DESDE EL BURLADERO.

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EL BULLYING Y LAS FACETAS NO RECONOCIDAS.
– Bullying político y económico, tan criminal como el social.
– Amnesia social y silencio jurídico, después del escándalo mediático.
Alfredo Ramírez.
En términos llanos, bullying es un anglicismo con el que se denomina al acoso físico o psicológico, al que someten de forma continua, individual o grupal, a un alumno sus compañeros.
Sin embargo, existe una definición más amplia; la cual no es aceptada muchas veces por los elementos de poder mediático o factico, por que implica sobre de ellos, responsabilidades posibles.
Así, pues, intimidación o acoso es la práctica de actos violentos, intencionales y repetidos, contra una persona indefensa, causando daños físicos y psicológicos. El término viene del inglés «bully» que significa tirano, brutal. La violencia es cometida por una o más personas, con el propósito de intimidar o agredir a la víctima.
El bullying se hace generalmente en contra de alguien que a menudo no puede defenderse a sí mismo y no entiende las razones de esa agresión gratuita. La víctima a menudo teme a los atacantes o agresores, ya que son violentos y opresivos.
El bullying puede practicarse en cualquier ambiente, es decir, en la calle, en la escuela, en la iglesia, en el club, y en la sociedad, en general.
Es un atentado contra la dignidad humana, donde lo mismo participa un compañero de escuela que un elemento de autoridad. Repito de manera física, psicológica o emocional.
Los mexicanos hemos visto horrorizados, en los últimos días, como el fenómeno ha crecido en proporciones de violencia criminal; destacando dos casos: el joven de secundaria de Ciudad Victoria, Tamaulipas, que murió de traumatismo craneoencefálico, provocado por sus compañeros de clase, y el de una niña mixteca que en una escuela secundaria de Tepito quedo marcada de manera permanente en su rostro.
No intervino la autoridad del plantel. Hubo quien en vez de intervenir, filmó la acción. Hay maestros huyendo y hay estudiantes impunes, a quienes la Ley no puede hacer nada porque son menores de edad. ¿Y los padres? ¡Bien, gracias!.
El bullying estudiantil es, al igual que el bullying social, producto de una situación descarnada de violencia que estamos viviendo todos los mexicanos, producto, a su vez, de políticas nefastas que se complementan en todos los sentidos; es decir, estamos ante la presencia de un fenómeno multifactorial.
Como bien lo señala, Betty Zanolli Fabila, estamos en “Un México en el que la violencia se ha institucionalizado en todos los órdenes: lo mismo en la casa que en la escuela, en la calle que en los centros de trabajo y reclusión, en los medios de comunicación que en los órganos de gobierno…”
Vamos por partes: todos vemos día con día programas violentos en televisión, sin que la secretaría de Gobernación intervenga en los contenidos. Programas como “Las verdaderas mujeres asesinas”, “El cártel de los Sapos”, “Las princesas de la mafia”, “crímenes famosos”, “delincuentes estúpidos”, entre muchos otros son verdaderas escuelas que muestran en detalle hechos de violencia y modos de delinquir.
Pero también, el Estado pone su parte en la violencia. Una corrupción galopante, un desdén y abandono a la población, mediante políticas de rapiña y entreguismo burgués que generan condiciones de miseria y pobreza, que a su vez generan situaciones de stress físico y emocional.
Burócratas nefastos y asquerosos, como los de Sedesol que con el pretexto de registrar para dotar de una miseria económica maltratan, vejan y atentan contra la dignidad de personas de la tercera edad, a quienes tienen varias horas de pie, en filas interminables, para venir a darles, si es que sobreviven, una limosna.
Profesores que están buscando el menor pretexto para no dar clases, eso también es bullying.
El organismo que resulta incapaz de dar agua suficiente a los colonos que la necesitan para dotársela a los hoteleros, eso también es bullying. El elemento de tránsito que se esconde para ver quien comete una infracción, real o supuesta, para luego caer como buitres también es bullying; al igual que el camionero urbano que juega carreras, maltrata al pasaje u ofende al estudiante que paga el medio boleto, eso tambi’en es bullying.
La violencia social que padecemos día con día; la mentira de los funcionarios y su cinismo, también es bullying.
Ahorita estamos asustados por lo que ocurre en los planteles. Se perfectamente bien de casos donde ha habido agresiones de este tipo entre los alumnos, solapados por directivos de planteles escolares, públicos y privados que hacen hasta la imposible porque no trasciendan a la luz pública.
Lo peor que va a pasar, es que en unas cuantas semanas, como bien lo señala Zanolli Fabila “sobrevendrá la amnesia social y, principalmente, el silencio jurídico”.
Abundaremos luego, porque se acaba el espacio.
LA DEL ESTRIBO.- Toda persona que exija la transparencia en los dineros públicos, sin importar chusmamafia o gueto al que se cobije, merece apoyo e impulso, por más que niños chillones y parásitos presupuestivoros pataleen… HLP…DM