotería

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

En medio de la profunda crisis que vive, el Partido Acción Nacional ha tenido la virtud de la sinceridad: de los miles y miles de personas que componían su militancia en Sinaloa, quedaron apenas once mil, y eso, muy probablemente, porque hay muchos que siguen en puestos de gobierno en el estado, y en las estructuras del gobierno federal.

En cambio el Partido Revolucionario Institucional se metió en un berenjenal cuando su dirigente estatal, Martha Tamayo, dijo que la militancia alcanzaba la bonita cifra de medio millón de personas. Inicialmente había dicho no conocer el dato. -No sé, respondió a los reporteros, pero luego repuso con firmeza y resolución: “quinientos mil”.

Si así fuese, el PRI sería un partido con muy poco rendimiento electoral. Tendría incluso un déficit porque de medio millón de militantes, en la elección local del 2013 apenas si alcanzó 289 mil 994 votos, base sobre la que decidieron las posiciones plurinominales. Tendría que empezar a ubicar a los aproximadamente 210 mil que estando inscritos, al corriente de sus cuotas y de todos los requisitos que se exigen para mantener la militancia, no cumplen con apoyar a sus candidatos en las urnas, que es el compromiso básico.

Si doña Martha Tamayo no quisiera aceptar que dos de cada cinco militantes le dan las espaldas o por lo menos se hacen los occisos a la hora del noto, tendrá que reconsiderar la cifra expresada, sobre todo porque estamos hablando de un año en que fue a la elección con todo: con el manto protector de un presidente tricolor en el gobierno federal, de un gobernador que ya no fue opositor como en 2010, y que por tanto, no le dividió al priísmo. Más aún: para alejarse del riesgo de deserciones, el tricolor aceptó como candidatos a quienes tres años atrás se fueron del otro lado y colaboraron muy activamente con la derrota.

El Partido Acción Nacional, por su parte, tuvo 220 mil 180 votos, lo que significa que por cada militante capta alrededor de veinte votos adicionales. A pesar de eso, no le alcanza para obtener triunfos clamorosos, pues a pesar de ir en coalición con los partidos de izquierda –fundamentalmente el PRD, no logró más de tres de dieciocho alcaldías: Mazatlán, Guasave y Angostura y cuatro de veinticuatro diputaciones de mayoría.

En cambio el PRD tiene sesenta mil militantes. Cuando la mesa de análisis Sinaloa en la Mira, de Fórmula Noticias Sinaloa analizó este tema de las militancias, todos opinamos que el PRD estaba muy desguarnecido en cuanto a militantes se refiere. El dirigente Heriberto Arias mandó decir que había un grave error de apreciación, que el padrón perredista andaba por los sesenta mil militantes-

Eso significa que tienen cinco afiliados por cada panista que hay en Sinaloa, lo que hace inexplicable que a la hora de formar coalición con los panistas, hayan aceptado que de los votos obtenidos por la coalición le tocara algo menos que un veinte por ciento. En la elección del año pasado al PRD se le asignaron 59 mil 514 votos. La militancia le quedó a deber 486, pero no le acarreó ni uno solo adicional. Es más: ni a las esposas o esposos, padres, madres o hermanos, a menos que sea un partido integrado exclusivamente por núcleos familiares que luego se arman en tribus, como ellos mismos lo dicen.

La otra es que sin una alianza, vaya usted a saber en cuánto quede el seis punto setenta y dos por ciento de la votación sinaloense que ahora se le reconoce, y que lo manda a la nada honrosa posición como sexta fuerza electoral de la entidad.

La realidad es que los partidos políticos andan mal con los ciudadanos, pues su militancia es ínfima en relación con la sociedad civil, y por si fuera poco, sus cuadros han entendido que se pueden cotizar como agentes libres en el mercado de las elecciones, lo que les lleva a brincar de un partido a otro, sin tener que renunciar a su militancia, como dicen los priístas de la diáspora.

PREOCUPADOS

Los diputados locales de Sinaloa hicieron ayer su encuentro legislativo en Mazatlán. La preocupación, contra lo que pudiera pensarse, no fue la filtración de cámaras al lugar donde hubieran tomado un rato de esparcimiento (nadie supo que se haya mandado traer a la Montana, de Puerto Vallarta, ni que se contratase a nadie que anduviera “tan peinada” en el consumo local.

Ya Jesús Enrique Hernández Chávez había dado instrucciones de que “nada de nada”, agüitas frescas de Jamaica y de cebada para no dar lugar “a malos entendidos”.

Pero no, el tema no fue ese, sino la versión de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación había prohibido que funcionarios públicos y electorales realizaran declaraciones periodísticas sobre sus aspiraciones a contender por un nuevo puesto, o que se promocionaran políticamente con informes parciales o adelantados de las labores realizadas.

Esta prohibición era fatal para la inmensa mayoría de los legisladores, pues hace tiempo que el Congreso es un escalón rumbo a la Presidencia Municipal. Imagínese usted en el caso de Mazatlán a Fernando Pucheta y hasta a Martín Pérez Torres; a los tres que representan a Culiacán; a Roque Chávez, de Los Mochis y así prácticamente en todos los casos, tanto de mayoría como de representación proporcional.

Pero ya apareció la realidad: todo viene de que en Colima se legisló en materia electoral, incluyendo un artículo que permitía hacer declaraciones periodísticas sobre las aspiraciones políticas y hacer informes parciales y adelantados de las labores asignadas. La Suprema Corte de Justicia dijo “no” al artículo, pero no por el contenido, sino porque a su criterio, un Congreso Local no puede legislar en esa materia, que sería exclusiva del Congreso de la Unión.

Es decir, las declaraciones, los informes adelantados y otras expresiones de promoción, no quedaron expresamente autorizadas, pero tampoco están expresamente prohibidas, como se creyó en principio. Los señores legisladores pueden estar tranquilos.

UN SORTEO AGANDALLADO

Como parte importante de los festejos de aniversario, Culiacán fue incluido en el sorteo ordinario de los martes de la Lotería Nacional. Una foto de su catedral fue incluida en tres millons de cachitos, con referencia a esta efemérides, que fue conocida por millones de jugadores en el país.

Anoche mismo en el Palacio de Sorteos de la Lotería, se realizó el evento conmemorativo, con la presencia del alcalde Sergio Torres Félix y algunos de sus colaboradores como Sergio Mario Arredondo, de desarrollo económico, pero también de sinaloenses que se encuentran en la capital del país, especialmente en la administración pública federal, quienes acudieron en respaldo a su ciudad.

El problema es que el regreso de Sergio Torres a Culiacán será digamos que medio penoso, porque no todos los invitados que acudieron son presentables en el tercer piso. Seguramente nadie les dirá nada por el diputado Heriberto Galindo Quiñones, quien pasó buena parte del sorteo utilizando el celular para checar las redes sociales, pero su vecino de asiento, el subsecretario de Agricultura, Jesús Aguilar Padilla, que disfrutó la función como adolescente, podría ser hasta reclamado, lo mismo que Rubén Rocha Moya, por mencionar a los más conocidos.