EN LA GRILLA

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*¿Terminó el episodio de Roberto Cruz?

*También en Concordia repartieron bonos

*Presencias y ausencias en el consejo azul

FRANCISCO CHIQUETE

Dos cosas fascinan a nuestra clase política, aparte del poder y los dividendos que genera, por supuesto: el show y las comidas. No hay decisión, acción u omisión que no genere un show diferentes, en franca competencia con los niveles del anterior; y no hay asunto que no se abra o no se cierre con una buena comelitona.

Corres a un secretario ineficiente como en resumidas cuentas nos han dicho que era Roberto Ramsés Cruz Castro, ha sido una función con una semana en cartelera, algo prolongado para los casos no electorales.

Si el gobernador dice que no hubo asunto de carácter político en la decisión, es porque Cruz Castro no dio el ancho. No dio los resultados que se necesitaban de él al frente de la Secretaría de Desarrollo Económico, es decir, fue inepto. Tanto, que apenas duró nueve meses en la chamba, con todo y las grandezas que el exfuncionario esgrimió y enumeró cada vez que lo entrevistaron.

Por supuesto que un despido en ese nivel siempre será todo un espectáculo, pero lo que siguió fue inusual. No sólo se anunció su salida sino que se le echó literalmente de las oficinas. Se tomaron medidas preventivas para que no se fuera como las sirvientas de mal fin: por detrás y con las llaves en la bolsa. Si Cruz ya estaba enchilado por su despido, eso lo puso como gallito de pelea y lo lanzó a una gira de medios que parecía confirmar la tesis inicial, de que lo corrían por andar haciéndole al candidato cuanto todavía faltan al menos dos años para asumir abiertamente esas tareas.

Al final no fue suficiente con que el sucesor y los que salieron en la misma comalada de nombramientos tomaran posesión en lo oscurito, sino que fue necesaria la intervención del propio gobernador para aclarar que fue él quien tomó la decisión de correrlo, que fue porque no daba resultados y que no se deja llevar ni manipular por sus colaboradores.

Lo normal es que sean los funcionarios quienes salen a dar la cara cuando hay una polémica, y que además lo hagan en defensa del gobernador, si hay alguna acusación o algún señalamiento, por más trasnochado que se antoje, pero aquí fue el gobernador el que se defendió solo y defendió a su secretario general, Gerardo Vargas Landeros, a quien Cruz Castro quiso poner como el malo de la película, por cierto con un resultado mixto, pues si por una parte se le ha reconocido eficacia para desempeña la labor de operador político, por otra han sido frecuentes las referencias a la mano de metate con que accionó el asunto de Cruz Castro.

Se supone que el show terminó ya. La única posibilidad de extenderlo es que el jefe de la Unidad de Transparencia y Rendición de Cuentas, Juan Pablo Yamuni, salga con alguna sorpresita respecto de las cuentas que Cruz Castro deja tras de si, aunque ya en los días previos al acontecimiento había aseverado que no tenía noticias sobre irregularidades en la Sedeco, incluso conociendo las acusaciones del diputado Guadalupe Carrizosa Cháidez.

La declaración concluyente del gobernador se dio al final de una comida de reconocimiento al general Moisés Melo García, el sábado en las playas de Altata, lo que nos lleva a la segunda parte de este comentario: alcaldes, excalcaldes, diputados locales, diputados federales, secretarios de despacho y otros funcionarios.

No falla: e enero a diciembre siempre hay un motivo para “compartir el pan y la sal”, ya sea pública o privadamente.

TAMBIÉN ELIGIO MEDINA LE

ENTRÓ AL REPARTO DE DESPEDIDA

Si Zenén Xochihua Enciso está en el más grave entredicho que haya enfrentado en su carrera política y el doctor Juan Manuel Lerma está ya despedido de cualquier posibilidad de volver a la vida pública a causa de las liquidaciones y autoliquidaciones de que fueron responsables en la parte final de sus administraciones, hoy aparece también el profesor Eligio Medina, quien repartió más de un millón de pesos en bonos finales bajo el pretexto de que sus colaboradores integraron una administración “que dio resultados”.

Seguramente que en el transcurso de estas semanas aparecerán más alcaldes que incurrieron en la barbaridad de repartir el dinero que no les pertenecía (el suyo por supuesto lo dejaron a buen recaudo). Es cuestión de que los alcaldes entrantes entiendan que su compromiso no es con “los usos y costumbres” sino con la transparencia. O por lo menos así debiera ser.

El caso de Eligio Medina tiene el atenuante de que él no aparece en la lista oficial de beneficiarios. En el acta de cabildos donde se tomó el acuerdo correspondiente –por unanimidad, por supuesto- se dice que el bono es para los regidores, la síndica procuradora, el secretario del ayuntamiento, para los directores y para el personal de seguridad pública.

El acta por cierto parece estar elaborada por el peor enemigo del alcalde.

Uno de los asuntos que se aborda en ella es un problema de pago para las personas de escasos recursos que “fueron beneficiadas” por el programa de Empleo Temporal de la Sedesol, a quienes no se les había pagado por la increíble razón de que la delegación de esa dependencia no había expedido la nómina correspondiente por falta de datos, a pesar de que los trabajos asignados a los “beneficiarios” ya estaban terminados en algunos caminos.

El alcalde aclara que tratándose de un programa federal, el municipio no puede hacer nada, pese al dramatismo con que se planteó el caso de las personas a quienes no se les había pagado.

Pelillos administrativos: se informa del cambio de status a un “piquillo” de 990 mil 428 pesos que se tenía registrado como apoyo al municipio, y que queda en calidad de deuda con la Secretaría de Administración y Finanzas. A nadie le inmuta el caso. Que sea apoyo o que sea deuda, total, el que venga atrás que arrié. Lo importante está por venir:

“Solicita la palabra la síndica procuradora y comenta que hubo un acuerdo con todos los regidores en relación del asunto de las igualas del cabildo en pleno y de los directores”.

El acuerdo es avalado por el alcalde, quien hasta lo justifica y lo detalla para que quede asentado: “el presidente municipal dice que se está cerrando la administración y las igualas son algo legal y que a través de estos tres años se hizo un trabajo en conjunto además de ser una administración que dio resultados por lo que les reconoce el trabajo de cada uno de ellos. Comenta también que el estímulo económico como igualas diversas por conclusión de trienio en la administración municipal 2011-2013 se repartirá entre los diez regidores y la síndica procuradora, siendo un total de $440, 000.00 (cuatrocientos cuarenta mil pesos 00/100 m.n.) así como a funcionarios, directores y otros cargos que realizaron trabajos extraordinarios en sus dependencias, ejerciendo la cantidad de $494,000.00 (cuatrocientos noventa y cuatro mil pesos 00/100 m.n.) en los siguientes trabajadores: Luis Vizcarra Salazar, María Elena Vizcarra Sánchez, Sergio Valente Domínguez Noriega, Francisco Javier Domínguez Vizcarra, Marco Antonio Castellanos Lizárraga, Juan Carlos Lizárraga Velarde, Alejandra Cruz Álvarez, Esteban Eduardo López Beltrán, Ángel Monroy Rodríguez, Ignacio Sánchez García Jesús Trinidad Osuna Lizárraga, Leticia Salazar, Ana Lidia Valdez Díaz, Irma Cleotilde Zamudio Velarde, José Manuel Osuna Díaz, Mario Prado Salinas, Andrés Valdez Camacho, María del Rosario Zamudio Madrigal, María de Jesús Solórzano, Jesús Guillermo Figueroa Lizárraga, Ana María López Piña, y de la misma manera a todo el personal de la dependencia de Seguridad Pública y Tránsito Municipal, de donde se aplicarán recursos por el orden de $277,000.00 (doscientos setenta y siete mil pesos 00/100 m.n.)

Por supuesto, los regidores también están identificados: Francisco Togo Osuna, Abel Espinoza Mejía María Isela Vargas Flores, Luis Arias Garay, José María Álvarez Lizárraga, Miguel Lizárraga Valenzuela, Enrique Velázquez Luján, Leonarda Ortiz Lozano, Elizabeth Ramírez Tirado y Rosa Angélica Ávila Pérez, además de la síndica procuradora María Luisa Reyna Velázquez Hernández, quienes votaron unánimemente, por supuesto, a favor de los cuarenta mil pesitos que tocaron a cada uno.

Cuatrocientos cuarenta para los regidores; cuatrocientos noventa y cuatro para los funcionarios; y doscientos setenta y siete mil pesos para los de seguridad pública y tránsito municipal, hacen un total de un millón ciento setenta y un mil pesos, que en un ayuntamiento de tan bajo presupuesto como el de Concordia, resultan una cantidad de escándalo.

Pero a juicio del alcalde, se lo merecieron.

EL CONSEJO DEL PAN

Finalmente, como estaba previsto, se eligió a los consejeros estatales del PAN. Esta vez sí le cumplieron al diablo Alejandro Higuera, quien apareció por propuesta directa y lo aprobaron, como aprobaron, bajo el mismo procedimiento, al alcalde Carlos Felton González, cuyos cuadros fueron los grandes ganones.

De Higuera apenas se puede contar al diputado Martín Pérez Torres, y párele de contar (aparece también Yudit el Rincón, pero siendo aliada, ella trae su propio juego). En cambio de los feltonistas aparecen José Evaristo Corrales Macías, Roberto Osuna Valdez, El Zeus, Diana Rice Rodríguez, María del Rosario Torres Noriega y Nadia Haydee Vega Olivas y Sylvia Treviño Salinas, por supuesto.

Una ausencia notoria es la del doctor Juan Alfonso Mejía López Lizárraga, quien parece haber perdido su presencia en el panismo después que se ejerció una disidencia civilizada contra Edgardo Burgos Marentes, renunciando a su pertenencia al consejo pero con la puerta abierta para buscar una reelección que no se dio ni por asomo. Ahora a esperar que gane Ernesto Cordero en la dirigencia nacional, o que en el 2016 se haga el milagro.

Otro asunto llamativo de la sesión fue Zenén Xochihua Enciso, el exalcalde de Ahome que ha sido crucificado por haberse pagado un bono de 360 mil pesos que ya de plano rechazó devolver y que explicó diciendo que todos los anteriores alcaldes se han hecho también pagos de liquidación. Contra todo eso, los panistas lo volvieron a elegir consejero, lo mismo que a Carlos Alberto Hermosillo Jacobo, recién corrido de la dirección del Servicio Estatal del Empleo, precisamente por haberse postulado para consejero, cuando le habían dicho que no, según dijo Roberto Cruz.

Este último por cierto estuvo presente como invitado especial del dirigente Edgardo Burgos Marentes, quien no se escapó de la rechifla.

Por el contrario, Higuera puede presumir que sigue siendo consejero nacional. Fue electo junto con el presidente de la mesa directiva del Congreso Local, Adolfo Rojo Montoya, el célebre “sicario” Guadalupe Carrizosa Cháidez, el exidirgente Adolfo Beltrán Corrales, Sergio Castro Angulo y José Roberto González Gutiérrez, el derrotado aspirante a la dirigencia del PAN en Mazatlán e higuerista connotado.