EN LA GRILLA

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MALOVA EN EL FENWAY PARK

*Madero cumplió los pronósticos; ganó en Sinaloa

*El senador López Brito resultó el gran derrotado

*El gran ojo mundial agarró a Malova en tira y tira

 

FRANCISCO CHIQUETE

 

Finalmente se cumplieron los pronósticos: ganó Gustavo Madero por un margen razonable, pero no aplastante, que muestra a un PAN polarizado. Por fortuna para la militancia, el derrotado Ernesto Cordero razonó con inteligencia y aún a disgusto, aceptó la derrota o por lo menos anunció que no impugnaría el resultado.

Ello abre la posibilidad de que Acción Nacional trabaje en paz durante los próximos meses, aunque tampoco significa que haya concordancia automática en todas las acciones futuras, de modo que seguramente habrá jaloneos para la designación de candidatos a diputados y también a los gobiernos estatales que estarán en disputa el año próximo.

No estalló Acción Nacional como algunos esperaban, pero tampoco terminó con la unidad que le ha hecho falta en los últimos años. El responsable del proceso, Francisco Gárate, dijo que todo se llevó a cabo sin problemas y que las cosas salieron bien.

Madero por su parte agradeció a los gobernadores de Puebla, Sonora y Baja California Sur, que estaban presentes en el anuncio y que evidentemente estuvieron con él en su campaña, como reiteradamente denunciaron los seguidores de Ernesto Cordero.

A las diez de la noche, hora capitalina, quedaron rebasadas y olvidadas las denuncias del equipo maderista sobre acarreo y manipulación de votantes en la capital y en los estados donde Cordero tenía aparente ventaja. También quedaron atrás las acusaciones de que Madero estaba siendo apoyado por gobernadores priístas.

El único punto negro de la jornada fue la ausencia de Cordero en la sede nacional del PAN al momento en que se anunciaron los resultados. La presidenta Cecilia Romero dijo haberlo convocado en razón del interés partidista, pero finalmente no se contó con su presencia. No impugnaremos, dijo el exsecretario de Hacienda desde su cuartel de campaña, pero no acudió. El enojo por supuesto, tuvo más peso que las fórmulas de la institucionalidad.

La duda que persiste es en torno a las reformas que todavía están pendientes en el Congreso.

La fracción de Cordero en el Senado de la República detuvo lo más que pudo la reforma política, porque con ella estaba deteniendo a las demás reformas. La idea era demostrar peso específico en la vida nacional y exhibir a Madero como el interesado en llegar a acuerdos con el gobierno, olvidando el papel de Acción Nacional como partido de oposición.

Se supone que una vez zanjada la elección panista, los asuntos legislativos debieran quedar dirimidos, pero los senadores de ese grupo han hecho reiteradas declaraciones en el sentido de que toda negociación debe llevarse a cabo en el Poder Legislativo, y no entre las cúpulas de los partidos y el gobierno de Enrique Peña Nieto, de modo que no sería raro verlos de nuevo en pie de guerra.

Y en términos de la real politik, sería bastante razonable, pues luego de la derrota y de los reacomodos que trae consigo la cargada hacia el ganador y la cruda moral de los que queriendo a su partido se radicalizaron, el grupo corderista-calderonista podría quedarse con las manos vacías y por tanto sin posibilidades de incidir en las candidaturas que se vienen.

NO PASÓ NADA

EN EL ESTADO

La elección blanquiazul fue absolutamente tranquila en Sinaloa. También aquí los pronósticos se cumplieron al dedillo, sin sorpresas de ningún tipo, excepto las que se llevaron aquellos corderistas que sobreestimaron sus propias fuerzas y se dieron por ganadores a pesar de que los indicios siempre hablaron en contrario.

El senador Francisco Salvador López Brito juraba y perjuraba que ganaría en Ahome, donde Zenén Xochihua salía de sus cenizas para operar a favor de Madero. Decía también que había una clara tendencia favorable a su causa en Culiacán, pero donde daba por un hecho consumado su victoria, era en Salvador Alvarado –quizá para acalambrar a Adolfo Rojo Montoya-.

En ninguno de esos lugares ganó Cordero. En ninguno de Sinaloa, incluso. Rojo Montoya incluso le pagó el calambre precisando que Salvador Alvarado fue el sitio que más votos le aportó a Madero en toda la entidad.

Hay versiones que hablan de un acuerdo de López Brito con la cúpula del Corderismo. Le entro con todo, pero si ganamos quiero el apoyo para ir por la gubernatura. Le aceptaron, pero no ganaron, de modo que será muy difícil que el senador encuentre condiciones para alcanzar una candidatura que de cualquier forma no le garantizaba gran cosa.

En Mazatlán todos los liderazgos confluyeron en la búsqueda de la reelección. Sólo algunos militantes, como el exdiputado federal Evaristo Corrales Macías, que se lanzaron en solitario a sabiendas de que la maquinaria completa estaba en su contra. A Corrales incluso se le anunció una sanción por haber acudido a un acto de Cordero en horas de trabajo –es funcionario municipal en el área de contraloría-.

El proceso fue tranquilo. Quienes pudieron acarrear votantes (no es acarreo, sino facilitación de la movilización, aclaran los propios panistas) lo hicieron temprano, de modo que los desvelados pudieron llegar cómodamente a votar ya entrada la jornada. El alcalde Carlos Eduardo Felton González y su esposa Silvia Treviño llegaron a la una y media de la tarde a votar, solos, en el llamado parque de la Amistad, y se encontraron sólo a un militante votando y por supuestos, a los miembros de la casilla. Saludaron a cada uno, votaron y se fueron. Si llevaban guaruras, ni se notaban.

Aquí los méritos por supuesto, están repartidos. Felton estuvo con Madero, lo mismo que su eterno contrincante Alejandro Higuera Osuna, o su diputado no muy cercano, Martín Heredia Lizárraga y el diputado local Martín Pérez Torres.

En solitario quedó la familia Rice Rodríguez. La exsecretaria de Turismo, Oralia Rice elaboró y circuló incluso a nivel nacional una emotiva carta en que se lanzaba a fondo contra el maderismo, acusando al dirigente de haber convertido al PAN en un PRI, con todo y las muestras de corrupción que siempre dio ese partido. Por supuesto, no alcanzó a incidir absolutamente nada.

LAS REDES SOCIALES, EL

EL GRAN OJO MUNDIAL

Entre la multitud que abarrotaba el Fenway Park, durante el juego de los anfitriones Medias Rojass de Boston contra los Tigres de Detroit, el gobernador Mario López Valdez disfrutaba de su deporte favorito, acompañado del secretario de Administración y Finanzas, Armando Villarreal y el presidente del Patronato Impulsor del Deporte de Sinaloa, Manuel Pérez.

El partido fue televisado a través de los canales especializados de ESPN y la presencia de López Valdez no pasó desapercibida. Para pronto se tomaron fotos de la pantalla y se lanzaron hacia las redes sociales, en un meme que no decía mucho ni contenía grandes elementos de denuncia, pero que en pocos minutos se posicionó, sobre todo entre los críticos más críticos del gobernador.

La realidad es que López Valdez estaba en Chicago para tener un encuentro con académicos de la prestigiosa Universidad de Harvard, de modo que no es extraño que haya aprovechado su tiempo libre para acudir al estadio y disfrutar de su espectáculo deportivo favorito. No hay en ello infracción o delito qué perseguir, pero el hecho muestra que los personajes públicos viven auténticamente en casa de cristal, bajo el escrutinio público para cada momento y cada hecho, por insignificante que parezca.

Por eso extraña que todavía haya funcionarios que en público hacen cosas indebidas o por lo menos que dejan mala impresión, y todavía se sorprenden de que se les balconee y se les critique.