El inicio de un gigante

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En lo personal me considero un gran amante del cine, una persona que disfruta una buena película, pero que, no deja de lado los malos intentos de este arte. Ha habido pocos directores que han logrado entrar al olimpo del 7mo arte y quedarse ahí. En esta columna les quiero contar acerca sobre la primera (y una de las mejores) película de uno de los más reconocidos directores de los últimos años.

Siempre hemos escuchado que los grandes directores de cine se han graduado de las más famosas y exclusivas escuelas de arte de Nueva York, California o París, sin embargo, nuestro protagonista de hoy él no estudió cine, él fue al cine. Quentin Tarantino se describe asimismo como un acérrimo fan del cine, después de trabajar 5 años en Blockbuster y haber visto más de 4 películas diario por todos esos años, él se sentía capaz de hacer/dirigir/escribir su primer filme.

Perros de Reserva para mí siempre será una película especial, fue con la primera oldie que vi y que me había encantado, pero después de haberme enterado de que había sido la primera película de este director, me quedé sin palabras. Imagínense que su única experiencia con el cine, como la mayoría de nosotros, es ir al cine y de repente deciden hacer, escribir y dirigir una película y su producto final es una de las películas con mejor puntuación en IMDb.

Perros de Reserva es una película neonoir, una oda a las películas exageradas de los 70´s, donde la criminalidad y la moralidad de los personajes no son más importantes que su carisma o esencia. Para mí, los primeros 5 minutos de la película son de los mejores de la historia del cine, un grupo de gente teniendo una conversación acerca de vírgenes, propinas, construcciones sociales, salario mínimo, política y Madonna, todo esto mientras preparaban un robo a una joyería.

Es justo ahí donde Tarantino se posiciona frente a su competencia: en el guion. Tarantino pudo haber escatimado en cuanto a las localizaciones o a los efectos, pero nunca escatimó en el guion, no hay frases inconclusas y no hay palabras de más y eso es la magia. Sabes quién es el bueno, quién es el malo y cómo se desarrollaron las cosas por la manera de decirlo y por lo que están diciendo. Les recomiendo ampliamente verla en inglés original, se aprecia más esto.

Por otro lado, al más estilo tarantiniano, la película es gore y está contada de una manera no-lineal. Tarantino es conocido por su amor por la sangre y la exageración en estas escenas, pero lo hace de una manera en la que no es importante y es por ello por lo que necesita exagerarse; porque de no ser así pasaría desapercibido. Y la experimentación con una historia no-lineal es magnífica, no es desarrollada de manera impresionante (ya que lo perfeccionaría en Pulp Fiction) pero hace un trabajo impecable, que con cada escena vas teniendo más información y vas ganando más estrés, que al final es sumamente placentero.

Ya, por último, tenemos las escenas donde Mr. Orange se está preparando para ser un agente encubierto, y vemos como Tarantino hace esta analogía para mostrar como él prepara sus películas, como él desde el ocaso hasta el crepúsculo se prepara y conoce hasta el más mínimo detalle de sus personajes. Yo amo esta película, es de mis favoritas y de las que más disfruto de este director, se las recomiendo ampliamente y aunque los “eruditos” del cine odien a Tarantino por ser exagerado y rebuscado, no entienden que es distinto, Tarantino es el rockstar del cine, y cuando vas a ver a Metallica no les pides que bajen el volumen.