*Radamés: otra historia de aprovechamiento
*No es moral ni ético, dijo el gobernador MLV
*Ambiente de fiesta con dos arribos de cruceros
FRANCISCO CHIQUETE
Para algunos mazatlecos que no están en el asunto empresarial, la de Radamés Díaz es una figura conocida gracias a un error: cuando fue candidato a diputado federal por el quinto distrito –Culiacán-, su propaganda televisiva pasó obsesivamente por los canales de Mazatlán, done veíamos testimoniales de ciudadanos que invitaban a votar por “mi Rada”.
Por supuesto que no ganó, como no ganó luego en otras aspiraciones electorales, aunque para su fortuna, fue rescatado por la administración multicolor de Mario López Valdez, como parte de las inexistentes cuotas. Terminó en una magnífica posición, como subsecretario en desarrollo económico, donde no ha sido particularmente brillante, pero ha visto pasar brincos y caídas como las de Eduardo Ortiz, abruptamente invitado a irse a hacer precampaña; la reubicación de Rafael Lizárraga, que de sub en Sedeco pasó a sub en Turismo; y la estrepitosa corrida de Roberto Ramsés Cruz Castro.
Hay gente así: el Rada, que como miembro de la oposición era especialmente crítico contra los funcionarios públicos que no generaban resultados, pasó a convertirse en un burócrata de magnífico nivel pero de escasos resultados. Digamos por lo menos que desde ese escritorio no ha construido una imagen pública que le permita reintentar las aventuras electorales con mayores perspectivas de éxito.
Pero este señor tan grisito, tan tranquilito, no por poco popular es menos aguzado. Cuando se vino el huracán Manuel, su empresa particular, la de su hermano y la de su suegro, estuvieron entre las dos mil afectadas. De esas dos mil, trescientas setenta y cinco presentaron solicitudes de apoyo –créditos- para sacar adelante sus negocios. De esas trescientas setenta y cinco, ochenta y una recibieron dictámenes aprobatorios. Entre esas estaba por supuesto, la de Rada, su suegro y su hermano, quienes además de tener afectaciones reales, tuvieron una gran capacidad técnica para presentar adecuadamente sus solicitudes. ¿Será muy adelantado pensar que alguien de la propia dependencia les llenó los formatos y les garantizó en buena medida la aprobación?
Ahora que estalló el escándalo, gracias a que el portal digital Cafénegro de Carlos Rosas mostró los documentos en que les autorizaban los créditos por dos millones de pesos, el buen Rada sale y dice que está limpio porque nunca hizo efectivos los préstamos precisamente para no incurrir en situaciones irregulares.
El problema es que Rada entró en la onda del uso de información privilegiada y no sólo se pone bajo sospecha, sino que desplazó a gente que no tenía acceso a sus importantes fuentes de asesoramiento en el difícil recorrido burocrático para acceder a esas autorizaciones, desperdiciando además el uso de dos millones de pesos que seguramente serían de vida o muerte para otro tipo de solicitantes.
CALIFICACIÓN DE MALOVA: FUE
COMO LAS AUTOLIQUIDACIONES
El gobernador del estado, Mario López Valdez, no ha sido particularmente delicado a la hora de abordar temas difíciles como los autodestapes de sus dos secretarios anteriores de Desarrollo Económico, o el pago de autoliquidaciones por parte de alcaldes tan queridos como Zenén Xochihua. Utilizando la fórmula aplicada a este último caso, el de Zenén: “no es ético ni moral”.
El gobernador dijo que tenía que ver qué procede en un caso de este tipo, pero por la noche, en entrevista con Guardianes de la Noche, el secretario de Desarrollo Económico, Moisés Aarón Rivas Loaiza dijo que no había problema porque Rada simple y sencillamente no hizo uso del dinero, de modo que está más limpio de pecado que al momento de nacer.
¿Y lo ético? ¿Y lo moral?
Es cierto que a Zenén Xochihua se le acabó el problema con ir a la tesorería municipal de Ahome y hacer un donativo para el DIF, equivalente a la liquidación que se asignó a sí mismo. ¿Le bastará al otrora buen Rada con el arrepentimiento de último momento. Por cierto habría que ver si efectivamente decidió no recoger los créditos por dos millones de pesos, o si era simplemente que no le había llegado porque el burocratismo impera en prácticamente todo lo que tiene que ver con el rescate de afectaciones generadas por fenómenos naturales.
Es un reto sumamente serio para el gobierno de Mario López Valdez, que deberá escoger entre darse por satisfecho con la formalidad de un crédito no ejercido, o sancionar la actitud de un señor que se aprovechó de la dependencia a su cargo para armar un expediente a favor suyo y de su familia.
Tan serio es el caso, que el propio Rada reaccionó diciendo que quien filtró el documento a los medios es alguien de adentro, que no quiere seguirlo viendo en la Secretaría de Desarrollo Económico. Sabe pues que hay algo indebido que al conocerse, lo pone en riesgo de despido; y sabemos nosotros que había confiado en que la opacidad le generaría impunidad.
UN AMBIENTE DE
FIESTA URBANA
Recorrer Ayer el centro comercial de la ciudad, el Centro Histórico, la zona dorada, permitió revivir tiempos no tan viejos, pero que se sienten bastante lejanos. Decenas y decenas de personas de procedencia extranjera, viajeros de los dos cruceros turísticos que coincidieron en nuestros muelles (¿nuestros? Los chilenos que tienen la concesión no quisieron prestar espacios para el carnaval), recorrieron las calles con la curiosidad de los turistas.
Camiones de guías de turistas, turistas a pie, en grupos, en parejas solitarios, se dejaron ver por el Mercado Pino Suárez, por el paseo costero, por los pocos restaurantes de la Plazuela Machado que abren temprano, por el Centro Histórico en general. Era un ambiente festivo sin que nadie lo hubiese organizado u orientado como tal. Simplemente se dio.
Desde los vendedores callejeros que tentaban al visitante con hamacas, con souvenirs de diversa índole y por supuesto con peticiones de ayuda a mano extendida o con instrumentos musicales y canciones ejecutadas a como Dios les da a entender, el turista encontró a cada paso una nota de color, un ambiente que se había resguardado durante tres años. Aunque ha habido algunos arribos previos, no se había vivido un ambiente tan pleno como ahora que llegaron los dos cruceros.
Además por supuesto, el anuncio de que vuelven los cruceros de la línea Princess, ha generado un ambiente de optimismo en el sector turístico.
Las perspectivas son positivas en lo económico, pero sobre todo en el impacto de la imagen del destino turístico. Las empresas que manejan los cruceros turísticos tienen una gran fuerza en el mundo del negocio, sobre todo del turismo. Los especialistas como Ernesto Coppel Kelly, presidente de la cadena Pueblo Bonito, estaban alarmados ante el retiro de los cruceros, no porque les afectara directamente, sino por lo que implicaba en materia de imagen.
El hecho de que los Princess decidan regresar implica que prácticamente hemos sido perdonados de nuestro pecado de violencia. Todas las firmas han quedado incluídas en el regreso, o por lo menos las más importantes. Ya Mazatlán puede presunir que recuperó la confianza perdida.
Por supuesto, es un proceso lento. Con gran gusto, el secretario de Turismo, Frank Córdova Montoya anunció desde Miami que con los arribos programados entre este año y el próximo, Mazatlán recibirá ciento un mil visitantes extranjeros llegados por la vía de los cruceros.
La noticia es muy buena, aunque todavía, no perdamos de vista, estamos muy lejos de lo que llegó a constituirse como la normalidad para el destino., Antes de la crisis de la influenza, en 2008, Mazatlán recibió más de seiscientos mil visitantes cruceristas. Esa debe ser la meta, aunque por supuesto, también depende en buena medida de las condiciones de la economía estadunidense, que es la que genera la demanda en el sector.
El logro es grande y ha colaborado todo mundo, empezando por quienes consiguieron dominar las manifestaciones extremas de la inseguridad que afectó a Mazatlán tan intensamente. El reto ahora es mantener esa marcha.
