Dan 91 años de cárcel ex líder de Los Zetas, quien ordenó muerte de Yahaira Guadalupe

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El 13 de abril de 2011, un comando irrumpió en la casa de Yahaira Guadalupe en Tlacolula, Oaxaca, y la secuestró; los confundieron con integrantes de un cártel rival. 

Un juez federal sentenció a 91 años de prisión a Marco Carmona Hernández, El Cabrito, ex líder de Los Zetas en el estado de Oaxaca que ordenó el secuestro y asesinato de Yahaira Guadalupe Bahena López, quien estaba casada con un integrante de las Fuerzas Especiales del Ejército.

Además del delito de secuestro, se le condenó por el ilícito de delincuencia organizada, y se le impuso dos mil días de multa.

La Fiscalía General de la República (FGR) aportó las pruebas que acreditan la plena responsabilidad de esta persona en los mencionados delitos, por lo que permanece en el Centro Federal de Readaptación Social en el estado de Oaxaca.

Hace unos días, el mismo juzgador sentenció a 20 años de prisión a Encarnación Martínez Colorado, El Lagarto, quien también formó parte de Los Zetas y asesinó a la joven Yahaira Guadalupe.

El caso de Yahaira Guadalupe se difundió a nivel nacional porque su madre, Margarita López, se unió al Movimiento por la Paz, y realizó su propia investigación.

El 13 de abril de 2011, un comando irrumpió en la casa de Yahaira Guadalupe en Tlacolula, Oaxaca, y la secuestró.

La madre de la víctima marchó por el país y obtuvo pistas que la llevaron en 2013, a la cárcel federal en Perote, Veracruz, donde estaba interno Marco Carmona Hernández, El Cabrito, a quien le suplicó que le dijera el paradero de su hija.

El jefe de Los Zetas en Oaxaca aceptó que ordenó secuestrar y asesinar a la joven porque el policía ministerial Honorio Abel Lara Ruiz se enteró que la joven, originaria del estado de Michoacán, pertenecía a La Familia Michoacana, y que junto con su esposo iban a traer a más integrantes de la citada organización criminal para tratar de tomar la plaza.

Carmona Hernández le dijo a la madre que fuera a ver a su cómplice El Lagarto para que le revelara su paradero.

Posteriormente, en la misma cárcel se entrevistó con Encarnación Martínez, quien reveló que él y otro sicario conocido como El Sapo, torturaron, abusaron sexualmente y después decapitaron a la joven, pese a que sabían que no pertenecía a la citada organización delictiva rival.

Posteriormente, el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) realizó pruebas de ADN y confirmó que los restos de un cuerpo decapitado eran los de su hija. Encarnación Martínez actualmente está interno en el Centro Federal de Readaptación Social Número 5 “Oriente”, en Veracruz.

Información por MILENIO